Marco Carrasco tiene un currículum amplio. Es un economista sanmarquino especializado en Asia-Pacífico y en Economía del Comportamiento. Tiene un máster por la Universidad de París 1 – La Sorbona, además de estudios de intercambio en China. Para seguir creciendo académicamente, Marco estudia otra maestría. Esta vez en Administración Pública y Desarrollo Internacional por la Universidad de Harvard, una de las casas de estudio más reconocidas de Estados Unidos y del mundo.
La reciente decisión del gobierno de Donald Trump de revocar la visa a los estudiantes extranjeros que llevan cursos ‘online’ en universidades estadounidenses lo ha dejado descolocado. “Es una norma mal intencionada y es una situación bastante incómoda”, nos cuenta. Si bien él no se ve directamente afectado, pues cuenta con una visa J1, y no la F1 y M1, que son las consideradas en la norma, nada hace extrañar que en cualquier momento la agencia de inmigración también decida incluir a los académicos, profesores y estudiantes foráneos que residen en EE.UU. con la J1, que es la más utilizada por ellos. “Los de la visa J hemos tenido suerte, pero uno nunca sabe qué sucederá y quizá las cosas pueden cambiar de un momento a otro”.
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Marco está actualmente en Lima pues decidió regresar desde Boston a raíz de la pandemia del coronavirus. Vino en uno de los vuelos humanitarios y ha debido seguir sus clases de manera virtual. “Yo estoy a mitad del programa y estoy en el paso del primer al segundo año, para hacer el ‘internship’ o la instancia de investigación para la universidad”, cuenta a este Diario.
A raíz de la pandemia, la Universidad de Harvard, así como la mayoría en el país, tuvo que pasar a la opción ‘online’ para el resto del semestre e iniciar bajo la misma modalidad la primera parte del siguiente ciclo, que va de setiembre a diciembre. Es lo que en Estados Unidos se llama ‘fall’ o período de otoño. “Harvard fue una de las universidades que sí había planeado mantener todo en forma ‘online’ priorizando el tema de la salud pública. Eso incluye a la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, que es donde yo estudio. Otras universidades sí han optado por un sistema híbrido de antemano, con un componente presencial y otro en línea. Hay otras que sí han programado abrir sus campus en setiembre, pero bajo ciertas medidas de seguridad”.
La Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) han presentado una demanda ante una corte de Boston para bloquear la medida adoptada el lunes por ICE, la agencia que controla la inmigración en el país.
“Yo estoy becado, así como muchos que reciben financiamiento de la universidad o de otras instituciones, y las becas suelen ser de años continuos. En estas circunstancias, si la universidad permite postergar un año la reincorporación, que en algunos casos ya está haciendo, choca con aquellas organizaciones que brindan las becas. Es todo un embrollo que se ha formado”, relata. Y no solo eso. Ante la cantidad de alumnos que postergarían su regreso a las aulas, tanto por la pandemia como por la decisión del ICE, en los siguientes semestres la universidad tampoco estaría en capacidad de recibir a demasiados alumnos, en medio de los protocolos por la emergencia sanitaria.
“La norma del ICE incluso dice que el alumno puede trasladarse a una universidad que tenga la modalidad híbrida desde setiembre. Pero trasladarse no tiene mucho sentido, es súper difícil hacer algo así, sobre todo cuando dependes de becas”.
Carrasco también analiza el trasfondo político de esta decisión del gobierno. “Con esta acción, lo que quiere Trump es coaccionar a las universidades para que abran y así todo siga de manera normal. La zona noreste de EE.UU. es bastante demócrata en cuanto a su filiación política, y buena parte de estas universidades están en Massachusetts, donde se ha controlado más o menos la pandemia. Si Trump logra que se abran los campus, entonces va a poder decir que las universidades querían cerrar solo por un tema político y no porque era necesario”.
Discriminación y opciones truncadas
Desde hace varios años, las universidades de élite de Estados Unidos se han poblado con estudiantes extranjeros, sobre todo asiáticos. Universitarios indios y chinos son los que más aplican a los centros de la Ivy League y, ciertamente, serán de los más afectados por esta medida.
“La medida del ICE también se ve como una acción de mala fe contra los estudiantes asiáticos. Desde hace algunos años, bajo pretexto de salvaguardar la seguridad nacional, ha habido seguimiento a estudiantes chinos o investigadores”, relata el economista.
De otro lado, una de las consecuencias de esta norma es ya no poder acceder al programa OPT (Optional Practical Training) que permite a los graduados permanecer trabajando un año en el país. “Bajo estas nuevas restricciones también está modificando la planificación de las estancias laborales. Las cosas ahora no se sienten bien. No hay consideración hacia el estudiante extranjero”.
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