(Captura de YouTube)
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Redacción EC

Juliana llora, pues a sus 49 años aún se encuentra con personas que la discriminan por tener . La botaron de un hotel de Motilla de Palancar en Cuenca, , para que "no asustara a la gente".

Ella asistió a una charla comercial junto a sus dos hermanas, Irene y Ascensión Leal."Cuando vieron a mi hermana vino hacia nosotras un chico de la empresa que organizaba el evento para decirnos que no podía estar allí porque iba a asustar a la gente", dijo Ascensión al diario digital "Hoy".

La charla había sido organizada en el Hotel del Sol por la empresa “Medisalud”, dedicada a comercializar productos de bienestar. Ante tal acto de discriminación, las tres hermanas y muchos de los asistentes a la reunión decidieron retirarse en solidaridad con Juliana, quien no dejaba de llorar.

Ante este acto de discriminación, el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de Castilla-La Mancha (CERMI CLM) condenó los hechos cometidos en contra de Juliana. "Desde el CERMI CLM rechazamos de plano estos hechos, gravemente discriminatorios, que constituyen una violación de los más elementales derechos que asisten a toda persona. El CERMI CLM exige a la Justicia, a través de la Fiscalía, a la que se ha dado cuenta de lo sucedido, y a la Administración regional, que actúen al respecto para primero comprobar con celeridad los hechos denunciados y si se confirman se sancione a esta empresa para que sucesos como este no vuelvan a producirse".

Disculpas rechazadas

Por su parte la familia de Juliana decidió denunciar el hecho a pesar de las disculpas extendidas por la empresa. "Meadisalud" llamó a las hermanas pidiéndoles perdón por lo sucedido y les ofreció “unos móviles y una agenda” además de los regalos ofrecidos en el evento comercial.

Ellas lo rechazaron, ya que a pesar de las disculpas el gerente de la empresa declaró a la Cadena SER que “no era su hermana y que estas personas eran problemáticas”. Estas palabras fueron suficientes para que cualquier intento de mediación sea inútil. Ante ello Irene Leal señaló que ellos "no se venden ahora por un móvil".

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