A la vieja usanza, los miembros de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos se vistieron como cowboys y arrearon a todos los migrantes indocumentados en Del Río, Texas. No importó que fueran familias, las fotografías del evento dieron cuenta de que persisten costumbres de hace tres siglos.
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“Lo que vi... la forma de tratar a los seres humanos... Es horrible”, lamentó la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, antes de anunciar una investigación sobre la violencia.
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Porque si los 15 mil migrantes -mayoritariamente haitianos- ya sufrían del hacinamiento en un campamento improvisado debajo del puente que une México (Ciudad Acuña) con Estados Unidos (Del Río), el dolor de ser golpeados con fustas y bridas aumentó su calvario.
Y en este evento, dice “El País”, “no hay republicanos a quienes culpar”: “la Patrulla Fronteriza es un cuerpo federal”. ¿Es el momento para una reforma?
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EL RACISMO COMO ORIGEN
En el libro “¡La Migra! Una historia de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos” se anota que dicho organismo se fundó en 1924 y que se convirtió “en la policía especializada que aplica al límite las leyes migratorias”.
La publicación se divide en tres partes, según anota un artículo de la Revista Mexicana de Política Exterior.
La primera narra “cómo se creó sobre las bases de una legislación y convivencia racista”, y la mirada eugenésica, “ya que estipulaba que solo debían entrar” al país “ciudadanos sanos, que supieran leer y escribir”.
También cuenta el nacimiento de la Migra: cómo la prohibición de las bebidas alcohólicas aumentó el tráfico en la frontera con México y cómo, muchas veces, fueron los mexicanos quienes se encargaban del negocio ilegal.
“Su mandato era patrullar la frontera para prevenir cruces fronterizos no autorizados. Sin embargo, estos cuerpos policiales se dedicaron a perseguir mexicanos, desplegando una violencia brutal en la aplicación de la ley”, escribe Kelly Lytle, autora del libro.
Ella agrega:
“A través de estas acciones contra los mexicanos, los oficiales de la Patrulla Fronteriza definieron un eje racial único dentro de la división clásica blanco/negro del orden social de los Estados Unidos”.
Y más allá de la anécdota, en el 2016, y por primera vez en su historia, la Patrulla apoyó una candidatura presidencial: la de Donald Trump.
Shawn Moran, entonces vicepresidente del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza y, por lo tanto, representante de 17 mil agentes, dijo:
“Trump parece ser el único candidato que está hablando de aplicar la ley en la frontera y de arreglar las leyes migratorias. Todo esto se resume en que este es un país basado en el respeto de la ley”.
Para Moran, sin embargo, la discusión del muro era infecunda.
“Si tienes una valla, cámaras, personal y detectores puedes tener bastante control, pero no creo que ninguna zona vaya a ser totalmente impenetrable”, sostuvo Moran.
Desde entonces, la situación ha cambiado poco. Y, en vez de “compasión” hacia los haitianos afectados, Estados Unidos continúa con su deportación.
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