Los hermanos Ovidio y Joaquín Guzmán López, hijos del narcotraficante encarcelado Joaquín ‘El Chapo Guzmán’, están en conversaciones con la fiscalía federal en Chicago, Estados Unidos, para llegar a un acuerdo de culpabilidad a cambio de beneficios. Así lo confirmó el lunes el abogado defensor de ambos, Jeffrey Lichtman, tras una breve audiencia.
Ovidio y Joaquín Guzmán López son dos de los cuatro líderes de Los Chapitos, una de las facciones del poderoso Cártel de Sinaloa en México. Los otros dos son sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, quienes están en libertad.
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“Hoy simplemente discutimos el estado del caso y revelamos que hay negociaciones para llegar a un acuerdo [con el Gobierno de Estados Unidos], lo cual no es realmente sorprendente porque es algo que se hace en todo tipo de casos”, confirmó a Noticias Telemundo el abogado Lichtman.
Ovidio Guzmán, alias ‘El Ratón’, de 34 años, fue extraditado a Estados Unidos en setiembre del 2023 para afrontar cargos por conspirar para distribuir droga, formar parte de una empresa criminal, exportar narcóticos a Estados Unidos, efectuar transacciones financieras con el producto de actividades ilegales y usar y portar ilícitamente armas de fuego. Se ha declarado no culpable.
Joaquín Guzmán López, de 38 años, fue detenido el pasado 25 de julio al llegar a Estados Unidos en compañía de Ismael ‘El Mayo’ Zambada, uno de los fundadores del Cártel de Sinaloa y quien dijo que había sido secuestrado por el hijo de El Chapo y entregado a las autoridades de EE.UU.
Sobre Joaquín Guzmán López pesan acusaciones por narcotráfico, blanqueo de dinero y violaciones a la ley de armas, delitos por los que también se declaró no culpable.
De acuerdo con la agencia EFE, Ovidio acudió este lunes a una audiencia en un tribual federal en Chicago, que se prolongó durante 15 minutos, como parte del proceso en su contra con miras a un juicio en caso de no alcanzarse un acuerdo previo de culpabilidad.
Telemundo dijo que el lunes la fiscalía, junto con la defensa, pidió más tiempo para llegar a un tipo de acuerdo para evitar un juicio. La siguiente audiencia será el 7 de enero del 2025.
El abogado Lichtman rechazó las especulaciones que señalan que ya hay un acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos a cambio de la libertad de ambos.
El medio estadounidense también informó que Ovidio Guzmán llegó a la audiencia con cadenas en los tobillos y vestimenta naranja, gafas puestas y audífonos. Usó un traductor para comunicarse con la jueza Johnson Coleman.
Antes de la cita del lunes, los hermanos Guzmán López habían sido trasladados de prisiones, generando especulaciones sobre su paradero en los últimos meses.
El registro del Buró Federal de Prisiones mostró que Ovidio fue excarcelado el 23 de julio del 2024, dos días antes de la captura de su hermano y de El Mayo Zambada.
Por su parte, El Mayo Zambada enfrenta la posibilidad de que se le aplique la pena de muerte. Es acusado de 17 delitos por narcotráfico y asesinato.
Los beneficios que recibirían Los Chapitos
Los Chapitos se pusieron al mando del Cártel de Sinaloa junto con El Mayo Zambada y Dámaso López Núñez, alias ‘Licenciado’, después de la detención de El Chapo Guzmán, quien fue extraditado a Estados Unidos y condenado a cadena perpetua.
¿Qué podrían estar negociando Ovidio y Joaquín? Ambos tendrían que acordar con la Fiscalía declararse culpables y cooperar con las autoridades de Estados Unidos a cambio de reducción de su condena, como ya han hecho otros narcotraficantes que han enfrentado la justicia en Estados Unidos. Algunos incluso ya han salido en libertad.
Los hermanos Guzmán tendrían que traicionar a sus antiguos socios para obtener beneficios.
La guerra en Culiacán por la traición a El Mayo
En México, a consecuencia de la traición a El Mayo Zambada, Los Chapitos y los hombres de este capo de 76 años libran una guerra desde el pasado 9 de setiembre que ha dejado numerosos muertos y ha hundido en el caos a la ciudad de Culiacán.
De acuerdo con el periodista Ioan Grillo, autor del libro “El Narco, en el corazón de la insurgencia criminal mexicana”, el pasado 2 de setiembre varios jefes del narcotráfico llegaron a un rancho en un lugar conocido como Los Sitios, en Sinaloa, para ultimar los planes de guerra contra Los Chapitos. Al frente de la reunión estaba Ismael Zambada Sicairos, o ‘Mayito Flaco’, el hijo de 42 años de El Mayo.
