“No soy el alcalde campeón de la fiesta”
“No soy el alcalde campeón de la fiesta”

Nací hace 35 años en los Países Bajos. Fui elegido para ser alcalde nocturno de Ámsterdam en el 2012. Esta iniciativa ya está siendo imitada en otras ciudades como París,  Londres y Zúrich. De hecho, este año fui anfitrión de la primera cumbre de alcaldes nocturnos, que fue todo un éxito.

¿Se imagina tener un alcalde solo para la noche? ¿Alguien cuya función sea mantener igualmente felices a los fiesteros bulliciosos y a los vecinos somnolientos? En Ámsterdam ese cargo existe y lo lleva con orgullo Mirik Milan. A través de una videollamada, este joven político nos contó que como ‘nachtburgemeester’ (o alcalde nocturno, en español) la municipalidad y los ciudadanos le pagan por gestionar la noche de Ámsterdam, ciudad famosa por el ritmo frenético que arranca cuando se pone el sol.

—Apuesto que muchos de sus amigos le han dicho que usted tiene el trabajo soñado...
Sí, es correcto [risas]. En realidad yo ya venía de trabajar en la escena de la vida nocturna. Como promotor de clubes nocturnos organicé eventos desde que tenía 20 años, así que tener ahora un cargo en el que puedo explicar a otras personas sobre la vida nocturna y cómo funciona para la economía significa mucho para mí. También disfruto trabajar por la ciudad en la que crecí, donde conocí a todos mis amigos y aprendí casi todo lo que sé.

—¿Qué hace exactamente un alcalde nocturno?
Primero, este es un cargo independiente. Su misión es establecer un puente entre el municipio, los negocios nocturnos y los residentes de la ciudad. La vida nocturna suele ser vista como algo que ocasiona problemas, pero si miras más allá te das cuenta de que las ciudades pueden beneficiarse de su cultura social y su aporte económico. Además, la vida nocturna permite crear una ciudad dinámica y vibrante, también fomenta el desarrollo. Piensa en los fotógrafos, cineastas, diseñadores gráficos, DJ, etc., que pueden desarrollar su talento. Es vital que la municipalidad y las autoridades entiendan y vean el valor de la vida nocturna.

—Usted debe ser muy popular en Ámsterdam...
Creo que ahora estamos en un buen momento, pero no siempre fue así. Nos costó dos años y medio establecer un lazo de confianza con los trabajadores de la vida nocturna, tuvimos que lograr que creyeran que podíamos ayudarlos. Así, desde el 2013 logramos introducir licencias de 24 horas de funcionamiento para 10 bares y discotecas y eso ayudó a que la escena nocturna de Ámsterdam creciera y a que la gente esté orgullosa de la vida nocturna de la ciudad. 

—¿Cuál es el secreto de las licencias de 24 horas?
Lo más importante es que decidimos dar las licencias a bares que cumplieran ciertos requisitos. Se trata de establecimientos ubicados en las zonas donde hay mayor aglomeración de gente. Hoy, esos lugares pueden abrir y cerrar según lo necesiten y esto permite que ya no haya tantas personas terminando sus fiestas a la misma hora, haciendo ruido e incomodando a los vecinos. Otra ventaja es que estos bares tienen otra utilidad durante el día (pueden ser guarderías, restaurantes, etc.). Gracias a eso la comunidad valora estos lugares y tolera sus actividades durante la noche.


La vibrante ciudad de Ámsterdam, de 800.000 habitantes, recibe a unos 17 millones de visitantes al año. Al menos 15 municipios holandeses cuentan con un alcalde nocturno o algún cargo similar. (AFP)

La vibrante ciudad de Ámsterdam, de 800.000 habitantes, recibe a unos 17 millones de visitantes al año. Al menos 15 municipios holandeses cuentan con un alcalde nocturno o algún cargo similar. (AFP)

—¿Cómo mantener contentos a todos los residentes?
Es cierto que muchos residentes de la ciudad se quejan del ruido de la noche, pero creo que si quieres manejar la situación debes ser consciente de dos cosas: que la gente a menudo se queja del ruido y que nadie toma sus quejas en serio. Lo que pasa en Ámsterdam es que, por ejemplo, alguien tiene una queja porque la música suena muy alto y va al municipio, y nadie lo soluciona o si lo hacen ya es muy tarde. Es frustrante para los ciudadanos si nadie los toma en serio.

—¿Y cómo solucionarlo?
Una de las cosas que hemos hecho frente al ruido de la vida nocturna y del volumen alto de la música en las  discotecas es crear un sistema que permite reportar quejas incluso a través de tu celular. Cuando tú reportas una queja hay un mensaje que es enviado a la oficina de la comunidad más cercana en el vecindario y son ellos, no la policía, quienes te dan un ticket sobre tu queja y queda constancia de ella. Funciona con las pequeñas incidencias y es realmente un sistema eficiente porque hay contacto entre el residente que se está quejando y las autoridades.

—¿Qué pueden aprender  las otras ciudades de la experiencia de su ciudad?
Yo veo que las ciudades son diferentes, pero lo que la gente quiere es más o menos lo mismo. Siempre que miro a Ámsterdam trato de entender cuál es el ADN de sus diferentes aspectos (desde sus tipos de comercio hasta la estructura de sus casas), luego hay que encontrar la manera adecuada de actuar teniendo en cuenta todos los factores. Considero que así debería ser en todas las ciudades.

—¿Cree que un alcalde nocturno tendría éxito en países conservadores como el Perú?
Creo que es importante tener un diálogo. Todo empieza con el intercambio de puntos de vista y el entendimiento de las necesidades de todos los lados. Como alcalde nocturno de Ámsterdam, yo nunca le diría al alcalde oficial “necesitamos más fiestas, más vida nocturna”. Lo que sí necesitamos es una vida nocturna de mejor calidad, con altos estándares y alto nivel cultural, pero del mismo modo necesitamos resolver los problemas que tiene la vida nocturna. No soy el alcalde campeón de la fiesta, soy un alcalde concentrado en mantener el balance en la ciudad.

—¿Qué tiene la noche que la hace especial?
La noche es especial porque es un lugar en el que puedes conectarte con la gente. Muchas personas pueden expresarse mejor durante su vida nocturna. La noche te da un sentido de libertad. Yo conocí a mi esposa durante la noche. Para mí la noche es un lugar donde la gente puede expresarse y mostrar quién es realmente.

Ámsterdam es muy conocida por sus ‘coffee shops’ y las prostitutas del Barrio Rojo. ¿Le molesta eso?
Para ser honesto, creo que las prostitutas son populares en todo el mundo, no creo que sea algo típico de Ámsterdam, desafortunadamente [risas]. Pero creo que también es una ciudad importante por su arte y sus famosos pintores, así que espero que las personas no solo vayan a Ámsterdam para ir de fiesta. Pero a quienes vayan en pos de juerga, les diría que tienen que saber que estarán seguros y también que no hagan nada que no harían en sus países.

—¿Cómo es una noche perfecta para alguien que se ha ganado el apelativo del ‘hombre de la noche’?
Una noche perfecta para mí sería salir con mis amigos después del trabajo, ir a beber algo en un bonito bar, luego ir a caminar por la ciudad, ver algunos edificios hermosos y, por supuesto, terminar en un club o discoteca, luego buscar algo de comer e ir a casa. Básicamente, soy un joven como cualquier otro. 

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