Sánchez Cogedor llegó a España el martes 2 de enero, luego de 15 meses detenido en Irán.
Sánchez Cogedor llegó a España el martes 2 de enero, luego de 15 meses detenido en Irán.
/ EFE/ Borja Sánchez Trillo
Renzo Giner Vásquez

El último martes 2 volvió a su casa en Alcalá de Henares, , Santiago Sánchez Cogedor un aventurero español que pasó los últimos 15 meses detenido en una prisión de acusado de espionaje.

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Exmilitar, deportista y aventurero, Sánchez Cogedor ya había vivido una excepcional aventura en el 2019 cuando caminó desde su país hasta Arabia Saudita para asistir a la definición de la Supercopa de España.

A propósito de la celebración del Mundial de Fútbol en Qatar, el 8 de enero del 2022 emprendió una nueva aventura, siendo esta vez el destino el pequeño y lujoso emirato. Además, pensaba complementar su viaje plantando unos 2 mil árboles a su paso y ayudando a las comunidades que lo acogerían a lo largo de su travesía.

Para el 2 de octubre, poco menos de dos meses antes de que empezara el torneo, Sánchez Cogedor entraba en la República Islámica de Irán. Era el último destino antes de Qatar. Tres años antes ya había pisado suelo iraní aunque aquella vez la situación era distinta.

- Un confuso arresto -

La muerte de Mahsa Amini, una joven que murió en custodia luego de haber sido detenida por no llevar el velo, desató unas históricas manifestaciones antigubernamentales el 14 de setiembre de ese año. Las calles iraníes registraron protestas inéditas que terminaron siendo silenciadas por una fuerte represión.

Sánchez Cogedor, consciente de los peligros, le escribió ese día a sus amigos y familia que la situación “estaba caliente”. Fue el último mensaje que recibieron de él.

A los pocos días se conoció que Sánchez Cogedor había sido detenido por las autoridades iraníes. Aparentemente había visitado la tumba de Amini. “Todavía no sé muy bien por qué me detuvieron, si fue una trampa que me tendió un chico iraní o qué ocurrió, pero tampoco me interesa, lo quiero dejar atrás. Sé que me detuvieron por un posible espionaje, lo que me podía conducir a una sentencia de muerte”, dijo este domingo 7 en una entrevista brindada a la agencia EFE.

Cuando me detuvieron y pasaron 72 horas pensaba que me soltarían, como hubiera ocurrido en España, pero estuve detenido quince meses sin pasar por delante de un juez”, aseguró.

Según reveló un amigo de Sánchez Cogedor al diario El Mundo en febrero del 2023, el aventurero habría conocido en la frontera a un grupo de iraníes que le dieron la bienvenida y “le llevan a la tumba de la chica asesinada (Amini)”.

Yo llegué al país y este chico venía del Kurdistán, del norte de Irak, desde 1.700 kilómetros de distancia. Me pareció muy raro que viniera desde tan lejos a por mí. Fue una trampa. Me llevó a un pueblo y ahí nos hicimos una foto, luego vino la detención”, explicó el domingo.

- En el mismo infierno -

Sea cual fuese el motivo, lo cierto es que las autoridades islámicas detectaron algo lo suficientemente sospechoso en el aventurero como para arrestarlo y enviarlo por los siguientes 40 días a un centro de detención del servicio de inteligencia en la provincia de Azerbaiyán Oriental.

Fue casi dos meses después de su detención que el cuerpo diplomático español en Irán consiguió llegar hasta Sánchez Cogedor. Según El Mundo, el embajador Ángel Losada tuvo que recorrer dicha ruta junto a un grupo de operaciones especiales para hallar a su compatriota.

La muerte de Amini desataron una inédita ola de protestas callejeras en Irán.
La muerte de Amini desataron una inédita ola de protestas callejeras en Irán.

Las gestiones diplomáticas consiguieron que el aventurero fuera trasladado a Teherán, aunque las condiciones no mejoraron mucho. “Estuve en una habitación pequeña de un metro cuadrado. No había cuarto de baño y había una luz led encendida las 24 horas en el techo. Si yo quería ir al baño tenía que llamar al interfono: ‘please toilet’. Los guardias se reían. Hubo algún día en el que me cagué encima, literal”, narró en un audio que consiguió enviar a un amigo y fue difundido por los medios ibéricos.

La pesadilla duró por lo menos un año para Sánchez Cogedor. Luego de ese lapso de tiempo obtuvo ciertos beneficios por buena conducta. Los medios reportaron que en este nuevo régimen penitenciario le permitían comunicarse con su familia, en sus declaraciones del domingo, sin embargo, asegura que no pudo hablar con nadie.

Es muy probable que (las fuerzas) me las mandaran personas que no están aquí, sino en el cielo. Son personas que, estando en esa celda tan pequeña, las veía y me mandaban fuerzas”, señaló. “Con las personas que se preocupaban por mí desde España no pude hablar, estaba totalmente incomunicado. Yo llegué a hablar con las hormigas de la celda. Aquello fue muy duro”.

- Un ángel y la libertad -

Para Sánchez Cogedor, el embajador Losada, quien también terminó siendo fundamental para su posterior liberación, es un “ángel de la guarda”. “Gracias a él ahora estoy libre. Si no llega a ser por su trabajo, yo seguiría allí recluido”, aseguró.

Desde aquí, le agradezco que consiguiera que pasara a disposición judicial, hicieran el teatro de juicio que hacen ellos, porque sabían perfectamente que no soy ningún espía, y semanas después me soltaran”, agrega en referencia a la decisión anunciada la semana pasada por la embajada iraní en España.

La Embajada de la República Islámica de Irán se complace en informar la liberación de Santiago Sánchez Cogedor, el único ciudadano español preso en Irán. Su liberación se realiza en el marco de relaciones amistosas e históricas entre los dos países y en cumplimiento de leyes”, rezaba el comunicado difundido por la red social X por dicha oficina diplomática.

Para Sánchez Cogedor, quien fue recibido por familiares y amigos en Alcalá, el episodio debe quedar atrás pues “todo el daño y el dolor que me han causado me ayudan a ser mejor persona. También he aprendido que hay que disfrutar del momento, que hay muchas cosas que hacer en la vida y no podemos perder ni un solo día”.

La historia de Sánchez Cogedor mantuvo en vilo a los medios ibéricos por más de un año.
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/ EFE/ Borja Sánchez Trillo

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