A la reunión, de acuerdo con Grillo, también asistió Fausto Isidro Meza Flores, conocido como Chapo Isidro, un importante narcotraficante asentado en la ciudad de Guasave, en el norte de Sinaloa.
Otro de los asistentes fue José Gil Caro Quintero, conocido como ‘Pelo Chino’ o ‘Curly’, primo de Rafael Caro Quintero.
En esa reunión sellaron una alianza contra Los Chapitos y ultimaron detalles para la venganza, sostiene Grillo. El Chapo Isidro y Caro Quintero se comprometieron a enviar sicarios, dinero y armas para apoyar a Mayito Flaco.
Ioan Grillo sostuvo en su portal CrashOut que su fuente fue un operador cercano a la facción de Caro Quintero en Sonora.
“Quieren fumigar los Chapitos”, dijo la fuente. “Va a haber mucha violencia”.
Hasta los primeros días de octubre, la guerra ya dejaba al menos 150 personas asesinadas, según cifras de la fiscalía del estado de Sinaloa.
La carta de El Mayo Zambada
La Fiscalía de México ha anunciado que estudia la posibilidad de presentar cargos por traición a la patria contra Guzmán López o cualquier persona implicada en la entrega de El Mayo Zambada a Estados Unidos.
La agencia AP indicó que la inusual investigación por traición a la patria se basa en un artículo del Código Penal mexicano que establece penas de hasta 40 años de cárcel por ese delito.
Ese artículo tipifica como traición a la patria atacar a México en nombre de una potencia extranjera, servir a un ejército extranjero, y también establece que la norma le alcanza a “quienes secuestren ilegalmente a una persona en México para entregarla a autoridades de otro país”.
En una carta hecha pública a principios de agosto por el abogado Frank Pérez, quien defiende a El Mayo Zambada, este relató cómo fue traicionado, secuestrado y entregado a Estados Unidos.
“Deseo decir desde el principio que no me entregué y que no vine voluntariamente a Estados Unidos. Tampoco tenía ningún acuerdo con ninguno de los dos gobiernos. Al contrario, fui secuestrado y traído a Estados Unidos por la fuerza y contra mi voluntad”, dice la carta.
“Joaquín Guzmán López me pidió que asistiera a una reunión para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado. Yo estaba enterado de una disputa en curso entre Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, y Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex diputado federal, alcalde de Culiacán y rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), sobre quién debería dirigir esa institución. Me dijeron que además de Héctor Cuén y el gobernador Rocha Moya, también estaría presente en la reunión Iván Guzmán Salazar”.
“El 25 de julio acudí al rancho y centro de eventos llamado Huertos del Pedregal, en las afueras de Culiacán, donde se llevaría a cabo la reunión. La reunión estaba programada para las 11:00 a.m. y llegué un poco antes. Vi a un gran número de hombres armados con uniformes militares verdes que supuse que eran pistoleros de Joaquín Guzmán y sus hermanos. Me acompañaban cuatro miembros del personal de seguridad, de los cuales dos se quedaron fuera del perímetro. Los dos que entraron conmigo eran José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa, y Rodolfo Chaidez, miembro de mi equipo de seguridad desde hacía mucho tiempo”.
“Mientras caminaba hacia la zona de reuniones, vi a Héctor Cuén y a uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una sala que tenía una mesa llena de fruta. Vi a Joaquín Guzmán López, a quien conozco desde que era un niño, y me hizo un gesto para que le siguiera. Confiando en la naturaleza de la reunión y en las personas implicadas, le seguí sin vacilar. Me condujeron a otra habitación oscura”.
“En cuanto puse un pie dentro, me tendieron una emboscada. Un grupo de hombres me asaltó, me tiró al suelo y me colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta. Durante todo este calvario, me sometieron a malos tratos físicos, que me causaron lesiones importantes en la espalda, la rodilla y las muñecas. Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado”.
“Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo. El vuelo duró entre 2 ½ y 3 horas, sin escalas, hasta que llegamos a El Paso, Texas. Fue allí, en la pista, donde los agentes federales estadounidenses me detuvieron. La idea de que me entregué o cooperé voluntariamente es completa e inequívocamente falsa. Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”.
“Estoy consciente de que la versión oficial de las autoridades del estado de Sinaloa es que Héctor Cuén fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos hombres en motocicleta que querían robar su camioneta. Eso no es lo que ocurrió”.
“Fue asesinado a la misma hora, y en el mismo lugar, donde yo fui secuestrado. Héctor Cuén era amigo mío desde hacía mucho tiempo, y lamento profundamente su muerte, así como la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez, a quienes nadie ha vuelto a ver ni a saber de ellos. nadie ha vuelto a saber de ellos”.
“Esto es lo que ocurrió y no las historias falsas que circulan”, dijo ‘El Mayo’ Zambada.
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