Desmantelar el Departamento de Educación, que el presidente controle la burocracia federal, expandir los poderes de las agencias de inmigración y crear una “vigilancia del aborto” en los estados. Esas son algunas de las propuestas más polémicas que incluye el Proyecto 2025, un programa diseñado por el influyente centro de pensamiento conservador Heritage Foundation para ser aplicado en un eventual regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, aunque el candidato republicano ya ha intentado desmarcarse de los deseos de este grupo.
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El proyecto, que consta de 887 páginas, se dio a conocer en abril del 2023 pero ha retomado vigencia en las últimas semanas por dos hechos puntuales: el crecimiento de la intención de voto para Trump luego de la catastrófica participación de su rival demócrata Joe Biden en el debate del 27 de junio y las polémicas declaraciones del presidente de la Heritage Foundation, Kevin Roberts, a inicios de julio.
“Estamos en la senda de una segunda revolución estadounidense, que tendrá lugar sin derramamiento de sangre, si la izquierda no se opone”, dijo Roberts al podcast War Room que conduce el estratega trumpista Steve Bannon.
Kevin Roberts, the President of the far-right Heritage Foundation, which is behind Project 2025 says:
— Dream for America (@DreamAmerica_) July 3, 2024
"We are in the process of the second American Revolution, which will remain bloodless if the left allows it to be."
Seriously concerned for the future of American democracy. pic.twitter.com/VA4CBJMrsz
De inmediato, el equipo de Biden respondió acusando a Trump y sus aliados de “soñar con una revolución violenta para destruir la idea misma de Estados Unidos”.
“La campaña de Biden ha puesto el tema sobre la mesa, pero no solo ellos sino también muchos otros demócratas, progresistas sin afiliación o incluso personas que no quieren que Biden sea el candidato. Uno de ellos es el congresista Adam Schiff, quien ha denunciado este proyecto y, a la vez, ha pedido oficialmente que Biden se retire de la campaña. Este tema va más allá de Biden, es un objetivo del Partido Demócrata porque hay una consternación por lo que se propone en el Proyecto 2025″, comenta a El Comercio el analista político Hernán Molina.
- Cercanía innegable -
Trump, por su parte, ha buscado marcar distancia del polémico plan asegurando a través de su red Truth Social que “no lo he visto, no tengo idea de quién está detrás” y que el programa presentado por el Partido Republicano durante la Convención Nacional que se celebra desde este lunes 15 en Milwaukee no tiene “nada que ver” con la propuesta de Heritage Foundation.
A inicios de julio, Trump también se había referido al “Proyecto 2025″ negando cualquier tipo de relación con su origen. “Cualquier cosa que hagan, les deseo suerte, pero no tengo nada que ver con ellos”, aseguró entonces.
La Heritage Foundation, por su parte, también ha apuntado que el proyecto “no habla en nombre de ningún candidato o campaña”. Cabe resaltar que es habitual que centros políticos, tanto conservadores como liberales, propongan sus agendas políticas a los nuevos gobiernos. Un claro ejemplo de ello es la influencia que tuvo el Center for American Progress durante la presidencia del demócrata Barack Obama.
Sin embargo, lo que resulta innegable es la influencia que ha tenido sobre este plan un grupo estrechamente cercano al expresidente Trump. Los demócratas no han tardado en alertar sobre la participación del exconsejero presidencial Stepehen Miller, o de los exmiembros del gabinete Ben Carson y Christopher Miller en la redacción del documento.
También resalta, por ejemplo, que el director del “Proyecto 2025″ sea Paul Dans, quien ocupó el cargo de jefe de la Oficina de Gestión de Personal durante la administración Trump; o que el antiguo asistente especial del mandatario Spencer Chretien sea director asociado del plan; o la participación de Russel Vought, quien trabajó en la Oficina de Gestión y Presupuesto de Trump, como asesor del grupo que redactó la propuesta.
