El peronismo volverá al poder en Argentina. Aunque sin la amplia diferencia de las primarias de agosto, las elecciones del domingo dieron un veredicto inequívoco: Mauricio Macri dejará la Casa Rosada a Alberto Fernández, quien llega con la expresidenta Cristina Kirchner como acompañante de peso.
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¿Quién gobernará realmente? ¿Qué le espera a Argentina en estos 45 días previos al cambio de mando? ¿Cómo se manejará el peronismo moderado del gobernante electo frente a otras corrientes de ese gran conglomerado? El politólogo argentino Juan Germano, director de Isonomía Consultores, esboza algunas respuestas.
-¿Cómo avizora la transición de aquí al 10 de diciembre?
-La transición va a ser evidentemente difícil. De todas maneras ha habido unos primeros indicios positivos: las palabras de Macri reconociendo su derrota, aunque con un poco más de virulencia tampoco fueron malas las palabras de Fernández, hoy se los ha visto juntos en una foto juntos. No sé si me equivoco, pero creo que en democracia no hubo muchos casos así. Así que al menos desde lo simbólico están haciendo todos los deberes para intentar tener una transición ordenada.
-¿Y más allá de los gestos?
-Ahí voy, por supuesto que además de lo simbólico importan las políticas. El presidente acaba de tomar la medida de restringir la compra de dólares a US$200 por día, lo cual habla de una decisión política y una política pública orientada a intentar mantener una transición responsable y que no sigan cayendo las reservas. Insisto en que estamos ante una transición difícil pero me da la impresión de que los dos están haciendo las cosas que tienen que hacer para que no sea tan ruidosa.
-Las elecciones han mostrado que hay un fuerte núcleo duro, que alcanza a más de 40% del electorado, contrario al nuevo gobierno. ¿Cuánto afectará esta polarización a Fernández?
-Se sabía de la polarización, pero evidentemente esta se ha potenciado por encima de lo esperado con los resultados del domingo. La verdad es que el nuevo gobierno tiene un desafío económico muy difícil: una situación inflacionaria que viene de hace casi 10 años en Argentina, con picos de inflación muy alta pero en líneas generales una inflación con base estructural de casi una década que el gobierno de Macri no solo no pudo mejorar sino que empeoró, aunque insisto en que ello no es exclusiva responsabilidad de este régimen sino que venía de antes.
-¿Cómo podrá manejar esta polarización en el nuevo Congreso?
-Seguramente al presidente electo no le costará demasiado tener mayoría en la cámara de Diputados, aunque igual va a tener que encontrar ciertos consensos. En el caso del Senado, sí queda el Frente de Todos (FdT) con una mayoría clara, pero no perdamos que se trata de una coalición al igual que la de Juntos por el Cambio liderada por Macri.
-¿Y no todos sintonizan en esa coalición?
-Hay diferencias conceptuales e ideológicas dentro de cada una de ellas. Lo vimos en Juntos por el Cambio entre el PRO y el radicalismo, y seguramente lo veremos con el correr de los meses en el FdT porque no es ideológicamente lo mismo el kirchnerismo que el Frente Renovador que lidera Sergio Massa, como tampoco lo es el peronismo más tradicional del interior del país y el albertismo, que va a empezar a surgir con algunos nombres propios. Todo este cúmulo de tendencias es un desafío para el gobierno es complejo. No se espera que Argentina mejore de manera radical en los próximos 12 o 18 meses, es decir, la Argentina que se viene va a ser compleja y frágil para Alberto Fernández casi independientemente de lo que haga.
-¿Qué tipo de líder será Alberto Fernández? ¿Se sigue discutiendo quién gobernará, si él o Cristina Kirchner?
-Creo que como todo líder, este se va formando sobre la marcha. Por supuesto que va a haber un fantasma o una discusión válida sobre el peso que tendrá Cristina. Parte de la respuesta a esa inquietud se irá despejando con los nombres propios del gabinete. Los primeros 100 o 120 días del gobierno también servirán para dilucidar el tipo de liderazgo que tendrá.
-¿Hay antecedentes en la historia argentina de una figura vicepresidencial tan fuerte?
-En términos institucionales y de cultura política nacional, el presidente siempre ha sido el hombre del poder, como decimos acá es quien tiene la lapicera. No hay un ejemplo en Argentina de un vicepresidente con más poder que el presidente. Es el desafío que Cristina se fijó al correrse de la candidatura y proponer a Alberto para que este trabajara en favor de la unidad del peronismo. Pienso que estamos ante una nueva etapa pos Cristina. No sabemos exactamente los detalles porque no sabemos aún los nombres propios del gabinete, pero repito que me da la impresión de que se intentará forjar una etapa superadora del kirchnerismo, un espacio en el cual el mismo presidente electo fue bastante crítico en los seis últimos años. En ese desmarque está entonces el reto de este nuevo gobierno.