La respuesta de los países a la pandemia de coronavirus consiste principalmente en una estrategia de ensayo y error. No hay fórmula mágica para enfrentar a un virus desconocido, pero dos recomendaciones cuya eficacia ha sido probadas antes en otos brotes han resonado al unísono en todo el mundo: aislamiento social y cuarentena.
La cuarentena, adoptada en muchos países según las condiciones contempladas de cada gobierno, consiste básicamente en el aislamiento total de la población, que ha tenido que recluirse en sus casas.
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Por estos días, son varios los países que avanzan muy lentamente hacia la normalidad sin la certeza de haber vencido al virus. La motivación principal para hacerlo se basa en los estragos que la pandemia ha causado en la economía de sus naciones, donde los trabajos se paralizaron y las tasas de desempleo aumentaron a niveles no vistos en años.
En medio de ese escenario, algunos gobierno han decidido apostar por implementar lo que han llamado una “cuarentena inteligente”, un concepto que tiene sus propias particularidades en cada país, pero que coincide en la búsqueda de la reactivación económica.
En una columna de opinión publicada a inicios de abril por el diario “The New York Times”, los autores Harvey V. Fineberg, Jim Yong Kim y Jordan Shlain relacionan el enfoque de ‘aislamiento inteligente y cuarentena’ o ‘cuarentena inteligente’ con las medidas de identificación y monitoreo de las personas durante el confinamiento.
Sin embargo, los países que han planteado el concepto de “cuarentena inteligente” tienen su propia interpretación.
República Checa
República Checa inició el 20 de abril su plan para aliviar las medidas restrictivas vigentes para frenar la expansión del coronavirus, que permitirá de manera paulatina un retorno a una nueva normalidad hasta el 8 de junio.
El país centroeuropeo de 10,6 millones de habitantes tiene uno de los ratios de fallecimiento respecto a la población más bajos de Europa. Ha detectado 7.563 contagiados y registró hasta ahora 227 fallecidos a causa del Covid-19.
Como parte de flexibilización de las restricciones, República Checa puso en marcha desde este viernes un plan de “cuarentena inteligente” para localizar y aislar nuevos contagiados cuando ya han desaparecido las restricciones al movimiento de personas y se ha reanudado la actividad económica.
La estrategia consiste en que, previo consentimiento de los contagiados, un operador de telefonía facilita a las autoridades datos sobre los movimientos del usuario durante los últimos cinco días. Luego, otros empleados, con una llamada telefónica, ayudan al interesado a recordar con cuántas personas se ha encontrado, y cuáles han podido ser contactos de riesgo por edad o estado de salud.
Tras completar esa lista de contactos sospechosos de contagio, otro equipo de personas, esta vez desde una red de centros de atención telefónica, entran en contacto con todos ellos, y tienen facultades para mandar a estas personas a cuarentena preventiva.
Los posibles afectados disponen de dos días para hacerse un análisis rápido en centros especiales creados a tal efecto o pueden recibir en su domicilio la visita de facultativos ambulantes.
Además, el ministerio de Sanidad ha promovido la aplicación celular “eRouska”, que avisa al interesado si entró en contacto, aunque fuera en la cola de un comercio, con alguien diagnosticado después con Covid-19. La aplicación ya ha sido descargada por más de 100.000 checos.
En ese país, las tiendas de hasta 2.500 metros cuadrados reabrieron el lunes. Desde el 11 de mayo, también prevén la apertura de los centros comerciales y las grandes tiendas, junto a restaurantes y bares al aire libre, peluquerías y museos. La última fase terminará el 25 de mayo, cuando los restaurantes, bares y hoteles volverán a abrir.
Países Bajos
En los Países Bajos, donde se cuentan 4.771 decesos por 38.802 casos de contagio, las tiendas están abiertas y la gente puede salir, un confinamiento llamado “inteligente” que contrasta con los países vecinos. Fieles a la tradición del consenso político, los holandeses fueron desestimando desde la aparición de la pandemia la opción radical de un confinamiento total y abogaron por preservar tanto la salud pública como la economía.
En su actual versión del confinamiento se permite salir a la calle manteniendo la distancia de 1,5 metros y no está decretado el estado de alarma.
“En Países Bajos, lo que no funciona es un gobierno que dice: deben hacer esto o aquello”, declaró a fines de marzo el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, tras perfilar su “confinamiento inteligente”.
Los ciudadanos están llamados a permanecer en sus casas y a teletrabajar lo máximo posible, pero “al menos, se puede salir a la calle”, claman los neerlandeses.
La estrategia en este país se basa en que la población tenga autodisciplina. Alrededor del 44% de los holandeses trabaja ahora desde casa, y la población en general ha reducido sus salidas al exterior por las alertas.
Así, las personas que por alguna razón no pueden hacer teletrabajo están autorizadas a ir a sus empleos, la gente puede salir a tomar aire o hacer ejercicio, siempre y cuando no sea en grupo. Y también es posible ir a la casa de otra persona a una reunión social, mientras no sean más de tres y se pueda mantener la distancia recomendada.
También en Paraguay
Paraguay iniciará el 4 de mayo la primera fase de la “cuarentena inteligente”, en la que se permitirá la vuelta a la actividad de las fábricas, talleres, repartidores, servicios de cobranzas, así como peluquerías, masajistas, abogados o contadores, siempre que se desplacen al lugar del cliente.
No obstante, el Gobierno todavía tiene que publicar el decreto que establecerá cómo se funcionará a partir del 4 de mayo, ya que hasta ahora solo ha presentado un cronograma con las cuatro fases de la cuarentena inteligente.
El presidente Mario Abdo Benítez pidió a sus compatriotas que no entiendan esta primera fase “como una relajación” y recordó que su cumplimiento es un “80 % de conciencia ciudadana” más que “fuerza coercitiva por parte del Estado”.
Paraguay estableció una cuarentena parcial el 10 de marzo, pocos días después de la confirmación del primer caso de coronavirus en el país, y endureció las medidas el 20 de marzo, con la imposición de la cuarentena total.
Desde ese primer positivo, el pasado 7 de marzo, hasta la fecha, el país sudamericano ha registrado 249 casos, de los que nueve han fallecido y 111 se han recuperado, según los últimos datos del Ministerio de Salud.
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¿Qué es el coronavirus?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).
El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.
El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.
Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.
Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.
¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?
Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.
Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).
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