Luego de semanas de agitación electoral, Kamala Harris y Donald Trump finalmente entraron de lleno en la campaña por la Casa Blanca. Ambos eligieron a sus compañeros de fórmula y ajustaron sus estrategias, mientras apresuran sus esfuerzos para conquistar el voto de los estados clave. A menos de 100 días de la elección de noviembre, la recaudación de fondos será clave para lograr su objetivo, aunque en ese terreno es la candidatura demócrata la que lleva una clara delantera.
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Harris sabe que no tiene tiempo que perder. La actual vicepresidenta ha construido su candidatura en tiempo récord desde que hace poco más de dos semanas el mandatario Joe Biden se retirara de la contienda en medio de presiones del propio Partido Demócrata tras su débil actuación en el debate del 27 de junio frente a Trump.
La crisis interna provocó que varios donantes congelaran sus aportaciones a la campaña e hizo temer a los demócratas que la recaudación de dinero en julio fuera un fracaso. Sin embargo, el anuncio de la candidatura de Harris dio un impulso al partido que no solo se vio reflejado en el entusiasmo de los partidarios, sino también los fondos de la campaña.
Harris alcanzó cifras récord de recaudación, incluidos 200 millones de dólares en la primera semana transcurrida desde que Biden se bajó de la contienda. El buen recibimiento de su postulación quedó confirmado con el balance total de julio. Ese mes, la campaña del Partido Demócrata recaudó 310 millones de dólares, más del doble que los 139 millones de dólares reunidos por Trump en el mismo periodo, según reportes de ambas candidaturas.
“La tremenda muestra de apoyo que hemos visto en tan poco tiempo deja en claro que la coalición de Harris está movilizada, creciendo y lista para trabajar para derrotar a Trump en noviembre”, dijo la directora de campaña de Harris, Julie Chávez Rodríguez, en un comunicado.
Harris, que ha logrado recortar distancias con Trump en las encuestas, ha compaginado ese impulso con una intensa agenda que ha incluido mítines en Wisconsin y Michigan en los últimos días. La vicepresidenta y su nuevo compañero de fórmula, el gobernador del estado de Minnesota, Tim Walz, celebraron el mayor acto demócrata hasta la fecha para estas elecciones en el crucial estado de Pensilvania, donde se dirigieron a unos 14.000 espectadores.
La adición de Walz a la candidatura también agrandó las arcas. Su campaña recaudó 36 millones de dólares en las siguientes 24 horas después del anuncio y la venta de gorras con la frase ‘Harris Walz’ cosechó casi un millón de dólares tan solo el martes.
Trump, por su parte, encabezó un mitin el fin de semana en Georgia. En los últimos días, sus pronunciamientos se han dado principalmente desde Truth Social, la red social lanzada por el propio expresidente. En cuanto a sus fondos, aunque no se equiparan a los de su rival, la recaudación republicana tomó un impulso en julio, lo que algunos expertos atribuyen a un mayor respaldo tras el intento de asesinato contra el magnate durante un mitin en Pensilvania el 13 de ese mes.
Una campaña revitalizada
No solo los donantes le sonríen a Harris. La candidata demócrata está recortando la ventaja en las encuestas con respecto a Trump, en los estados del sur y suroeste, una zona que estaba del lado del republicano hasta hace unas semanas.
El analista internacional Francesco Tucci señala que es evidente que antes del retiro de Biden la situación era bastante crítica para los demócratas, tanto con el tema de los financiamientos como la credibilidad de Biden como candidato que pudiera derrotar a Trump.
“Con Harris hemos tenido un aire nuevo, un cambio, y eso se ha reflejado también con la recaudación porque se ha disparado. Harris ha revitalizado la campaña demócrata por completo. Porque con Biden como candidato no había todo este entusiasmo de los demócratas. Por lo que se veía, él no tenía grandes posibilidades de ganar y ahora parece que el partido se ha abierto en favor de Kamala Harris”, dice a El Comercio.
Según la campaña demócrata, dos tercios del total de julio provinieron de donantes primerizos, y la mayoría del total se recaudó con donaciones de 200 o menos. También afirmó que había visto un crecimiento entre los donantes de la Generación Z y los millennials, que parecen haber acogido a Harris con entusiasmo.
Pese a ello, conviene recordar que Harris está a la caza del voto moderado. En Estados Unidos no va a ser relevante el voto popular, sino el voto del colegio electoral, es decir, los candidatos deben buscar convencer a los estados pendulares con grandes números de electores que inclinarán la balanza en una contienda que se prevé reñida.
Un reto para los republicanos
En términos prácticos, una mayor recaudación permite a Harris gastar más y tener la posibilidad de organizar muchos más eventos, especialmente en los lugares donde es necesario más necesario.
“Tener más dinero también hace la diferencia porque envía el mensaje de que se está renovando el interés también de quienes invierten en la campaña electoral. Eso también es importante porque ayuda a que se considere a Harris como una candidata creíble, que puede darle batalla a Trump”, explica Tucci.
El diario “The New York Times” afirma que la campaña de Trump logró recaudar fondos de manera sólida y, muy probablemente, habría superado con creces a la de los demócratas si el partido no hubiera reemplazado a Biden por Harris.
Tucci enfatiza que el nuevo escenario añade más presión a Trump, quien, con bastante probabilidad, usará todos los recursos a su alcance para tratar de desprestigiar a su rival demócrata.
“Trump está buscando informaciones que puedan perjudicar a Harris. Parece que va a ser más agresivo e intentará hacer referencia a su vida personal. Y hay que recordar que Trump golpea duro. Ya empezó a cuestionar su identidad racial. Trump va a apelar a ataques de este tipo, quiere desacreditarla. Trump se ha dado cuenta que ya no tiene la victoria en el bolsillo como antes. La presión ha aumentado para él”, señala el experto.