Washington [AFP/EFE]. El histórico juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comienzó este martes en el Senado en medio de una fuerte pugna entre la oposición demócrata y los republicanos -que controlan la Cámara alta- por las reglas que regirán el proceso.
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Cuatro meses después de que explotó el escándalo ucraniano que lastró el gobierno de Trump a 10 meses de las elecciones presidenciales, los 100 senadores se reunirán en el hemiciclo para el juicio que comenzará a las 13H00 (18H00 GMT) y que probablemente concluirá con la absolución del mandatario.
Trump se convierte así en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1999.
El jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, introdujo un proyecto de resolución sobre el procedimiento con el que busca excluir la evidencia sobre la investigación en tanto comprime la duración del proceso.
McConnell busca “de una forma deliberada esconder la verdad al Senado y al pueblo estadounidense, porque él sabe que las infracciones del presidente son indefendibles y exigen su destitución”, dijo en un comunicado la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
Las acusaciones
Los senadores deben decidir sobre los cargos que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, le imputó a Trump el mes pasado: abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Según la acusación, Trump intentó presionar a Ucrania para que interfiriera en las elecciones de 2020 en su favor, sugiriendo a su homólogo Volodimir Zelenski que investigara los negocios del hijo de Joe Biden, quien podría ser su rival demócrata en las presidenciales de noviembre.
Después, según los opositores, obstruyó el trabajó de la investigación en el Congreso al negarse a que sus principales asesores testificaran.
Trump y Zelenski hablaron por teléfono el 25 de julio, conversación durante la cual el mandatario estadounidense lo habría presionado para que anunciara una investigación sobre Biden.
Según los demócratas que lideraron la investigación, Trump manipuló a Ucrania al retener cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para un país que tiene un conflicto con rebeldes prorusos en el este de su territorio.
Se espera que los senadores voten de acuerdo a los lineamientos de su partido, y Trump cuenta con el apoyo de la mayoría republicana en el Senado, donde ostenta 53 escaños, por lo que el juicio político no tiene visos de prosperar.
Un “juicio amañado”
Los senadores votarán este martes las reglas del proceso que presidirá el jefe de la Corte Suprema, John Roberts, con un rol más bien protocolar.
El proyecto de resolución propuesto por McConnell contempla que cada parte tenga un total de 12 horas en dos días para presentar sus argumentos. Eso haría el proceso significativamente más corto que el juicio político contra Clinton.
Los demócratas han criticado con dureza este formato. El legislador demócrata Adam Schiff, a cargo de la acusación contra Trump, dijo que los republicanos buscan celebrar un proceso “amañado” reduciendo su duración y extendiendo las audiencias hasta muy tarde en la noche.
“Este es el proceso si uno no quiere que el pueblo estadounidense vea la evidencia”, dijo Schiff, que lideró las investigación contra Trump en la Cámara de Representantes.
La Casa Blanca espera que el juicio finalice en dos semanas. Si así fuera, serían tres semanas menos de lo que se extendió el proceso contra Clinton.
Por otra parte, los demócratas quieren que testifiquen altos cargos del gobierno de Trump, como su jefe de gabinete, Mick Mulvaney, y el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, con la expectativa de que aporten detalles de los intercambios de Trump con Ucrania.
Bolton dijo que estaba dispuesto a testificar, si lo citan.
Pero McConnell dijo que no va a considerar el tema de los testigos hasta después de las argumentaciones y los intercambios de preguntas.
Trump no se encuentra este martes en Washington, sino que está en Davos para participar en el Foro Económico Mundial y donde volvió a calificar al proceso en su contra de “una caza de brujas que ha estado sucediendo durante años y, francamente, es vergonzoso”.
¿Qué es un juicio político?
A grandes rasgos, un juicio político es un proceso mediante el cual el poder Legislativo puede destituir a un presidente si considera que ha cometido un crimen.
Según refleja la Constitución estadounidense, el presidente, el vicepresidente y todos los funcionarios civiles "serán destituidos de su cargo por acusación y condena por traición, soborno u otros crímenes y delitos menores".
Dada la amplitud de la definición, el Congreso puede iniciar el proceso debido a una actividad criminal, abuso de poder o cualquier otra presunta infracción.
¿Cómo se inicia un proceso de destitución?
El Comité Judicial de la Cámara Baja y el de Inteligencia inician una investigación para redactar los cargos políticos contra el presidente, que son después votados por el pleno de la Cámara de Representantes.
Una vez que son aprobadas las acusaciones, el presidente de la Cámara Baja tiene que proponer los legisladores que harán de “fiscales” en el proceso, que deben ser aprobados después por el pleno.
Tras ser refrendados en la Cámara de Representantes, los “fiscales” entregan formalmente los cargos al Senado.
En el caso contra Trump, la investigación se inició en septiembre pasado y durante varios meses seis comités de la Cámara Baja llevaron a cabo esas pesquisas.
Finalmente, en diciembre pasado, el pleno de la Cámara Baja aprobó los cargos contra Trump de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
No fue hasta la semana pasada cuando la jefa de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, propuso a los “fiscales” (en este caso siete), que fueron aprobados por ese hemiciclo y que el jueves entregaron formalmente los cargos a la Cámara Alta.
El juicio político
El juicio político propiamente dicho se celebra en el Senado. Durante el proceso, que hoy comienza, la cámara es dirigida por el presidente del Tribunal Supremo, en este caso el juez John G. Roberts, y los senadores actúan de jurado.
Antes del comienzo del “impeachment”, cada senador debe jurar, al igual que hacen los miembros del jurado en un juicio ordinario.
El jueves pasado, el juez Roberts juró como jefe de la Cámara Alta durante este proceso, en sustitución del vicepresidente Mike Pence, al igual que hicieron los senadores como miembros del “jurado”.
Una vez que el “impeachment” arranca transcurre de manera similar a un juicio tradicional: los fiscales comienzan con una declaración inicial, seguida de la de los abogados del presidente.
El testimonio de testigos ante el Senado es posible, pero en el caso del juicio a Trump todavía la Cámara Alta tiene que decidir si los permitirá.
Por otro lado, no existe ninguna obligación de que el presidente comparezca durante el juicio político.
A lo largo del proceso, los senadores escuchan los argumentos, al igual que hace un jurado ordinario. Si tienen dudas, pueden enviar sus preguntas por escrito para que sean formuladas por el presidente del Senado.
Después de que cada parte exponga sus argumentos finales, comienzan las deliberaciones en una sesión a puerta cerrada y cuando acaban, el Senado vota en público y por separado cada cargo político.
Se necesitan dos tercios para declarar culpable al presidente y, si no, sería exonerado.
Los republicanos tienen la mayoría en el Senado con 53 de los 100 escaños. De manera que el juicio político contra Trump solo podría salir adelante si una veintena de senadores republicanos cambiara bando y votara con los demócratas, algo que de momento parece poco probable.
Además, existe la posibilidad de que el Senado pase un moción para desestimar el caso, una votación que debe ser incluida en las normas antes del inicio del proceso o propuesto por los abogados del acusado, algo que en este caso los republicanos no ven con buenos ojos pues temen que divida al partido.