A un día de las elecciones presidencial en Estados Unidos el empate virtual entre el candidato presidencial republicano Donald Trump y su rival demócrata Hillary Clinton persiste. Aunque las últimas encuestas indican un ventaja de 3 a 5 puntos en favor de la ex secretaria de Estado, lo cierto es que el aparato proselitista del magnate neoyorquino no cede terreno, al punto que hasta el propio presidente Barack Obama tenido que salir en auxilio de su compañera de partido.
La estrategia final de la campaña de Trump es ganar a toda costa Florida, Pensilvania, Carolina del Norte, Colorado y Nevada. También apuestan un triunfo en New Hampshire, Wisconsin, Georgia y Virginia con lo cual arruinarían las proyecciones electorales de los demócratas.
Los asesores de Clinton han apostado por hacer campaña sin descansos en esos estados claves hasta el mismo 8 de noviembre, incorporando en los discursos finales lo que dijo el domingo James Comey, director del FBI, sobre su determinación de no procesar a la candidata demócrata luego de revisar nuevos correos electrónicos en la computadora de una de sus asistentes.
Tanto republicanos como demócratas son conscientes que necesita alcanzar la cifra mínima de 270 votos del Colegio si quieren llegar a la Casa Blanca. Este martes se pondrán en juego un total general de 538 votos electorales.
Los avisos políticos contratados por ambos partidos han invadido la programación de los canales de televisión y radioemisoras que transmiten en español. En unos se presenta a Hillary Clinton como la única que podría aprobar una reforma migratoria en favor de once millones de indocumentados, mientras que en otros se muestra a Donald Trump como un empresario exitoso, capaz de generar empleo y con mano dura para combatir el terrorismo.
Pero eso no es todo. En las últimas semanas el republicano Mike Pence, gobernador de Indiana y compañero de fórmula presidencial de Donald Trump, se ha dedicado a persuadir a los electores indecisos para que voten por el Partido Republicano. Su estrategia de visitar universidades, centros comunitarios y agrupaciones religiosas para pedir que voten contra el aborto ha sido muy bien recibida por los jóvenes.
La noche del sábado, Pence reunió a cerca de cinco mil personas en los predios de la Universidad George Mason (Virginia) en donde recordó a los votantes que se puede ser cristiano, conservador y votar por los republicanos sin tener que registrarse en el partido.
Mark Fortinni, uno de los coordinadores del evento en la referida universidad, explicó que el objetivo central de Pence es desterrar la apatía que existe en muchos votantes jóvenes, quienes no se sienten representados por ninguno de los dos candidatos.
“El hartazgo de los políticos tradicionales y la creciente indiferencia electoral es una realidad innegable. Mike Pence tiene semanas en su cruzada de convencer a los muchachos que voten el 8 de noviembre. Esta prediga ha permitido que el candidato Trump suba en las encuestas y le permita luchar por estados claves como Virginia”, comentó Fortinni.
Es esa misma línea de razonamiento se encuentra Otto Reich, ex subsecretario de Estado para asuntos latinoamericanos, quien dijo que Trump necesita ganar a todos los grupos minoritarios, incluyendo a los indecisos
“Tanto Trump como Pence son dos candidatos que convocan a personas que el pasado no tenían interés en votar. Eso es bueno para el partido, para el país y para el proceso electoral que estamos viviendo. Nadie debe sorprenderse si el 8 de noviembre los republicanos recuperan la Casa Blanca”, dijo Reich en un encuentro con la prensa extranjera.
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