Iowa, caucus, primarias, delegados, Sanders-Biden-Warren. Acostúmbrese a escuchar este cóctel de palabras en los próximos meses porque este lunes, oficialmente, empieza la larga carrera hacia la Casa Blanca. De ahí en adelante, casi todos los martes y sábados los estadounidenses podrán votar en las elecciones primarias del Partido Demócrata que definirán quién será el rival de Donald Trump en noviembre.
La maratón empieza en Iowa, un estado mayoritariamente rural ubicado casi en el corazón de Estados Unidos y que solo acoge al 1% de la población del país, pero cada cuatro años se vuelve relevante porque marca el terreno de lo que serán las elecciones.
►Hillary Clinton dice que EE.UU. “no puede permitirse cuatro años más” con Trump
►Demócratas acusan a Trump en el juicio de haber querido hacer “trampa” en las próximas elecciones
Con Donald Trump como seguro ganador de las primarias republicanas -los conservadores también realizan elecciones pese a que el presidente es el principal candidato- la atención está centrada en los demócratas y en quién será finalmente el candidato que logre la nominación. Mientras el partido de Barack Obama entra en una durísima pugna interna, el mandatario esperará tranquilo hasta mediados de año para saber quién será su rival, ese al que apuntará todas sus balas para no permitirle sacarlo de la Casa Blanca.
Los favoritos
Desde hace casi un año la lista de candidatos del Partido Demócrata se fue abultando, hasta llegar al increíble número de 28 postulantes. De ellos, solo 11 han llegado a esta primera instancia. Los otros 17 decidieron tirar la toalla al no poder conseguir suficiente apoyo o financiamiento para seguir adelante con sus campañas.
De los 11, los nombres que destacan en las encuestas y pronósticos son los más conocidos por la mayoría de electores: Joe Biden, el ex vicepresidente de Barack Obama y el favorito del ‘establishment’ del partido por representar al sector más moderado; Bernie Sanders, el veterano senador de Vermont que busca una segunda oportunidad para conseguir la nominación, luego de la espectacular campaña que realizó en el 2016 y de sentar precedente al convertirse en el principal vocero del ala más progresista -o izquierdista- de los demócratas; y Elizabeth Warren, la senadora de Massachussetts, quien ideológicamente se encuentra entre Biden y Sanders.
Más atrás está Pete Buttigieg, el único postulante abiertamente gay en la contienda. En Iowa, el exalcalde de South Bend, Indiana, y militar retirado, podría ser una sorpresa pues está tercero en las encuestas (15,8%), detrás de Sanders (23,8%) y Biden (20,2%), según el portal RealClearPolitics, que saca un promedio de todos los sondeos.
Quien logre vencer en Iowa no determinará al ganador de las primarias, pero sin duda le dará un importante espaldarazo. “Iowa tiene una importancia más simbólica que numérica. El camino es muy largo todavía, pero arrancar la carrera ganando en Iowa dará un impulso al vencedor”, afirma el historiador y experto en Estados Unidos Norberto Barreto, profesor de la PUCP. “Iowa da visibilidad a los candidatos. Quienes no tengan buenos resultados irán renunciando a sus candidaturas”, agrega el internacionalista Giacomo Ugarelli.
Hasta el momento, los sondeos señalan que Bernie Sanders podría ser el ganador en este estado de poca población. “Lo importante de estas primarias es la posición que vaya alcanzando Sanders y cómo irá avanzando, porque el ‘establishment’ demócrata está buscando nuevamente descarrilarlo. Si sabotean su candidatura, como lo hicieron en las anteriores primarias ante Hillary Clinton, les puede acarrear problemas con la izquierda del partido”, agrega Barreto, recordando lo que pasó en el 2016 cuando se filtraron conversaciones de la dirigencia demócrata señalando su preferencia hacia Clinton y el temor que les daba una posible victoria del senador de Vermont.
¿Partido golpeado?
El inicio de las primarias, además, se da un contexto muy especial: el juicio para destituir al presidente Trump, el cual fue impulsado por el Partido Demócrata.
A pocos días de la votación crucial, es casi un hecho que el Senado, de mayoría republicana, absolverá al mandatario. Trump saldrá empoderado y no dudará en buscar ocasión para criticar a los demócratas por haberlo llevado al ‘impeachment’. Nancy Pelosi, la jefa de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, sabía del daño que podía causarle al partido si no lograban nada con el juicio. Por eso, lo alargó lo más que pudo.
“Trump va a tener todos los argumentos para salir fortalecido y dirá que los demócratas no consiguen lo que se proponen”, señala Ugarelli. ¿Entonces por qué se arriesgaron sabiendo que el ‘impeachment’ no prosperaría? “Lo hicieron para dañar la imagen de Trump y en política cualquier cosa puede pasar. Cualquier otra crisis que hubiera aparecido contra Trump, sea sobre el ‘impeachment’ o en el contexto internacional, podría haber hecho que algunos republicanos cambien de posición”, agrega.
Con el presidente casi absuelto, sus asesores ya buscan contra quién enfilar los ataques del potencial rival del mandatario. “A Trump le gustaría ir a la elección general con Biden, de ahí la importancia de intentar sacarle los trapos sucios con el tema de Ucrania. Trump no quiere enfrentarse a Sanders porque es muy parecido a él, pero en el otro extremo ideológico”, explica Barreto. Ugarelli tiene una opinión similar: “Trump preferiría a Joe Biden, y tiene más herramientas para atacarlo porque ha sido vicepresidente de Obama, y él es muy crítico de esa administración”.
Aunque aún falta mucho para determinar cómo acabará la carrera electoral, lo cierto es que esta vez el desgaste corre del lado demócrata. Y estos meses servirán para mostrar si sus divisiones se siguen afianzando o si logran aglutinarse en torno a su objetivo final: derrotar a Trump.