Cuando el pasado noviembre le empezó un intenso dolor de estómago, Paula Durán pensó que era lo normal en su estado.
Estaba en la recta final de su tercer embarazo.
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La noticia de ese embarazo la conoció estando ya en EE.UU., a donde se mudó en mayo desde su natal Huila, Colombia, con su marido, Sergio Vega, y sus dos hijas, Nanita y Julieta, de 9 y 4 años.
"Estando aquí recibimos la gran noticia de que íbamos a ser nuevamente papás", cuenta Vega en un video de su cuenta de Instagram.
"Le pedimos tanto a la Virgen del Rosario que nos regalara un niño… [Ella] seguía sus controles médicos, estábamos llevando una vida tranquila, felices porque iba a nacer nuestro goleador. Era mi sueño llevarlo a los entrenamientos y sentía que eso estaba cerca".
Pero tanta felicidad se vio empañada con la confirmación de que los mareos y malestares que la colombiana de 27 años atribuía a la gestación se debían en realidad a un tumor.
Un cáncer que pronto se volvería metastásico.
Después de que los médicos le dieran a Durán un mes de vida, el matrimonio le pidió al gobierno estadounidense que les otorgue visas humanitarias a los padres de ambos para que la puedan acompañar en su casa de Concord, en el norte de California, el tiempo que le queda.
"Necesitamos ese cariño", dice Vega en las redes, desde las que ha emprendido una campaña con ese objetivo.
El diagnóstico y la peor de las noticias
Las cosas empezaron a complicarse en la semana 34 de embarazo, a finales del octavo mes.
Al dolor de estómago se le sumó el de cabeza, y unos mareos y vómitos constantes.
Tras una serie de idas y venidas al médico, y en vista de que su salud empeoraba por momentos — "estaba casi vegetal"—, el 28 de noviembre Vega la llevó de urgencia al hospital.
"La llevé a las 8 de la mañana, le hicieron todos los estudios pertinentes y a las 11 de la noche nos dieron la trágica noticia de que tenía un tumor en el cerebro de cuatro centímetros", cuenta el colombiano en sus redes.
A partir de ese momento los sucesos se precipitaron.
Fue trasladada de inmediato a otra clínica, el Hospital John Muir en Walnut Creek, donde al día siguiente le realizaron una cesárea de emergencia y dio a luz a un bebé sano.
"Ese 29 de noviembre, a las 11 de la mañana, Juan José nos dio un gran mensaje: que luchemos por la vida, porque a pesar de la adversidad en la que se encontraba, él había nacido". A las 24 horas ya estaba respirando por sí mismo.
Al día siguiente fue sometida a una cirugía y le extirparon parte del tumor.
El matrimonio pensó en volver de inmediato a Colombia tras la intervención y antes de empezar el tratamiento de radiología y quimioterapia —"sabemos que son procedimientos bastante fuertes que van desgastando a la persona"—, pero los médicos lo desaconsejaron.
Aún les quedaba otro anuncio que hacerles, el peor de todos: el cáncer había hecho metástasis y se había extendido a otros órganos.
"Acabo de tener una reunión con todos los médicos. Me dieron una noticia que me partió el alma, me desgarró el corazón totalmente. Es la peor noticia que he recibido en mi vida", dice Vega en un video publicado el 7 de enero.
"Ya médicamente en el hospital no le van a hacer nada más. Le dieron un mes de vida a mi esposa".
Al día siguiente la trasladaron a su casa del área de la bahía de San Francisco y desde entonces permanece allí en cama, bajo los cuidados de su marido y la atención de una enfermera que le suministra fármacos para el dolor.
Y a diario, a través de su cuenta de Instagram, Vega mantiene a sus seguidores al día sobre cómo evoluciona su esposa.
Comparte videos de momentos alegres, como aquel en el que la agarra de las manos, haciendo que bailan mientras suena de fondo su canción favorita.
En otros habla directamente a cámara y describe, por ejemplo, una noche de desvelo por un bebé que llora y una esposa que sufre.
Recibe por ellos cientos de comentarios de ánimo y se han organizado toda una serie de eventos para recaudar fondos para ayudar económicamente a la familia.
Y Vega también usa esa plataforma para sumar apoyos a su campaña para conseguir visas humanitarias.
Campaña para las visas humanitarias
"Hola, señor presidente, señor Biden. Quiero pedirle que puedan pasar mis papás y mis suegros acá a Estados Unidos, para poder estar con el apoyo de ellos", se le ve a Durán decir con dificultad en uno de los últimos videos subidos a la cuenta.
En el texto que lo acompaña se pide a los usuarios compartirlo, usar una serie de hashtags y etiquetar a Potus (el acrónimo en inglés del presidente de EE.UU.) y a la vicepresidenta, Kamala Harris.
"Es que estamos haciendo un llamado directo al gobierno de Biden, al presidente, a la vicepresidenta. Ellos tienen el poder para cambiar esta situación", le dice a BBC Mundo Jessica Domínguez, la abogada que los está asistiendo en el proceso.
Hasta el momento de esta publicación, el gobierno de EE.UU. no se ha pronunciado públicamente sobre el caso.
Una sección de la Ley de Inmigración y Nacionalidad permite que los extranjeros "inadmisibles" ingresen (o permanezcan) en EE.UU. temporalmente cuando hay "una razón humanitaria urgente" o la entrada confiere un "importante beneficio público".
Se hace a través de una visa humanitaria, un documento también conocido como parole o permiso humanitario.
Entre lo que el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. considera una razón humanitaria urgente está el "cuidar o proporcionar apoyo a un familiar que esté en EE.UU. con una enfermedad grave o terminal".
También recibir tratamiento médico, donar órganos a una persona que esté en el país o asistir al funeral de un familiar.
Las solicitudes se estudian caso por caso, valorando las pruebas presentadas, y se otorgan a discreción.
"Hay que presentar razones humanitarias y en este caso tenemos tantas… Hay suficiente evidencia para pedir una visa humanitaria", añade la abogada Domínguez.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia informó el lunes que desde que conoció el caso de la familia, ha estado en contacto permanente con Vega y se le ha "brindado el acompañamiento necesario".
"De acuerdo con la asistencia humanitaria que se brinda en estos casos, la Cancillería de Colombia ya radicó ante la Embajada de Estados Unidos en nuestro país la solicitud de visa humanitaria para los familiares de Paula Andrea Durán", añadió en un comunicado publicado en su página web.
Gloria Camargo, la madre de Durán, había pedido apoyo al presidente de Colombia, Gustavo Petro.
"Vean a una mamá con un dolor muy grande en su corazón, de no poder estar con su hija en un momento tan duro como este", dijo en entrevista con Noticias Caracol.
"Ojalá yo hubiera podido estar desde hace mucho tiempo atrás con ella. Yo sé que las cosas no son fáciles pero, por favor, que el presidente Petro escuche a esta mamá que ruega y suplica por intervenir con Estados Unidos para que me puedan dar esa visa humanitaria".