¿Estrategia o contradicción? Donald Trump sorprendió con una nueva propuesta este fin de semana que plantea la contratación de 10.000 agentes para la Patrulla Fronteriza, con una bonificación de 10.000 dólares; pero algunos meses atrás había rechazado una propuesta similar del Gobierno de Joe Biden que se debatía en el Congreso de Estados Unidos.
Como parte de la campaña electoral contra su rival demócrata Kamala Harris, Trump disparó contra la inmigración indocumentada llamando invasores o criminales a miles de personas que siguen llegando a Estados Unidos, cruzando la frontera con México.
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El republicano habló a sus partidarios en Prescott Valley, Arizona. Allí sostuvo conversación con el sindicato del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza.
“Pediré inmediatamente al Congreso que apruebe un aumento del 10%”, dijo el candidato durante el mitin, y aseguró que la falta de personal se debe a que no se les ha tratado bien.
Su intervención fue acompañada por el presidente sindical Paul Pérez, quien dirigió sus palabras contra la candidata rival Kamala Harris. “Si permitimos que Harris gane estas elecciones, cada ciudad, cada comunidad de este gran país se irá al diablo”, dijo tras señalarla como la encargada de aplicar las políticas fronterizas del gobierno de Joe Biden.
Para el analista internacional Juan Negri, esta propuesta de Trump tiene una apariencia contradictoria por haber bloqueado el proyecto anterior, pero también es una forma de estrategia de apoderarse del tema.
“Tiene que ver con bloquearle la posibilidad al Partido Demócrata de ganar créditos por esa política y, por el contrario, atribuírsela a él, sobre todo pensando que inmigración es uno de los temas donde el Partido Republicano tiene más ventaja”, indicó el director de Ciencias Políticas en la Universidad Torcuato Di Tella a El Comercio.
En mayo de este año se debatió un proyecto de ley propuesto por republicanos y demócratas. Contemplaba la contratación de 1.500 agentes de la Patrulla Fronteriza, así como de 4.300 oficiales de asilo. El proyecto fue debatido en el Senado, que lo rechazó en dos oportunidades. La propuesta legislativa obtuvo 50 votos en contra y 43 votos a favor, y se necesitaban 60 para ser aprobada. Según informe de Los Ángeles Times, en esa época el expresidente Donald Trump dijo que no quería darles a los demócratas una victoria política. Alegó que la propuesta de legislación era “un proyecto de ley horrible”.
En cambio, el analista Octavio Pescador considera que Trump sigue siendo muy congruente, ya que desde el inicio de su carrera política ha tenido como enemigo al inmigrante, lo que “le ha rendido dividendos, y está ahorita redoblando el énfasis en la campaña antiinmigrante”.
Aunque, efectivamente, se pudo mal interpretar el rechazo de Trump a la propuesta legislativa que frustró, y que la Patrulla Fronteriza vio con buenos ojos, hoy está haciendo una promesa de campaña para contratar 10 mil agentes más.
“Para un sindicato, cada uno de esos miembros significa cuotas y significa más poder, entonces ese es un flanco, que es una promesa de campaña que le funciona para resarcir a esa posible percepción de haber descarrilado algo que le hubiera beneficiado a la Patrulla Fronteriza”, indicó el profesor de UCLA y comentarista de CNN en Español.
Arizona: un bloque importante
Pero la última jornada de Donald Trump tiene más importancia que la propuesta misma.
La actividad partidaria se realizó en Arizona, una de las rutas de acceso de los migrantes en la frontera de Estados Unidos con México. Según la organización Médicos Sin Fronteras, miles de personas cruzan al año el desierto de Sonora, hacia los condados de Pima y Santa Cruz, “una ruta traicionera” ya que es una región remota sin refugios, sin servicios básicos y con centros médicos distantes.
Para el analista Negri hay algo de “rimbombante y espectacular” en el anuncio, justo en presencia del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, un sindicato que se comprende bien con el Partido Republicano. Además, la contratación de 10 mil agentes es una cifra bastante importante como política pública.
“Tiene que ver un poco en cómo Trump encara la campaña. Es decir, hacer actos simbólicos, actos con muchos anuncios que después son difíciles de cumplir o, en particular, hecho en un estado fronterizo, en Arizona. Es como una manera de darle mucho simbolismo a esto, frente al endoso de este sindicato”, señaló el analista.
Por otro lado, también cobra importancia la localidad misma. Arizona es un estado clave si se trata de sumar votos. The New York Times señala que en una reciente encuesta, Trump (51%) estaba delante de Harris (46%) por cinco puntos porcentuales, algo que se mantiene desde setiembre.
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Pescador apunta también que, en el análisis macro, Arizona tiene una población latinoamericana importante y un margen aun pequeño frente a Kamala Harris. “A él le conviene ir a hacer, como se dice coloquialmente, ruido, hacer un llamado amplio a visibilizar nuevamente el enemigo que ha tenido desde siempre, que son los inmigrantes, y decir que si llegase a ganar Kamala Harris se inundaría el país de indocumentados”, comentó a este Diario. Además, agregó que se debe considerar que el problema migratorio es muy cercano a la realidad de Arizona, es más visible.
¿Qué piensan los inmigrantes?
La campaña electoral en Estados Unidos está mostrando algunas contradicciones en los votantes latinoamericanos, en especial cuando se trata de la política antiinmigratoria. Un sondeo de The New York Times muestra que Kamala Harris no termina de recibir el apoyo de los latinos, si se compara con las elecciones del 2016 y 2020, todas frente a Donald Trump.
Hoy en día Harris tiene un apoyo de 56%, mientras que Trump recibe el de un 37%. Pero, en la anterior campaña Joe Biden recibía los votos del 62% de ese electorado. Y mucho más atrás, Hillary Clinton se hacía con el 68%. Es decir, la preferencia parece que se ha reducido en este segmento, lo que podría costarle a los demócratas.
Negri señala que hay varios factores que se pueden tomar en cuenta. Por un lado, señala que en términos sociales el votante latino está más cerca del Partido Republicano que del Partido Demócrata.
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“El voto latino es bastante conservador, es un votante, insisto, que le asigna importancia a la religión, a la misa dominical, etc., los mexicanos, los centroamericanos. Hay una conexión que creo que viene por parte de los valores. Después, creo que curiosamente hay votantes latinos de generaciones más grandes que no quieren que sigan llegando inmigrantes y latinoamericanos”, explica el analista. Esta última diferencia se debería a un temor económico y de oportunidades laborales.
Pero también está la habilidad de Kamala Harris para enfrentar la campaña. Señala Pescador que la candidata demócrata “tuvo un momento de apogeo, una luna de miel, un momento de frenesí, de felicidad, de novedad también, pero después de ciertas semanas, pues se calman las cosas, se vuelve a la normalidad y a la rutina, y se le va la novedad”.
Sostiene varias hipótesis para este estancamiento de Harris. Por un lado, por una cuestión de género, “que les cuesta mucho a algunos poder aceptar que una mujer va a estar al frente del país, de las Fuerzas Armadas”, y otra es una cuestión social que sigue generando inconformidad por el gobierno demócrata actual de Joe Biden. Vale recordar que Kamala Harris es la actual vicepresidenta.
El próximo 5 de noviembre los estadounidenses decidirán su nuevo presidente. La campaña puede cambiar en solo unos días.
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