Milagros Asto Sánchez

Cinco años después de la masacre en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, en Florida, el encabezado de la noticia en la prensa de podría ser completamente igual: 17 muertos, 17 heridos y una ráfaga de tiroteos que no tiene cuando acabar.

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El luto volvió al país el último lunes, cuando tres estudiantes murieron y otros cinco resultaron heridos en un tiroteo en la Universidad de Míchigan. A inicios de año 11 personas fueron abatidas cuando festejaban el Año Nuevo Lunar en un salón de baile concurrido por estadounidenses mayores de origen asiático en California.

Desde el 1 de enero, Gun Violence Archive, un proyecto sin ánimo de lucro que sigue la violencia con armas de fuego en el país, ya dio cuenta de seis ataques armados, es decir, que han dejado al menos cuatro muertos, y de 71 tiroteos, que causaron un saldo de al menos cuatro heridos. En total, la violencia de las armas ha provocado 5,326 muertes en lo que va del año.

El tiroteo en la Universidad de Michigan dejó tres muertos. (Foto: Jakkar Aimery / Detroit News / AP)
El tiroteo en la Universidad de Michigan dejó tres muertos. (Foto: Jakkar Aimery / Detroit News / AP)

Además de evidenciar lo común que es la violencia armada en Estados Unidos, las cifras evidencian que el problema ha ido en aumento en los últimos años. En este país hay más armas individuales que habitantes. Uno de cada tres adultos posee al menos un arma y casi uno de cada dos adultos vive en una casa donde hay un arma.

Octavio Pescador, profesor en la UCLA y comentarista de CNN en Español, opina que la situación en Estados Unidos es crítica, pero habitual. “Lamentablemente es una realidad cotidiana. Hace unos días fue la universidad en Michigan, hace cinco años fue Parkland y hace muchos años más fue la escuela Sandy Hook. Esa realidad ya es parte de la conciencia social, es decir, nuestra sociedad ya está acostumbrada a que este tipo de actos ocurran. Ya van más de 70 incidentes de este tipo este año. Es una cuestión masiva”, dice a El Comercio.

Acciones insuficientes

Pese a la magnitud del problema, el control de armas es un tema espinoso en Estados Unidos, en el que republicanos y demócratas no encuentran consenso. El martes 14, en el aniversario de la masacre en Parkland, el presidente Joe Biden anunció 231 millones de dólares para los estados que deseen implementar los llamados “programas de bandera roja”, que permiten restringir el acceso a armas a aquellos individuos que suponen un peligro para ellos mismos o para otros.

El Gobierno Estadounidense tiene acceso a esos fondos porque fueron aprobados por el Congreso en junio del 2022, cuando demócratas y republicanos accedieron a aumentar el control sobre las armas de fuego por primera vez en 30 años.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. (Foto: AFP)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden. (Foto: AFP)
/ ANDREW CABALLERO-REYNOLDS

Sin embargo, los tibios esfuerzos no han podido frenar el problema. Pescador explica que los acuerdos sobre el tema dependen de la voluntad política que tengan los líderes de turno. En Estados Unidos, la división política sobre este tema se resume en que los republicanos son más laxos en términos del control de armas y los demócratas más rigurosos.

Cuando hay administraciones demócratas en el Ejecutivo y mayorías en el Legislativo pues este tipo de paliativos como el anunciado por Biden tienen más eco y presencia en los medios y en las iniciativas legislativas. Sin embargo, esas medidas no son completas ni suficientes. Hace unos años se había logrado reducir la incidencia de muertes con los rifles de alto poder gracias a un control sobre ellos, pero después expiró una ley que ayudaba en ese propósito y luego las administraciones republicanas no la reanudaron o reestablecieron en otra forma. Eso es lo que está tratando de hacer Biden”, señala el analista.

A nivel general, considera Pescador, el mandatario intenta establecer esa agenda y, en lo particular, busca usar los recursos a su disposición para mostrar que hay una voluntad política de hacer algo para, al menos, contrarrestar los efectos de esta situación.

Camino cuesta arriba

¿Por qué no se puede poner freno a estas masacres? En un artículo reciente sobre los tiroteos masivos en el país, el diario “The New York Times” afirmaba que no es ninguna coincidencia que estos hechos se hayan vuelto más frecuentes y letales con el paso del tiempo.

Flores, velas y recuerdos se sientan fuera de uno de los monumentos conmemorativos improvisados ​​en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. (Foto de RHONA WISE / AFP)
Flores, velas y recuerdos se sientan fuera de uno de los monumentos conmemorativos improvisados ​​en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. (Foto de RHONA WISE / AFP)
/ RHONA WISE

Los asesinatos en masa no son solo actos de violencia al azar, sino más bien un síntoma de un problema social más profundo: el continuo aumento de las ‘muertes por desesperación’, un término que se ha utilizado para explicar las tasas de mortalidad en aumento entre hombres blancos y predominantemente de mediana edad causadas por suicidio, sobredosis de drogas y abuso de alcohol”, señala el medio.

Pescador considera que en la raíz del problema está que la libertad de poseer armas se considera en la esencia de Estados Unidos. “Mientras las armas existan en la sociedad es imposible controlar todas las instancias donde alguien, en un momento de ira, pueda abrir fuego. Los autores de estos actos no tienen necesariamente el mismo perfil y eso hace muy difícil prevenir que tomen sus armas y disparen. Una pistola pequeña es suficiente para matar a mucha gente”, señala.

Sin embargo, el controlar a aquellos que tienen armas más letales obviamente sí tiene un impacto de reducción de estos tiroteos, pero no elimina el problema, solo lo reduce”, agrega.

A nivel de influencia política, uno de los actores predominantes del problema es la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés). Debido a su influencia es difícil que el Congreso apruebe una normativa contra el control de armas, más aún ahora que los republicanos han tomado el control de la Cámara Baja.

La NRA es una de las organizaciones más fuertes y con presencia nacional. Tiene vínculos con otras organizaciones y políticos. Se ven más su influencia y sus intereses en el Partido Republicano, pero también hay demócratas que apoyan la libertad de poseer armas. La NRA tiene una forma de operar muy eficaz porque conoce los ciclos políticos, las vulnerabilidades y las ventajas de los candidatos y por eso invierten sus recursos para respaldar candidatos afines a ellos”, concluye Pescador.