Hoy, Paul Manafort afronta el inicio de su primer juicio de la trama rusa en una corte federal de Virginia. (AFP)
Hoy, Paul Manafort afronta el inicio de su primer juicio de la trama rusa en una corte federal de Virginia. (AFP)
Redacción EC

Paul Manafort es un novelesco estratega internacional que en los últimos años dejó de asesorar a quienes fermentaron la revolución del Maidán en Ucrania para guiar al magnate Donald Trump en su camino a la Presidencia de Estados Unidos.

A sus 69 años, el exjefe de campaña del multimillonario atesora una amplia carrera de asesoría, presión y, sobre todo, cercanía al poder; una vida de conexiones en la sombra que le han vinculado de manera más o menos directa con presidentes y élites políticas de distintos países, incluidos estadounidenses.

Hoy, Manafort afronta el inicio de su primer juicio de la trama rusa en una corte federal de Virginia.

Con múltiples pasaportes, cuentas en el extranjero, lavado de dinero y supuestos intentos de manipular testigos, los documentos judiciales de su caso asemejan su figura a la de un agente encubierto de una novela de acción.

Si algo ha marcado el devenir de Manafort han sido sus trabajos con Kiev para el expresidente prorruso Víktor Yanukóvich, para quien diseñó una táctica política ante su pueblo, pero también de cara a los ojos de las élites europeas y estadounidenses.

El plan, tejido por el estratega entre bastidores desde 2006, acabó con Yanukóvich en la Presidencia cuatro años después, aunque este terminó sucumbiendo en 2014, cuando la revolución del "Euromaidán" tumbó al mandatario ucraniano.

La actividad de Manafort como lobista y jefe táctico de Yanukóvich, ahora exiliado, se ha convertido en el principal escollo de este abogado ante las pesquisas de la trama rusa, donde es acusado -entre otros- de delitos económicos y de no registrarse como agente exterior al realizar labores de presión para un Gobierno extranjero en Estados Unidos.

El ambicioso graduado en Derecho en Georgetown, Washington, había creado una institución para presionar a políticos europeos sobre la imagen de Yanukóvich, con quien mantenía una estrecha relación, y llegó a impulsar un informe sobre el encarcelamiento de su rival política Yulia Timoshenko, según se extrae de los escritos de acusación de la corte federal.

Manafort creó un entramado de cuentas en paraísos fiscales en las que recibía y manejaba los millones de dólares que ganaba en Ucrania y el resto del mundo, unos beneficios que luego se gastaba en Estados Unidos, donde llevaba una "lujosa" vida, de acuerdo a los documentos judiciales.

Este hombre oriundo de Connecticut logró "decenas de millones de dólares" entre 2006 y 2015 y mantuvo una estructura creada para ocultarlos hasta 2017, después de haber formado parte durante cinco meses de la campaña del ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, donde llegó a ser jefe del equipo del magnate.

El acusado siguió trabajando en la creación de opiniones favorables al Kremlin tras haberse entregado al FBI el pasado octubre, participando en la redacción de un editorial de un medio impreso.

De acuerdo a su defensa, él no es más que un exitoso consejero internacional que ha encadenado viajes durante años, en contra de las informaciones sobre su figura: "Le han pintado como un Jason Bourne, pero es más sencillo que eso", alegaron sus abogados, en alusión al famoso agente de la CIA de la saga de ficción.

Su equipo de letrados cree que Manafort, casado durante cuarenta años y padre de dos hijas, es víctima de un relato "novelesco" en el que se ha cimentado parte de los delitos que se le imputan y sostiene que su fortuna es simplemente el resultado de una vida de trabajo.

Descendiente de inmigrantes italianos, entró en la campaña de Trump en marzo de 2016 y llegaría a convertirse en el jefe absoluto hasta que ese mismo agosto se viera obligado a dimitir tras conocerse que ocultó 12,7 millones de dólares recibidos de Ucrania.

La ambición es sin duda uno de los aspectos que caracterizan a este personaje, que ya había participado antes en campañas de políticos conservadores.

Sus vínculos con el Partido Republicano tienen su origen en su padre, que fue alcalde de un municipio de Connecticut.

Emigrando a la capital para estudiar, comenzó a tejer una red de contactos que terminó llevándole a participar en la fallida campaña de reelección del presidente Gerald Ford (1974-1977) y la primera victoriosa de Ronald Reagan (1981-1989), décadas antes de que acabara entre rejas el pasado junio.

Fuente: EFE

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