El lunes 18 el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, publicó un paquete de leyes antimigratorias entre las que resalta una que faculta a la policía para detener y deportar a quienes consideren que han ingresado de forma ilegal al país sin necesidad de pasar por un proceso judicial.
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Considerada una de las leyes contra los migrantes más estrictas en la historia estadounidense, la SB4 penaliza los ingresos ilegales a Texas y los convierte en un delito estatal. En consecuencia, la policía podrá detener y deportar migrantes.
Además, las autoridades podrán arrestar a alguien basándose simplemente en sospechas de que se encuentre en situación migratoria irregular.
Por otro lado, la SB4 autoriza a los jueces estatales a ordenar la expulsión de los migrantes hacia México sin necesidad de celebrarse un juicio.
En caso de reincidencia, se considerará un crimen grave, lo que podría llevar a una condena de hasta 20 años de cárcel.
“La meta de esta ley es parar la oleada de ingresos ilegales de extranjeros a Texas”, aseguró Abbott durante la promulgación de la ley, y como ya es costumbre para el republicano enfiló sus baterías contra el gobierno federal encabezado por el demócrata Joe Biden.
Esta vez, además, incluyó al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en sus declaraciones, recordándole que la frontera tiene dos lados y que su gobierno podría haber podido “parar todo esto”.
“Esta nueva ley se suma a una serie de políticas que ha ido realizando el actual gobierno del estado de Texas en contra de la migración. Esta criminalización es contrario a los derechos humanos”, comenta a El Comercio Alberto Aziz Nassif, sociólogo mexicano e investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
- Condena de diversos frentes -
Diferentes organizaciones protectoras de los derechos de los migrantes, como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) de Texas y la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), alertaron que la ley provocará una mayor perfilación racial por parte de las fuerzas policiales y el martes 19 presentaron una demanda para impugnarla.
Actualmente, más de mil migrantes cruzan en promedio hacia Texas desde la frontera con México. Según Abbott el paquete de leyes planea frenar dicha ola migratoria; sin embargo, también genera preocupación y temor en los cerca de 12 millones de hispanos que viven en el mencionado estado sureño.
“Todas las medidas promulgadas por el gobernador Abbott han ido agravando las condiciones del tránsito y el paso a través de la frontera con obstáculos, pero esta nueva iniciativa judicializa y establece condiciones terribles para la migración porque incentiva una represión en contra de los migrantes. Además, alimenta una serie de prejuicios debido a que la simple sospecha ‘por la pinta’ de que alguien es un migrante irregular haga que pueda ser aprehendido”, señala Aziz.
También el martes 19, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, calificó de “radical” la ley, a la vez que aseguró que “deshumaniza” y “demoniza” a los migrantes. Sin embargo, hasta el momento la Administración Biden no ha confirmado que vaya a llevar la legislación de Abbott ante los tribunales.
Quien sí seguirá dicho camino será el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador: “Vamos a intervenir porque además esas son facultades que tienen que ver con la unión federal de Estados Unidos, esas no son atribuciones de los estados, él está usurpando funciones de política exterior, lo cual corresponde al Congreso y al presidente de Estados Unidos”.
Para Aziz, la respuesta mexicana llegaría especialmente desde el lado político, apoyándose en la importante relación comercial que mantiene el país azteca con Texas. “México como país va a presionar con los mecanismos que tenga a su alcance, esperemos que haya suerte. El principal argumento es que muchas de las medidas no le corresponden al estado sino al Gobierno Federal. Imagino que con la cantidad de asuntos e intercambios bilaterales que mantienen ambos países se espera que la legislación se eche para abajo. Creo que intentarán abordar la situación desde el lado jurídico, pero sobre todo lo harán desde el plano político”, comenta.
Durante su alocución, además, AMLO aseguró que la ley respondería al interés de Abbott por tener el beneplácito del ala más conservadora de los republicanos para las elecciones del 2024.
“El gobernador de Texas actúa de esa forma porque quiere ser candidato a vicepresidente del Partido Republicano en Estados Unidos y quiere con esas medidas ganar popularidad, no va a ganar nada, al contrario, va a perder simpatías porque en Texas hay muchos mexicanos, muchos migrantes”, remató el mandatario mexicano.
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