Estados Unidos ha visto recientemente una oleada de amenazas de grupos de extrema derecha que se han puesto un objetivo radical: atacar la red eléctrica del país.
Su intención no es el simple vandalismo, sino que buscan hacer realidad una teoría llamada "aceleracionismo" que tiene como fin último una revolución social con fines nada loables.
MIRA: Qué es el polémico Proyecto Willow, uno de los mayores planes de explotación petrolera en la historia de Alaska que aprobó Biden
Las autoridades y expertos en terrorismo han estado detectando un aumento en las amenazas y las discusiones en internet sobre esta teoría que comparten supremacistas blancosy nacionalistas de ultraderecha no solo en EE.UU., sino en otros países occidentales.
Uno de los casos más conocidos es el de Brandon Russell, de 27 años, fundador de un grupo neonazi de EE.UU. que. junto a su pareja, Sarah Clendaniel (34), ha sido acusado ante un tribunal de conspirar para atacar la red eléctrica de la ciudad de Baltimore.
En una audiencia este viernes, ambos se declararon no culpables.
Pero en mensajes revelados en documentos judiciales, se supo que Clendaniel tenía contemplado un complot que calificó de "legendario" y el cual tenía como objetivo "destruir por completo toda la ciudad" de la costa este de EE.UU.
De ser hallados culpables, su proceso implica una pena de hasta 20 años de prisión.
No son los únicos.
Los ataques contra la infraestructura son una obsesión de mucho tiempo de los grupos nacionalistas blancos y de extrema derecha. Cada vez hay más discusión al respecto en espacios extremistas en internet.
Veryan Khan, presidente y director ejecutivo del Consorcio de Investigación y Análisis del Terrorismo (Trac), dice que los ataques "no son una cuestión de si pueden pasar, sino cuándo pasarán".
¿Qué es el aceleracionismo?
Esta teoría extremista se basa en la creencia de que la sociedad es intrínsecamente inestable.
Según sus argumentos, individuos y grupos organizados tienen la misión de aumentar esa inestabilidady generar un colapso que resulte en una revolución social.
Eso no es exclusivo de los grupos de extrema derecha y no implica necesariamente violencia, pero la teoría se usa como motivador en los círculos de supremacistas blancos, explica Veryan Khan.
"Su objetivo principal es colapsar la sociedadpara que puedan reconstruirla para el hombre blanco", señala.
Bennett Clifford, del Programa sobre Extremismo de la Universidad George Washington, coescribió un artículo el año pasado que analizaba los ataques yihadistas y nacionalistas blancos.
Concluyó que, desde 2016, "los complots de supremacistas blancos dirigidos a los sistemas de energía aumentaron drásticamente en frecuencia".
El informe contabilizó 11 casos de nacionalistas blancos arrestados y acusados en un tribunal federal de planear ataques contra el sector energético después de 2020.
"La posibilidad de que alguien sea capaz de realizar un ataque de esta naturaleza es sustancial", advierte Bennett, "y más sustancial de lo que ha sido en los últimos años".
Ataques recientes
Además del presunto complot de Baltimore, las autoridades están investigando varios ataques recientes a instalaciones eléctricas en los estados de Carolina del Norte, Oregón y Washington.
El ataque de Carolina del Norte, en el condado de Moore a principios de diciembre, dejó sin electricidad a 35.000 personas durante varios días. Nadie ha sido arrestado y la investigación está en curso.
Las autoridades dicen que no han encontrado una conexión entre el presunto complot de Baltimore y el ataque de Carolina del Norte, además de que se desconoce el motivo de la mayoría de los otros ataques.
Russell es el fundador de la División Atomwaffen, un grupo neonazi que se ha relacionado con asesinatos, detonaciones de bombas y conspiraciones en Estados Unidos y otros países. El grupo está vetado en Reino Unido y Canadá.
Pasó un tiempo en prisión por cargos de explosivos, y mientras estaba encarcelado conoció a Clendaniel, quien fue condenada por robo a mano armada, según la acusación judicial.
Una vez que fueron liberados, la pareja supuestamente comenzó a planear el ataque de subestaciones eléctricas en el área de Baltimore. Pero los fiscales dicen que una persona que pensaron que era parte del plan era en realidad una fuente del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
En 2020, cinco hombres, incluidos tres exmarines estadounidenses, fueron acusados de posesión de armas y conspiración para atacar la red eléctrica.
Al año siguiente, tres nacionalistas blancos se declararon culpables de conspirar para atacar instalaciones de energía.
Atomwaffen y muchos otros grupos nacionalistas blancos se suscriben a la filosofía del aceleracionismo.
Propaganda violenta
Un indicador clave sobre el aumento en este tipo de amenazas es que el debate en internet ha crecido considerablemente.
"En términos de nivel de ruido, el golpeteo del tambor es casi ensordecedor", considera Khan.
El año pasado, un grupo ecofascista nacionalista blanco poco organizado, llamado Terrorgram, publicó un documento llamado The Hard Reset("El reinicio completo").
La BBC analizó una copia.
El título es una referencia directa a The Great Reset, un plan de recuperación económica pospandemia del Foro Económico Mundial.
Los documentos combinan propaganda violenta e instrucciones sobre cómo realizar ataques. Incluye secciones destacadas sobre instalaciones eléctricas, vías férreas y carreteras, y otras infraestructuras.
"Incluso antes de que saliera la publicación, estábamos viendo publicaciones sobre infraestructura esencial. Indicaban cómo saber qué atacar y cómo llevar a cabo un ataque", dice Stacey Casas, gerente de equipos especializados en The Counterterrorism Group, una empresa de seguridad.
En 2022 hubo alrededor de 170 casos de ataques, vandalismo o actividad sospechosa alrededor de las instalaciones eléctricas de EE.UU., un aumento con respecto a 100 registrados el año anterior, según el Departamento de Energía de EE.UU.
Esas cifras incluyen vandalismo, actividad delictiva no relacionada con el extremismo y otros motivos, según un portavoz del departamento.
El gobierno de EE.UU., señala el portavoz, trabaja con empresas de servicios públicos para ayudar a evaluar las amenazas contra las 75.000 subestaciones eléctricas del país.
Los ataques deliberados contra la red eléctrica son solo una de las amenazas en las que se centran las autoridades junto con la posibilidad de ataques cibernéticos, desastres naturales y el cambio climático.
"Estamos en un alto nivel de preocupación", advierte Stacey Casas.
* Con información de Mike Wendling, de BBC News.