Si Donald Trump es un outsider, efusivo e impredecible, su vicepresidente es todo lo contrario. Mike Pence aporta al tándem republicano la experiencia legislativa y gubernamental de la que el magnate carece y encarna, además, al conservador arquetípico.
Pence, gobernador de Indiana, de 57 años, se describe a sí mismo como "un cristiano, un conservador y un republicano, en ese orden".
El gobernador fue visto en el momento de su elección como una "opción de consenso" que podía hacer "digerible" a Donald Trump no solo entre la elite del partido sino también para el votante ultraconservador y el poderoso sector evangélico.
Estos grupos, con frecuencia entrelazados, nunca han confiado en que Trump sea un auténtico conservador: en el pasado apoyó a demócratas, se mostró abierto en temas divisores como el aborto y va por su tercer matrimonio, con un historial sentimental extensamente aireado en la prensa rosa.
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Al contrario, Pence lleva casado 31 años con su esposa, Karen, tiene tres hijos y no se le conoce ningún escándalo personal.
Además, su legado de conservadurismo social es intachable. En la Cámara de Representantes lideró el tipo de batallas que exaltan a ese sector y, como gobernador, firmó una ley criticada por permitir la negación de servicios a homosexuales en base a motivos religiosos y otra que prohíbe abortar por la discapacidad, raza o género del feto.
Durante su época como congresista, entre 2001 y 2002, batalló por la disciplina fiscal, un gobierno federal con menos peso, una política de defensa fuerte, restrictivas leyes migratorias y una agenda social rigurosamente conservadora. Es decir, por el abecé de la ortodoxia republicana.
Durante la campaña, el vicepresidente se mantuvo alejado de los escándalos de su compañero y evitó cualquier traspiés, manteniendo un tono más moderado y profesional.
En el debate de vicepresidentes, Pence exhibió una habilidad oratoria que forjó en sus años de locutor de radio y como presentador de un programa político en una televisión local.
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Pence no es conocido por su carisma ni por una personalidad arrolladora, pero no le hace falta: compitió por la Casa Blanca junto a unos de los candidatos que más pasiones, de amor y de odio, han levantado en la historia del país.
El gobernador, que antes de que Donald Trump ganara las primarias de Indiana apoyó al senador ultraconservador Ted Cruz, defendió después públicamente que el magnate "ha dado voz a la frustración de millones de estadounidenses trabajadores con la falta de avances en Washington".
Pence creció y cursó todos sus estudios, incluida su licenciatura en Derecho, en su Indiana natal, un estado eminentemente agrícola del Medio Oeste de Estados Unidos considerado históricamente un feudo republicano y que este 9 de noviembre se corroboró como tal.
Fuente: Agencias
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