Washington (Agencias)
El intruso que puso en ridículo a la Casa Blanca el último viernes al lograr cruzar el jardín de la casa de gobierno de Estados Unidos, tenía 800 balas en su auto así como otras armas cuando entró en la residencia presidencial, informó hoy el fiscal federal David Mudd.
La autoridad explicó que el intruso, de nombre Omar J. Gonzáles, representaba un peligro para la seguridad del presidente estadounidense, Barack Obama.
El fiscal explicó que Gonzáles, de 42 años, es un excombatiente en Iraq (fue destinado a ese país en tres ocasiones) y portaba también dos hachas y un machete al momento del incidente.
El hombre fue arrestado tras eludir la seguridad de la Casa Blanca y fue presentado hoy ante un tribunal federal de Washington.
Gonzáles ya tenía acusaciones en el estado de Virginia por posesión ilegal de 11 pistolas que fueron encontradas en su auto junto con un mapa que indicaba la posición de la Casa Blanca, relató Mudd.
El acusado permanecerá detenido hasta el 1 de octubre, fecha en que tendrá lugar una audiencia preliminar.
ELEVAN LA SEGURIDAD
En tanto, el Servicio Secreto ordenó aumentar la vigilancia alrededor de la Casa Blanca, indicó hoy el portavoz presidencial, Josh Earnest.
El incidente ha generado revuelo en Washington al ser la primera vez que un asaltante recorre los 60 metros que separan la verja de la puerta e ingresa dentro de la residencia presidencial, pese a las fuertes medidas de seguridad.
En su rueda de prensa diaria, Earnest señaló hoy que la directora del Servicio Secreto, Julia Pierson, ha iniciado un revisión "integral" de lo ocurrido el viernes por la noche.
El vocero indicó que había conversado sobre el suceso con el presidente estadounidense, Barack Obama, quien en el momento del asalto no se encontraba en la Casa Blanca, ya que se había trasladado con su familia a la residencia de Camp David (Maryland) para un fin de semana de descanso.
"(El presidente) estaba obviamente preocupado, ya que su familia vive en la Casa Blanca (...). Pero al mismo tiempo, insistió en su confianza completa en el profesionalismo del Servicio Secreto", afirmó el portavoz.
Los medios estadounidenses revelaron hoy que el Servicio Secreto evalúa ampliar la zona de control de los ciudadanos para incluir la plaza Lafayette, donde se encuentra la Casa Blanca en pleno centro de Washington.