La gente llora en la sala de conciertos Crocus City Hall tras un ataque terrorista en Krasnogorsk, en las afueras de Moscú, Rusia, el 23 de marzo de 2024. EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV
La gente llora en la sala de conciertos Crocus City Hall tras un ataque terrorista en Krasnogorsk, en las afueras de Moscú, Rusia, el 23 de marzo de 2024. EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV
/ MAXIM SHIPENKOV
Agencia AFP

“Miedo” y “desesperación total”: la conmoción tras el atentado mortal del viernes en una sala de conciertos en , se convirtió en una noche de agónica espera para las familias de las víctimas, sin noticias sobre sus seres queridos.

La noche del viernes, cientos de aficionados se congregaron para presenciar un concierto del grupo de rock Piknik, pero minutos antes del inicio del espectáculo, individuos armados ingresaron a la sala y desataron el caos.

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Al menos 116 personas murieron, según el último balance provisional del Comité de Investigación ruso.

Estoy completamente aterrorizado, siento que me duele todo el cuerpo”, lamentó Semion Jraptsov, cuya esposa estaba en el concierto y lo llamó en el momento del asalto sin que él pudiera entender lo que le decía.

“Me vine apenas supe lo que ocurrió”, añadió el hombre de 33 años, que reconoció sentirse impotente. “No sé qué hacer, es una desesperación total”.

Poco antes, videos publicados en canales de Telegram considerados cercanos a las fuerzas de seguridad mostraban al menos a dos hombres armados avanzando hacia la sala y otros videos mostraban cadáveres y gente corriendo hacia la salida.

Igor Bogodaiev, de 30 años, también esperaba una señal de vida de su mujer, cuyo teléfono está apagado.

“Tengo miedo”, declaró. “No sé qué hacer”, agregó, al contar que sus amigos intentaron en vano obtener información sobre su mujer en los hospitales.

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“Muchos gritos”

El Kremlin anunció el sábado que detuvo a 11 personas, entre ellas cuatro asaltantes vinculados con el ataque, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.

La agresión tuvo lugar en el Crocus City Hall, situado en Krasnogorsk, en la salida noroeste de Moscú. El recinto alberga una de las principales salas de conciertos de Moscú.

Justo antes del inicio del concierto, oímos de repente varias ráfagas de ametralladora y el terrible grito de una mujer. Y luego muchos gritos”, contó a la AFP Alexéi, un productor de música que se encontraba en los camerinos en el momento del asalto.

Solo tres o cuatro ráfagas al inicio, después algunas más”, agregó.

Desde los camerinos observó el pánico de los espectadores. “La gente corría al escenario, un movimiento terrible del gentío”.

Junto a otras personas en el lugar, se “atrincheró” antes de buscar cómo salir rápidamente. En el camino dice que vio en una de las salas “humo y cenizas”, antes de alcanzar la salida.

En la mañana del sábado, los bomberos habían logrado controlar casi por completo el gran incendio que se desató tras el tiroteo, según las autoridades.

El Comité de Investigación indicó que los presuntos atacantes usaron “líquido inflamable” para incendiar el edificio.

En el terreno, una periodista de la AFP vio a varios policías patrullando la zona y numerosos vehículos de los servicios de emergencia, cuyas luces intermitentes iluminaron la noche.

En tanto, el sábado de mañana continuaban las tareas para “rescatar a las personas del tejado del edificio”, indicó el Ministerio de Situaciones de Emergencia, tras anunciar que un centenar de personas habían sido evacuadas del sótano del sitio.

El grupo EI asumió la noche del viernes la autoría del ataque. No es la primera vez que el movimiento yihadista golpea Rusia.

Unidades de la Guardia Nacional rusa “están buscando a los criminales”, según las autoridades.

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