Millones de espectadores sintonizaron el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl este domingo, que por primera vez en su historia fue encabezado por dos latinas: Shakira y Jennifer López.
El evento se celebró en el estadio Hard Rock de Miami (Florida), donde los Kansas City Chiefs vencieron a los San Francisco 49ers y se llevaron el título de las Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), de Estados Unidos después de 50 años.
En el intermedio del partido, en menos de 15 minutos, las artistas cantaron 20 canciones, bailaron ritmos que fueron desde salsa hasta danza del vientre, J.Lo hizo pole dance y Shakira tocó la batería.
Pero la presentación no solo fue un despliegue de grandes habilidades artísticas, sino que también tuvo al menos un momento evidentemente político, que llegó en el segmento de J. Lo.
Niños en jaulas
López abrió su presentación parada sobre una réplica del Empire State Building de Nueva York mientras cantaba su éxito “Jenny from the block” (Jenny de la cuadra).
Vestida con un traje de cuero con tachuelas, la cantante mostró las habilidades de pole dance que aprendió mientras interpretaba al personaje de Ramona en la película Hustlers.
J Balvin de Colombia se le unió para interpretar "Qué Calor" y "Mi Gente". Minutos más tarde, la hija de López, Emme Maribel Muñiz, de 11 años, cantó parte del éxito Let's Get Loud, acompañada de un coro de niños, lo que dio pie al momento más político del espectáculo.
“Mientras Muñiz cantaba, otros niños bailaban en estructuras en forma de jaula, una referencia sutil, pero un posible guiño a los miles de niños, la mayoría de los países latinoamericanos, que han sido detenidos en la frontera [sur de EE.UU.]”, escribió Erin Vanderhoof este domingo en Vanity Fair.
Raisa Bruner, de la revista Time, señaló que las jaulas eran "un marcado gesto de solidaridad hacia la comunidad latina y aquellos impactados por políticas antiinmigrantes".
Bandera puertorriqueña
Segundos después, López cantó, junto a su hija, un verso de Born In The USA,de Bruce Springsteen, mientras se envolvía en un abrigo de plumas que tenía la bandera de EE.UU. por fuera y la puertorriqueña por dentro.
"Un guiño no tan sutil al manejo del gobierno de Trump de la ayuda para la isla, después de que fue devastada por dos huracanes en 2017", dijo Mark Savage, corresponsal de música de la BBC.
“La bandera puertorriqueña brilló al sonar la icónica canción de Springsteen, como para recordar a los televidentes que los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses”, dijo también Vanderhoof en Vanity Fair.
Para Jon Pareles, crítico musical de The New York Times, "se vio como un reconocimiento tanto para Puerto Rico como para los Dreamers, los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en EE.UU.".
López, que nació en el Bronx de padres puertorriqueños, donó US$1 millón provenientes de las ganancias de sus actuaciones en Las Vegas para ayudar a los afectados por los desastres naturales en Puerto Rico.
Fiesta inclusiva
Savage, de la BBC, destaca que el show fue muy "simbólico para las audiencias latinas".
Su elección como artistas del Super Bowl tuvo una gran importancia en Colombia, dijo Shakira en 2019.
"Estar en el Super Bowl es muy simbólico, y creo que tenemos una gran responsabilidad con los latinos de todo el mundo", dijo a Reuters en noviembre. "Hay mucho que celebrar sobre nuestra cultura latina, y es una gran oportunidad estar en este escenario tan importante", añadió.
“Mostremos al mundo lo que dos pequeñas chicas latinas pueden hacer”, escribió Jennifer López en Instagram, poco antes de su presentación.
Al salir al escenario, Shakira gritó "¡Hola Miami!", en español.
Según la NFL, hay 30,2 millones de hispanos fanáticos del fútbol americano en EE.UU., un aumento de dos millones desde 2017.
En general, el espectáculo de medio tiempo fue concebido como “una fiesta 100% inclusiva, una fiesta que integra culturas y diversidad”, dijo Shakira en una conferencia de prensa previa al juego la semana pasada.
Ciertamente logró incorporar más de media docena de estilos musicales, desde salsa y reggaetón hasta hip-hop y bachata; aunque el ritmo vertiginoso hizo que muchos de los éxitos de las estrellas acabaran antes de que pudieras estornudar.
Las cantantes solo aparecieron juntas al final, una versión de celebración de Waka Waka de Shakira que, de forma algo confusa, fue el himno oficial de un evento deportivo completamente separado: la Copa FIFA del Mundo de 2010, celebrada en Sudáfrica.