El 6 de enero de 2021, una multitud de seguidores radicales del entonces presidente Donald Trump irrumpió en el Capitolio de Estados Unidos. ¿Cuál era su cometido? Impedir la certificación de los resultados que dieron la victoria a Joe Biden en las elecciones celebradas dos meses atrás. El acontecimiento, que dejó muertos y heridos, derivó en múltiples arrestos y condenas. Ahora, la reciente victoria de Trump ha generado expectativas entre algunos de los implicados que esperan ser indultados.
En campaña, Trump ofreció otorgar perdones presidenciales a los involucrados en el ataque, ya que describió el acto como un intento de defender sus creencias, pese a que tuvo como resultado cinco muertes y múltiples agresiones a agentes de seguridad.
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Hasta la fecha, más de 1.500 personas han sido acusadas y 1.000 ya fueron sentenciadas por su participación en el asalto. Las penas impuestas varían según la gravedad de los delitos, incluyendo cargos como allanamiento, agresión a agentes del orden y conspiración sediciosa.
Algunos de los cabecillas de grupos extremistas que participaron en los disturbios han recibido sentencias de hasta 22 años de prisión.
Enrique Tarrio, exlíder de los Proud Boys, organización de extrema derecha, fue condenado a 22 años de prisión. Stewart Rhodes, fundador del grupo extremista Oath Keepers, fue sentenciado a 18 años de cárcel. Richard Barnett, participante en el ataque y quien se tomó una foto con los pies sobre el escritorio del despacho de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, fue condenado a cuatro años.
Según informó ‘The Washington Post’, tras el anuncio de la victoria de Trump, algunos acusados solicitaron a la justicia estadounidense el aplazamiento de sus juicios y sentencias con la esperanza de que el próximo fiscal general bajo la nueva administración retire los cargos o promueva medidas de clemencia.
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‘El Post’ menciona a Christopher Carnell, de 21 años, como uno de los primeros en presentarse ante los tribunales este jueves 7. Sus abogados señalaron las “múltiples promesas de clemencia” de Trump, especialmente para los “participantes no violentos” en el asalto al Capitolio. Sin embargo, el juez desestimó su solicitud rápidamente.
Posibles repercusiones
Consultado por El Comercio, Francisco Belaunde, analista internacional, señaló que conceder estos indultos podría ser un mensaje político “desastroso” tanto dentro como fuera de Estados Unidos: “Sería muy malo como mensaje político, pero parece que a Trump no le importa. Al final, estaría premiando a personas que han cometido delitos al irrumpir en el Capitolio. Sin embargo, él parece indiferente ante esas implicaciones”, comenta el experto.
Si bien el indulto es una facultad presidencial, de darse, podría tener efectos en la polarización política del país. El analista explica que lo más preocupante es que podría incentivar a que estos incidentes se repitan, alentando a que otras personas hagan lo mismo en el futuro. Esto contribuye a la polarización y a la normalización de la violencia en la política.
“Aunque EE.UU. ha tenido episodios de violencia, como el asesinato de John F. Kennedy, ataques masivos contra una institución no se habían visto antes, y el riesgo de que se vuelvan a dar es real”, añade.
Y aunque sería un escenario sin precedentes en el país, es difícil que haya algún tipo de repercusión, más allá de la preocupación internacional.
“Sin duda genera preocupación, pero en realidad no habría muchas consecuencias en cuanto a sanciones, ya que EE.UU. no enfrenta la misma presión externa que otros países. Aunque EE.UU. y Europa sancionan a otros países por atentados contra la democracia, ¿quién va a sancionar a Estados Unidos? Nadie”, concluye el analista.