El 14 de enero de 1984 El Comercio publicó en su primera plana una noticia que parece de ciencia ficción. En plena “Guerra Fría” la agencia de noticias soviética TASS informó sobre un extraño evento acontecido durante un vuelo rutinario de aviación comercial. Una extraña bola de fuego -del tamaño de una naranja- había atravesado el fuselaje del avión y luego desaparecido “como por arte de magia”
El cable indica que el rayo se había desplazado a lo largo de la cabina de pasajeros de la aerolínea soviética, exactamente sobre las cabezas de los asombrados viajeros. Además, textualmente se lee que: “Si bien nadie resultó lesionado en el incidente, la descarga eléctrica dañó el radar y otros equipos del aparato”. Lo asombroso es la descripción del fenómeno: “Repentinamente, a 1.200 metros de altura, una bola de fuego de unos 10 centímetros de diámetro apareció sobre el fuselaje, frente a la cabina de los pilotos. Desapareció con un ruido ensordecedor, pero volvió a presentarse segundos después en la cabina de pasajeros, tras perforar de modo extraño la cubierta metálica”.
Los 120 pasajeros del avión “Ilyushin 18” apreciaron pasmados como la bola de fuego se desplazó lentamente sobre ellos, se dividió en dos partes en el sector trasero, las que volvieron a unirse para desaparecer en forma casi inaudible atravesando el fuselaje.