Elon Musk corta cabezas en Twitter y abre el debate sobre la libertad de expresión

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La jugada, por el momento, le funciona. Musk puede hablar de la guerra entre Ucrania y Rusia, de China y Taiwán, y casi siempre salir airoso de las críticas que recibe. “Sus opiniones en tiempo real sobre lo que pasa en el mundo buscan capitalizar sus negocios -opina Leonardo Castro Pozo, especialista en márketing digital y consultor de proyectos de Apoyo Comunicación-. Es una movida inteligente que también le genera un impacto positivo en su reputación, lo que se expresa en su alto nivel de ‘engagement’; es decir, en el número de reacciones y comentarios que generan sus tuits”.

“Musk compró Twitter para revisar su modelo de negocio y determinar cómo volverlo rentable, lo que sus anteriores propietarios no lograron -agrega Castro Pozo-. Se especula que quiere desarrollar una aplicación similar a WeChat llamada X, que se potenciaría con la tecnología de Twitter”.

Y en sus planes -que llegan acompañados de su supuesto interés por mejorar la sociedad-, la libertad de expresión es una piedra angular. De allí que muchos piensen que sus primeros despidos de la red social responden a eso. Porque Musk entró con la pierna en alto y despidió al CEO Parag Agrawal (con quien hace meses tuvo una discusión tuitera), al CFO Ned Segal y otras cabezas. Vijaya Gadde, directora de política legal recordada por decidir suspender permanentemente la cuenta del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, también fue expulsada.

¿Un golpe a la moderación de comentarios? No es la única interpretación. “No perdamos de vista que este tipo de despidos suelen ser una estrategia común en todos los rubros que funcionan con estructuras -sostiene Miguel Sánchez Ferrán, analista político y especialista panameño en negocios internacionales-. En gobiernos, empresas y hasta en sucesos históricos como revoluciones, vemos que se juzgan a las autoridades de gestiones anteriores, a los monarcas, por ejemplo, se les cortaba la cabeza o se les exiliaba. En este caso, podríamos pensar que despedir a estos directivos es parte de un plan de Musk para hacerle frente al resto de altos cargos de Twitter”.

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¿Moderación o censura?

A fines de setiembre y como parte de la batalla legal entre Twitter y Elon Musk -quien intentó desligarse de la compra- el tribunal que revisó el caso divulgó varios mensajes privados del multimillonario. Uno de ellos fue con Mathias Döpfner, director de la empresa Axel Springer, dueña de “Politico” y “Bild”. Luego de animarlo a comprar la red social, Döpfner le propuso establecer “una plataforma de libertad de expresión”. “Sería una contribución real a la democracia”, agregó. Musk respondió escuetamente: “Idea interesante”.

Otro que se comunicó con él fue Joe Rogan, podcaster estadounidense de éxito apabullante y quien fuera acusado de racismo y de esparcir información falsa sobre las vacunas contra el coronavirus COVID-19. Rogan le pidió liberar Twitter “de la mafia de la censura”.

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Entre los mensajes también se encontraron los que intercambio con Parag Agrawal. “Sería magnífico que se relajen las suspensiones permanentes, excepto para las cuentas de spam y quienes abogan por la violencia explícita”, pidió Musk.

El analista Sánchez Ferrán comenta: “Es claro que Musk ve mal la censura en una red social hecha para opinar. El problema con eso es la desinformación que se puede generar. Considero que Twitter va a volver a aceptar ciertas cuentas, como la de Donald Trump, pero también pedirá que se sigan ciertas reglas”.

Vale la pena mencionar el caso del popular rapero Ye, cuya cuenta fue suspendida por comentarios racistas. Bastó una charla con su amigo Musk para que ayer fuera habilitado para volver tuitear, tal como lo informó el portal El Financiero.

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Lejos de cualquier especulación, Elon Musk ya ha dado tranquilidad a los anunciantes. “Obviamente, Twitter no puede convertirse en un infierno de libertad para todo, donde se puede decir cualquier cosa sin consecuencias”, les dijo.

Castro Pozo agrega: “Si bien parece que él planea reducir las restricciones de contenido y tiene en mente revertir las prohibiciones permanentes a cuentas que ya fueron eliminadas por violar las reglas, también quiere que Twitter se vuelva la plataforma de publicidad más respetada del mundo, una que fortalece marcas y hace crecer empresas”.

Por el momento, Musk no se complica. A raíz de las preguntas sobre este asunto -que aumentaron luego de que Trump dijera que Twitter “ahora está en buenas manos”-, él anunció que creará un “consejo de moderación de contenido con puntos de vista muy diversos”, por lo que todavía no tomará decisiones. El dinero de la publicidad seguirá siendo el mejor moderador.