Un adolescente negro al que un anciano disparó dos veces luego de que timbrara a su puerta por error, fue invitado a visitar al presidente Joe Biden en la Casa Blanca, mientras el agresor se entregó a las autoridades.
Ralph Yarl, de 16 años, recibió dos disparos la noche del jueves, uno de ellos en la cabeza, en el estado de Misuri, luego de que timbrara en la casa equivocada mientras iba a buscar a sus hermanos mellizos.
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Biden criticó el incidente como otro ejemplo del fracaso del país para hacer frente a la violencia armada generalizada.
“Ningún padre debería preocuparse que su hijo sea tiroteado después de timbrar en la puerta equivocada. Tenemos que mantener la lucha contra la violencia armada”, tuiteó Biden y añadió que habló con Yarl y su familia la noche anterior.
“Y Ralph, te veremos en la (oficina) Oval cuando te sientas mejor”, agregó el presidente.
El fiscal del condado de Clay, Zachary Thompson, anunció que el anciano, identificado como Andrew Lester -de 84 años- fue acusado de agresión en primer grado y acción criminal armada.
Lester se entregó el martes, aseguró a la AFP un vocero del departamento del sheriff del condado de Clay.
De acuerdo con documentos de la corte, Lester dijo que pensó que el joven trataba de entrar a su residencia y disparó a través del cristal. Su fianza se fijó en 200.000 dólares.
La indignación por el caso creció el fin de semana, tras conocerse que Lester había sido liberado sin cargos luego de permanecer 24 horas detenido.
“Pretender que la raza no es parte de toda esta situación sería esconder la cabeza en la arena”, dijo el martes el alcalde de Kansas City, Quinton Lucas. “A este chico le dispararon porque era negro”, agregó en declaraciones a CNN.
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Yarl fue dado de alta del hospital y sigue su recuperación en casa, dijo el martes su madre, Cleo Nagbe, a la cadena CBS.
“Él fue y tocó el timbre, y supuestamente debía esperar afuera a sus hermanos, entrar al vehículo y venir a casa”, explicó Nagbe.
“Mientras estaba ahí parado sus hermanos no salieron, pero en cambio recibió dos balas en su cuerpo en lugar de un par de mellizos que lo esperaban para darle un abrazo”, añadió.
400 millones de armas
La tía de Yarl, Faith Spoonmoore, dijo en una campaña de GoFundMe que su sobrino era un estudiante talentoso que soñaba con estudiar ingeniería química. Hasta el martes por la tarde, se habían recaudado cerca de 3 millones de dólares para Yarl.
Los tiroteos mortales ocurren regularmente en Estados Unidos, un país de unos 330 millones de personas en el que se calcula que hay unos 400 millones de armas.
Pero el caso de Yarl ha suscitado una especial indignación, pues el país sigue lidiando con una larga historia de falta de rendición de cuentas por la violencia contra los afroestadounidenses.
La jefa de policía de Kansas City, Stacey Graves, dijo en una conferencia de prensa el domingo por la noche reconocer los “componentes raciales” en el caso, pero hasta ese momento la información “no dice que haya motivos de raza” y la investigación seguía en curso.
El lunes también se presentaron cargos en un caso similar en el estado de Nueva York, pero la víctima del tiroteo del sábado por la noche, Kaylin Gillis, no sobrevivió.
La policía del estado de Nueva York dijo que Gillis recibió un disparo mortal el sábado por la noche cuando se presentó con otras tres personas en la dirección equivocada cuando intentaba encontrar la casa de un amigo.
El dueño de la casa identificado como la persona que disparó, Kevin Monahan -de 65 años- fue arrestado el lunes y acusado de asesinato en segundo grado, según la oficina del sheriff.
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