Desde la muerte del afroamericano George Floyd, miles de estadounidenses siguen saliendo a las calles para protestar contra el racismo y la desigualdad. (Reuters)
Desde la muerte del afroamericano George Floyd, miles de estadounidenses siguen saliendo a las calles para protestar contra el racismo y la desigualdad. (Reuters)
/ IDRIS SOLOMON
Gisella López Lenci

El 3 de noviembre parece lejano, pero la fecha realmente está cerca. En poco más de cuatro meses, los deberán elegir si se queda en la presidencia o si lo reemplaza el demócrata Joe Biden.

El escenario no podía ser peor. Una emergencia sanitaria por la pandemia del y las manifestaciones constantes, que no cesan, pidiendo cambios estructurales en una sociedad que aún sufre el racismo y la desigualdad, y que explotaron a raíz del asesinato del afroamericano .

Y no solo eso. Esta semana, la respetadísima Corte Suprema propinó tres severos golpes a la agenda del presidente Trump: primero votaron a favor de proteger los derechos de los trabajadores homosexuales y transgénero; luego rechazaron un recurso del gobierno federal para penalizar a las ‘ciudades santuario’ de California, que protegen a los inmigrantes de la deportación; y el jueves frenaron el intento de expulsar del país a los ‘dreamers’, los jóvenes que llegaron a Estados Unidos de forma ilegal cuando eran menores de edad.

La férrea política migratoria de Trump sufrió un duro revés esta semana. Los inmigrantes que llegaron como ilegales al país cuando eran menores de edad no podrán ser deportados. (AFP)
La férrea política migratoria de Trump sufrió un duro revés esta semana. Los inmigrantes que llegaron como ilegales al país cuando eran menores de edad no podrán ser deportados. (AFP)
/ JEWEL SAMAD

El mandatario, que se preciaba de haber colocado a jueces conservadores no solo en la Corte sino en todo el país, vio como en una semana los magistrados progresistas le ganaban la pulseada.

Y para poner la cereza en la torta. Su ex asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, ha publicado un libro, que sale la venta este martes, donde da detalles increíbles sobre el manejo del presidente en la política exterior, sobre todo en sus relaciones con China, Irán, Rusia o Venezuela.

Camino a Tulsa

Por todo ello, Trump quiere retomar con fuerza su campaña electoral y volver al ruedo, que es donde se siente más cómodo. Al presidente le encantan las multitudes, los mítines en coliseos repletos de gente, donde puede hablar a sus anchas rodeado de personas que lo aplauden.

Los seguidores incondicionales de Trump esperaron con ansias al presidente en Tulsa, Oklahoma. (Reuters)
Los seguidores incondicionales de Trump esperaron con ansias al presidente en Tulsa, Oklahoma. (Reuters)
/ GORAN TOMASEVIC

Sin embargo, el regreso también ha estado lleno de polémica. El sábado por la noche se realizó el esperado mitin en Tulsa, Oklahoma, en un coliseo que recibió a 20 mil personas, en momentos en que la pandemia del coronavirus aún está lejos de disiparse.

Los científicos han señalado que el coronavirus se propaga con mucha más facilidad en espacios cerrados que en el exterior, donde el aire que circula tiene más posibilidad de dispersar las partículas. Si se trata de un local con miles de personas en él, las opciones de contagio se multiplican.

Por ello, la campaña de Trump, consciente del riesgo que implicaba la primera concentración masiva de personas en tiempos del COVID-19, hizo firmar una declaración a todos los que se registraron por Internet por la cual eximen de responsabilidad a los organizadores en caso de que contraigan el virus, para protegerse de cualquier demanda legal.

La estrategia de Biden

En el bando rival, los demócratas también han puesto el acelerador en la campaña, pero de otra manera. Ya con Joe Biden como seguro candidato, y en medio de la pandemia, el ex vicepresidente de Obama ha preferido dar entrevistas por televisión y solo ha tenido algunos encuentros personales necesarios, como cuando visitó a la familia de George Floyd y envió un sentido mensaje durante su funeral.

Trump, por el contrario, se ha burlado de él en Twitter por realizar eventos respetando la distancia social, con solo un puñado de seguidores.


Aunque Biden es conocido por sus deslices verbales, por ahora las malas semanas que ha tenido Trump le están sirviendo para atraer el descontento y la frustración de algunos estadounidenses ante el manejo de la pandemia -el país sigue encabezando el ránking de muertos y contagiados- y la falta de empatía ante el abuso policial contra los afroamericanos.

Aunque el tiempo es corto para las elecciones, el camino por recorrer aún es largo. En el 2016, Trump mostró que es un excelente candidato y en estos años ha sabido convertir en un activo las cosas que pueden perjudicarlo. Sin embargo, el país del 2016 no es el mismo de ahora.

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