El tiroteo ocurrido el martes en la Escuela Primaria Robb, en Uvalde, Texas, ha renovado el debate sobre lo fácil que es adquirir armas en Estados Unidos. Y sobre el por qué un joven de 18 años pudo comprar dos rifles sin problemas, días antes de perpetrar la masacre.
En Texas se permite portar armas de fuego desde 1995. Una normativa federal señala que la edad mínima para adquirir armas largas, como una escopeta o rifle, es de 18 años, mientras que para armas de fuego cortas es de 21 años.
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Las personas menores de 21 años que adquieran un arma deben tener licencia, y someterse a una revisión de antecedentes. Se desconoce aún si Salvador Ramos cumplía con esos requisitos cuando compró, al cumplir 18 años, dos rifles AR-15, uno de los cuales usó para matar a 19 niños y dos maestras, antes de ser abatido.
Menos de un año antes de la masacre, los legisladores de Texas expandieron los derechos de posesión de armas. En aquel momento, el gobernadora Greb Abbott afirmó que Texas se mantendría como un “bastión de la libertad” en el tema de las armas, y firmó siete leyes, una de las cuales autoriza a los texanos a portar armas sin licencia.
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“Texas siempre será líder en la Segunda Enmienda (que protege el derecho a comprar y poseer armas)”.
La ley que autoriza el “porte constitucional” y permite a personas de 21 años o más llevar armas cortas sin necesidad de contar con una licencia entró en vigor el 21 de septiembre.
Otra de las leyes, recordó la cadena NBC News, convirtió a Texas en un “estado santuario de la Segunda Enmienda”, y opuesto totalmente a las regulaciones por el control federal de las armas.
Otras leyes legalizaron que huéspedes de hoteles guarden armas en sus habitaciones.
Sin embargo, las leyes texanas no permiten portar armas de fuego sin licencia en colegios y universidades, y éstas pueden decidir, de manera particular, prohibir el ingreso de las armas a las instalaciones.
Las personas condenadas por delitos mayores o con medidas cautelares por violencia doméstica tienen prohibido portar armas de fuego.
Tras el tiroteo, el presidente Joe Biden dijo estar “harto” de la violencia armada y se preguntó cuándo el país se enfrentará al lobby de las armas.
Los republicanos defienden que restringir el acceso a las armas no es la solución y algunos llaman a armar a los maestros. Por el momento no se tiene contemplado debate alguno en el Congreso sobre el tema de la compra y portación de armas.