Las autoridades declararon un motín el domingo en la mañana en Portland, Oregón, luego de que una cerca que rodeaba el edificio del Palacio de Justicia de la ciudad, donde agentes estadounidenses estaban guarnecidos, fuera derribada.
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La policía describió a través de Twitter la “conducta violenta de las personas en el centro” como la creación de un “grave riesgo de alarma pública”. Alrededor de la 1:20 am del domingo, la policía exigió que las personas abandonaran el área que rodea el Palacio de Justicia y dijo que aquellos que no se adhieran pueden ser arrestados o sometidos a gases lacrimógenos y armas de impacto.
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A la 1:40 a.m., se podía ver a los oficiales federales y a la policía de Portland en las calles, rodeando el juzgado, intentando despejar el área y arrojando gases lacrimógenos.
Los manifestantes permanecieron en las calles después de las 2:30 a.m., formando líneas a través de las intersecciones y sosteniendo escudos improvisados, mientras la policía patrullaba y cerraba bloques colindantes con el área. Se realizaron múltiples arrestos, pero no estaba claro de inmediato cuántos.
DESDE HACE DOS MESES
En las horas previas, miles de personas volvieron a congregarse en Portland para otra noche de protestas, mientras las manifestaciones por la muerte de George Floyd y el despliegue de agentes federales enviados por el presidente, Donald Trump, continuaban sin visos de amainar.
La multitud empezó a marchar hacia el tribunal federal de la ciudad en torno a las 21:15. Un gran grupo de manifestantes en el vecindario de North Portland también marchó ante la comisaría local, que estaba acordonada y rodeada de agentes con equipo antimotines.
La gente hizo una parada ante un hotel Marriott del centro de la ciudad, donde según medios se alojan agentes federales, para corear “marchaos, federales” y repetir los nombres de personas negras muertas a manos de la policía.
Mientras los manifestantes recorrían las calles, la policía de la ciudad pidió en medios sociales que la gente no bloqueara ni caminar por la calzada, dado que eso podría suponer cargos como alteración del orden público o interferir con fuerzas de seguridad.
Durante las manifestaciones de la noche anterior, agentes federales lanzaron rondas sucesivas de gases lacrimógenos para dispersar violentas protestas que se prolongaron hasta la madrugada del sábado. Seis agentes federales resultaron heridos y una persona fue detenida, según las autoridades.
Se han producido protestas en la ciudad más grande de Oregon todas las noches durante dos meses desde que Floyd murió en mayo en Minneapolis a manos de la policía. Trump dijo haber enviado agentes federales a Portland para frenar las protestas, aunque autoridades estatales y municipales afirman que están empeorando la situación.
El sábado se registraron protestas pidiendo reformas de la policía y contra la creciente presencia de fuerzas federales en ciudades de todo el país. En Seattle, la policía declaró una situación de disturbios el sábado por la tarde tras varias manifestaciones grandes y empleó granadas de flash y aerosol de pimienta para intentar desalojar a la gente. Más de dos docenas de personas fueron detenidas y un agente fue hospitalizado con una lesión en la pierna causada por un explosivo.
Un juez federal denegó el viernes por la noche la petición de la secretaria de Justicia de Oregon de que restringiera las acciones de la policía federal.
El Servicio Federal de Protección había declarado como asamblea ilegal la congregación iniciada el viernes por la noche en Portland. Algunas personas lanzaron grandes fuegos artificiales, arrojaron proyectiles duros y utilizaron herramientas eléctricas para dañar propiedades, según dijo en una rueda de prensa el sábado por la tarde Harry Fones, portavoz de Seguridad Nacional.
De los seis agentes federales heridos, uno sufrió una conmoción cerebral y otro fue trasladado a un hospital por quemaduras, indicó Craig Gabriel, asistente del fiscal federal para el distrito de Oregon.
Una persona fue detenida por no cumplir órdenes y liberada más tarde sin cargos, señaló. Eso elevaba a 60 el número de personas detenidas en los terrenos del tribunal y sus alrededores desde principios de julio.
“Son los menos en la multitud los que vienen no con la intención de hacer nada con su voz, sino con la intención de destruir y de confrontación, por desgracia, con la policía federal”, dijo Gabriel, reconociendo que la mayoría de los manifestantes eran pacíficos.
“Si el tribunal puede mantener su integridad y no ser objeto de daños o ataques, los agentes se irá a casa. No es por ser superficial, pero creo que es así de sencillo”, agregó Gabriel.
Fuente: AP
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