Y si retrocedemos un par de años, al 2022, encontraremos que el propio Trump dijo durante una cena organizada por la Heritage Foundation que esta organización sentaría las bases “para lo que hará nuestro movimiento” en un eventual segundo mandato.
“La mayoría de la gente afiliada al diseño del Proyecto 2025 ha servido a la Administración Trump o a su campaña. Es muy difícil creerle (que no mantenga relación con el plan), pero Trump siempre inventa una narrativa paralela y la gente que lo sigue le cree. El tema es que si él gana estas políticas serán empujadas, han sido diseñadas para ser implementadas”, opina al respecto Molina.
- Propuestas radicales -
Desde su creación en 1973, la Heritage Foundation se ha consolidado como un importante actor dentro del ala conservadora estadounidense. Su momento de mayor influencia se dio durante la presidencia de Ronald Reagan, quien aplicó cerca de 2.000 recomendaciones que planteó la organización en su famoso Mandato para el Liderazgo redactado en 1980.
Esta influencia, aunque en menor medida, se mantuvo durante los gobiernos republicanos que sucedieron al de Reagan. Actualmente, la organización asegura haber aunado las propuestas de unas 100 entidades conservadoras para la redacción del “Proyecto 2025″.
El plan contiene cuatro objetivos principales: restaurar la familia como pieza central de la vida estadounidense; desmantelar el Estado administrativo; defender la soberanía y las fronteras de la nación; y garantizar los derechos individuales otorgados por Dios para vivir libremente, según recoge la BBC.
Para lograrlo, la Heritage propone que el mandatario controle directamente la burocracia federal, incluyendo a agencias independientes como el Departamento de Justicia o el FBI. A este último, además, lo califica como una “organización hinchada, arrogante y cada vez más al margen de la ley”. El “Proyecto 2025″ también aboga por una drástica revisión de distintas agencias federales y el desmantelamiento del Departamento de Educación.
Por otro lado, el plan aboga por frenar “la guerra contra el petróleo y el gas natural” y recortar drásticamente los fondos federales para la investigación de energías renovables. En el plano económico sugiere recortes fiscales para las empresas, abolir la Reserva Federal y retomar la convertibilidad del dólar en oro.
Si bien no promueve la prohibición nacional del aborto, sí propone retirar del mercado las píldoras abortivas y limitar el uso de las pastillas del día siguiente, para lo que se crearía una “vigilancia del aborto”. La pornografía también debería estar prohibida, según el “Proyecto 2025″, y las empresas que faciliten el acceso a dicho contenido tendrían que ser cerradas.
También propone eliminar una larga lista de términos de todas las leyes y regulaciones federales, incluidos “orientación sexual”, “diversidad, equidad e inclusión”, “igualdad de género”, “aborto” y “derechos reproductivos”, según la BBC.
“El intento de desmarque de Trump con el Proyecto 2025 se debe sobre todo por la postura sobre el aborto. Más de un 65% de los estadounidenses, incluyendo muchas mujeres republicanas, están en contra de la decisión de la Corte Suprema al respecto”, comenta Molina en referencia a la decisión adoptada por la Corte Suprema en el 2022 de anular la histórica sentencia en el caso Roe vs. Wade que garantizaba el derecho al aborto en el país.
La inmigración es otro de los ejes dentro del plan, pues se propone aumentar los fondos para terminar de construir el muro fronterizo que tanto impulsó Trump durante su primera campaña presidencial, aumentar los poderes para las agencias fronterizas e incluso realizar arrestos y deportaciones masivas de migrantes en situación irregular.
Cabe resaltar que muchas de estas propuestas dependerían en gran parte de la Corte Suprema para poder salir adelante. Ante ello, resultaría decisiva la mayoría de seis jueces conservadores sobre tres progresistas que constituyen actualmente el máximo tribunal estadounidense.
“La Corte Suprema ha demostrado ser aún más partidista de lo que era antes. Es una corte que ha perdido el prestigio que tenía de ser independiente para convertirse en una más ideológica y alinearse con los intereses del Partido Republicano, en especial con los de Trump”, agrega Molina.