Anne-Elisabeth Hagen desapareció de su casa en las afueras de Oslo el 31 de octubre de 2018. (Policía de Noruega).
Anne-Elisabeth Hagen desapareció de su casa en las afueras de Oslo el 31 de octubre de 2018. (Policía de Noruega).
BBC News Mundo

Cuando el septuagenario Tom Hagen regresó a su casa en las afueras de Oslo se topó con una sorpresa.

La pequeña mascota que acompañaba a él y su mujer desde hace poco tiempo estaba encerrada en el baño.

Sobre el piso de alfombra, podían verse extrañas huellas de pisadas y trozos de cables plásticos manchados de sangre.

Y en la habitación, en medio de la cama, el multimillonario noruego encontró una nota exigiendo un rescate de US$9,5 millones en una desconocida criptomoneda por su esposa, Anne-Elisabeth Falkevik Hagen, de la cuál no había ningún otro rastro.

La misteriosa desaparición de esta mujer de 68 años bien podría ser el argumento de una oscura serie policial nórdica, pero los hechos ocurrieron no en la ficción, sino en la realidad, el 31 de octubre de 2018.

Acostumbrados a vivir en una sociedad donde los índices de criminalidad son bajos, los noruegos están obsesionados con el caso que, hasta el momento, sigue inconcluso.

La policía no ha logrado dar con el paradero de Anne-Elisabeth ni ha encontrado a los autores del secuestro, si es que en realidad se trata de un secuestro y no de un asesinato.

Sospechas

Según la revista de finanzas Kapital, Tom Hagen ocupa el puesto 172 en la lista de las personas más ricas del país.

El empresario, cuya fortuna se estima en US$1.700 millones, hizo su dinero en la industria enérgica e inmobiliaria.

Tom Hagen hizo su fortuna en el sector energético e inmobiliario. Esta foto suya fue tomada en 2011. (EPA).
Tom Hagen hizo su fortuna en el sector energético e inmobiliario. Esta foto suya fue tomada en 2011. (EPA).

Medios locales señalaron que la pareja, casada desde hace cerca de 50 años, llevaba una vida "recluida".

Al parecer, no hay evidencia de que el matrimonio tuviera problemas. Y en el momento en que tuvo lugar el secuestro, los empleados de la firma de Tom Hagen corroboraron que él había pasado el día en la oficina.

Esto le hizo suponer a la policía que Tom no estaba involucrado en la desaparición de su mujer, y por ello pidió a la prensa que no publicara detalles del caso, mientras esperaban noticias de los secuestradores.

Sin embargo, después un tiempo, y tras una serie de comunicaciones con los presuntos secuestradores, que fueron menguando con el paso de las semanas sin que diesen pruebas de que Anne-Elisabeth estuviese viva, la policía comenzó a sospechar de Tom.

También se descartó la posibilidad de suicidio o de que la mujer se hubiera marchado, por lo que la policía hizo público el caso en enero de 2019 a fin de obtener información del público.

Nueve meses después de su desaparición, y luego de que la prensa publicara la noticia, la policía informó en un comunicado que su principal hipótesis era que "la mujer fue llevada contra su voluntad".

"Nuestra meta es encontrarla viva y reunirla con su familia", señaló en enero de 2019 Tommy Broske, director de la investigación.

"Como en todo los casos criminales serios, el tiempo es un factor importante y confiamos en (recibir) pistas para ayudarnos a encontrar a la mujer desaparecida".

Giro inesperado

Se desconoce si la difusión de la noticia del secuestro produjo o no nueva información. Sin embargo, hacia finales de abril de este año, el caso dio un vuelco inesperado.

El martes 28 de abril por la mañana, la policía rodeó la casa familiar y arrestó al empresario, quien fue acusado de "asesinato o conspiración de asesinato".

Según reveló la policía, los pedidos de rescate que aparecieron en 2018 fueron posiblemente falsos y, lo más probable es que Anne-Elisabeth haya sido asesinada.

La policía arrestó a Tom y volvió a investigar la casa familiar el 28 de abril. (Reuters).
La policía arrestó a Tom y volvió a investigar la casa familiar el 28 de abril. (Reuters).

"No hubo un secuestro, ni negociadores reales, ni negociación real", aseguró Broeske en abril.

De acuerdo a la policía noruega, que a lo largo de 18 meses de investigación contó con la ayuda del FBI en Estados Unidos, de perros de la policía sueca y analizó 6.000 horas de video, "hay indicaciones de que hubo una voluntad de despistar (a los investigadores)".

Hagen negó todos los cargos.

Sin embargo, una semana después del arresto, dado que el cuerpo de Anne-Elisabeth no apareció, no hay un arma, ni tampoco un motivo evidente, las autoridades no tuvieron más remedio que dejar libre a Tom tras recibir una orden del Tribunal Supremo de Noruega.

El caso se ha vuelto a estancar, pero la policía asegura que no bajará la guardia y que la investigación sigue en curso.

“Queremos averiguar qué pasó y quien participa en el caso”.

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