Nueva York. Un día después de que un gran jurado exonerara al policía que causó la muerte de Eric Garner, Nueva York volvió a llenarse de protestas ciudadanas pidiendo una solución tajante en el sistema judicial y policial mientras políticos y fuerzas del orden hablaban de "reentrenamiento" de los agentes.
"Lo que se necesita es un cambio drástico, que vaya desde el primer encuentro de la persona con la policía hasta el sistema judicial, que incluye a jueces y leyes", dijo a Efe una de las miles de manifestantes en la plaza de Foley, Lycia Ora, presidenta electa del Gremio Nacional de Abogados.
Hoy se fueron aclarando cuáles son las vías legales tras la no imputación del policía Daniel Pantaleo, quien el 17 de julio causó la muerte de Eric Garner al aplicarle una llave de estrangulamiento para proceder a su detención por venta ilegal de cigarrillos.
Por un lado, habrá una investigación federal para determinar si se violaron los derechos civiles del fallecido, tal como informó el secretario de Justicia de EE.UU., y por otro queda la investigación interna del Departamento de Policía de Nueva York.
Además, la familia Garner ha interpuesto denuncia a la ciudad y al Departamento de Policía.
Sin embargo, los manifestantes no se contentaron con las vías preestablecidas. "Son muchas las veces que se han hecho investigaciones y aquí estamos, en 2014 manifestándonos por otra muerte", añadió Ora.
Su voz era una de las miles que se escucharon en la manifestación de hoy, centrada en el corazón ejecutivo y judicial de Manhattan, donde se reunieron neoyorquinos de todas las razas que fueron extendiéndose hasta parar el tráfico en el puente de Brooklyn, dirigiéndose a Midtown.
Entre ellos estaba el senador estatal Gustavo Rivera, quien calificó de "injusticia" lo sucedido y pidió un "cambio verdadero".
Según él, el Senado examinará en enero medidas encaminadas a lograr un cambio de conducta en la policía.
Esta manifestación, que tuvo ecos en Washington D.C., Boston y Pittsburgh, era la continuación tras las manifestaciones de ayer en Times Square y Rockefeller Center, dos epicentros turísticos de la ciudad, que se saldó con 83 detenidos.
En Foley Square, a partir de las 17.00 hora local (22.00 GMT), la concentración comenzó y se fue intensificando, siempre en términos pacíficos y con los eslóganes más reconocibles como "No puedo respirar" (la frase que pronunciaba repetidamente Eric Garner antes de morir) o "Manos arriba, no me dispares", y otros como "Ferguson está en todas partes" o un simple "Justicia".
Los datos que fueron revelándose a lo largo de la jornada respecto a la decisión judicial de ayer fueron, entre otros, que el gran jurado de Staten Island, que se reunió por varias semanas, escuchó los testimonios de 50 personas, 22 de las cuales eran civiles y los restantes policías, personal de urgencias médicas y médicos. También analizaron cuatro vídeos.
Su decisión, por un lado, ha desacreditado al aparato judicial estadounidense. Por otro, ha incrementado la tensión entre la población y la policía.
Además, se ha sumado a la segregación racial presente en un país que hace dos semanas también consideró inocente al agente que, en agosto, disparó y asesinó al afroamericano Michael Brown, quien iba desarmado.
Hoy en la manifestación por la muerte de Eric Garner estaba Margarita Rosario, madre de Anthony Rosario y tía de Hilton Vega, muertos a manos de la brutalidad policial el 11 de enero de 1995, que disparó 14 veces a Rosario y 8 a Vega.
"Hace más de 20 años que llevan diciendo que va a haber cambio. Sus cambios son buscar otra manera para matar a los jóvenes", aseguró Rosario, quien recordó que William Bratton, el actual jefe de policía, ocupaba ese mismo cargo en la era de Rudolph Giuliani. "Que saquen a Bratton. Es un criminal de los primeros", aseguró.
Por la mañana, el reverendo Al Sharpton, personalidad clave en la lucha por los derechos de la comunidad afroamericana, ya había advertido en rueda de prensa: "Tenemos que unirnos y dejar claro que queremos que el Departamento de Justicia y el Gobierno federal asuman el hecho de que el sistema del gran jurado a nivel estatal no funciona".
Por su parte, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, casado con una afroamericana, criticó la decisión judicial pero defendió a la policía de su ciudad y compareció junto a William Bratton, con el que anunció el reentrenamiento de 22.000 policías.
"Los cambios están ocurriendo porque la gente los pidió", dijo De Blasio. "Sé que muchas tragedias se evitarán", añadió. "La gente -agregó- necesita saber que las vidas de un negro o un latino importan tanto como la de un blanco".
Sin embargo, también en rueda de prensa, el sindicato de policías, su líder, Patrick Lynch, se hizo eco de la sensación de que la policía ha sido utilizada como un chivo expiatorio por el alcalde De Blasio.
Lynch lamentó que se tenga esa sensación cuando los policías están realizando "una labor difícil en medio de la noche, protegiendo los derechos de los manifestantes", mientras el alcalde utiliza los micrófonos para hacer comentarios.
Fuente: EFE