Donald Trump vuelve a ser el acusado en el segundo juicio político en su contra, pero varias figuras cambiaron respecto al infructuoso esfuerzo anterior para destituir al ahora expresidente.
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Trump fue sometido a un impeachment en diciembre de 2019 por abuso de poder y obstrucción al Congreso. En esta ocasión, es acusado de “incitación a la insurrección” por su papel en la asonada contra el Capitolio del 6 de enero, que dejó cinco muertos.
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A continuación, una lista de las personas que desempeñarán un papel clave en el juicio político que comienza el 9 de febrero.
Los fiscales
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, asignó el juicio político a un diverso grupo de nueve “gerentes”, todos legisladores demócratas de la Cámara Baja y abogados, ninguno de los cuales tuvo parte en el impeachment de 2020 contra Trump.
El grupo lo dirige Jamie Raskin, un académico constitucionalista que comenzó a redactar el artículo de juicio político poco después de que una turba de seguidores de Trump asaltara el Capitolio.
Raskin, de 58 años, de Maryland, asume el mayor caso de su carrera en momentos en que lamenta la muerte de su hijo Tommy, quien se suicidó en víspera de Año Nuevo.
“No voy a perder a mi hijo a fines de 2020 y perder a mi país y mi república en 2021”, dijo a CNN el mes pasado.
Stacey Plaskett, de 54 años, negra y madre de cinco hijos oriunda de las Islas Vírgenes, es otra de las “gerentes”.
Como delegada de un territorio estadounidense, Plaskett carece de los privilegios de votación en la Cámara Baja, por lo que no pudo votar a favor del juicio político contra Trump.
Pero ha expresado su modesta gratitud por haber sido elegida para ayudar a procesar el caso contra el ahora expresidente, de quien dijo que “intentó un golpe de Estado”.
La defensa
A diferencia de su primer juicio, cuando se sucedieron brillantes abogados para representarle, Trump penó para construir su equipo de defensa.
Tras una ola de renuncias, el magnate republicano reclutó in extremis a David Schoen, un penalista de Alabama, y a Bruce Castor, quien fue fiscal de Pensilvania y se negó en 2005 a procesar por agresión sexual al cómico Bill Cosby, quien fue condenado trece años después por estos abusos.
Los leales
Los 100 integrantes del Senado no solamente fungirán como jurado en el juicio contra Trump. También fueron testigos y víctimas de la asonada.
Muchos de ellos son leales a Trump, incluyendo a Josh Hawley, 41, de Misuri, un potencial aspirante presidencial; y Ted Cruz, abogado constitucionalista de Texas, quienes realizan una encendida defensa del exmandatario.
Ambos figuran entre los pocos legisladores que votaron en contra de la certificación de los resultados de la elección en estados específicos, incluso después de la asonada, y ahora advierten contra lo que Cruz califica de esfuerzo “vengativo” para condenar a un presidente que ya no ejerce el cargo.
En este grupo también figura el senador Rand Paul, quien acusó a los demócratas de estar “trastornados por su odio” a Trump.
La semana pasada, Paul, un oftalmólogo de 58 años, forzó una votación para frustrar el juicio por inconstitucional. Pero fracasó en su intento, con un resultado revelador: solo cinco republicanos votaron con los demócratas para continuar con el proceso.
Potenciales desertores
Se requieren dos tercios de los votos del senado para lograr una condena, por lo que 17 senadores republicanos tendrían que unirse a los demócratas para declarar culpable a Trump.
Es poco probable que se sumen esos votos, pero el senador Mitt Romney votó por la condena del mandatario en 2020 y Pat Toomey, de Pensilvania, dijo que Trump “cometió delitos enjuiciables” al incitar los disturbios del 6 de enero.
El asunto es si podrán imponerse sobre los escépticos. Moderados como Lisa Murkowski y Susan Collins están en la duda y el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, que tiene una importante influencia, afirmó en privado que considera votar por la condena.
El juez
El presidente de la Corte Suprema ostenta la atribución constitucional de presidir el tribunal de un juicio político contra un presidente.
Pero debido a que Trump ya no está en el cargo, el titular de la alta corte, John Roberts, quien presidió el proceso de 2020, dio un paso al costado.
Eso deja al senador demócrata Patrick Leahy, de 80 años, quien como el miembro más antiguo del partido mayoritario es presidente pro tempore del Senado, el rol de juez.
Es un lugar complicado para un liberal que también se desempeña como miembro del jurado y que enfrenta preocupaciones sobre su salud, tras ser hospitalizado brevemente pocas horas después de tomar posesión como titular del Senado 26 de enero.
Leahy, de modales apacibles, es un fanático de Batman, en cuyas películas ha tenido breves apariciones; también es un fotógrafo aficionado.
En un mitin de 2018, Trump lo acusó de abusar de la bebida. Leahy rechazó los comentarios calificándolos de “tonterías falsas”.
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