España aún no se recupera de las catastróficas inundaciones que dejaron más de 220 muertos y cientos de desaparecidos y ya se alista para nuevas lluvias en la golpeada región de Valencia. En medio de las muestras de solidaridad y los esfuerzos para contener la crisis por la DANA, cada vez son más visibles la indignación y el enojo hacia los líderes políticos por la gestión de una emergencia que, según los expertos, se pudo prevenir.
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Las críticas de los afectados apuntan especialmente al presidente del gobierno regional, Carlos Mazón, del conservador Partido Popular. Según los reclamos, el gobernante tardó en reaccionar a pesar de que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) había emitido una alerta roja en la mañana del 29 de octubre, horas antes de que comenzara la inundación.
Pero el enojo también ha alcanzado a otras autoridades, especialmente al jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, quien en los últimos días asumió un mayor protagonismo ante los medios al informar de las acciones en respuesta a la catástrofe. Si bien en España los gobiernos regionales son los encargados de gestionar este tipo de crisis, el gobierno central puede facilitar recursos adicionales e incluso tomar el mando en casos extremos.
Mazón y Sánchez presenciaron la ira ciudadana hace más de una semana, cuando llegaron junto a los reyes de España a la localidad valenciana de Paiporta, devastada por la DANA. Los vecinos, sumamente molestos, les arrojaron lodo y objetos, mientras les gritaban insultos. Las imágenes de Sánchez subiéndose rápidamente a un auto para retirarse del lugar se viralizaron en las redes sociales.
Y la indignación solo va en aumento. El sábado 9, decenas de miles de personas marcharon en la ciudad de Valencia para exigir la renuncia de Mazón y para denunciar el abandono de los políticos. A Sánchez y su gobierno también se le acusa de inacción, pues muchos afirman que se sentó a ver como naufragaba el Ejecutivo valenciano en manos del PP por cálculos políticos, apunta la agencia Efe.
Este lunes, Sánchez anunció en una conferencia de prensa un nuevo paquete de medidas de ayuda para los afectados por un montante adicional de casi 3.800 millones de euros y afirmó que “el gobierno de España está y va a estar ahí, con todos los recursos necesarios y durante todo el tiempo que haga falta”.
También aprovechó la oportunidad para asegurar que el “debate político” sobre las posibles responsabilidades por la gestión de la emergencia llegará tras la reconstrucción. Además, se mostró crítico con el lema “sólo el pueblo salva al pueblo”, que se ha popularizado en Valencia como una muestra de la indignación ciudadana contra la gestión de los gobiernos ante la crisis.
“Estamos viendo algunas campañas en redes sociales de que sólo el pueblo ayuda al pueblo. El Estado somos todos. Lo es la gente que trabajando en una empresa privada paga sus impuestos, o los empresarios que pagan sus impuestos para que, precisamente, ante situaciones como ésta el Estado responda de manera eficaz y equitativa. Lo que les puedo trasladar es que el Gobierno está a lo que hay que estar: reconstruir y relanzar”.
Sánchez fue un poco más allá al pedir a la ciudadanía que aplauda a “todos los servidores públicos” que trabajan en Valencia tras la catástrofe de la DANA, al igual que se aplaudía todos los días a los sanitarios durante los tiempos del COVID-19. “Durante la pandemia a las 20.00 horas nos convocábamos en los balcones para aplaudir a los profesionales sanitarios. Hoy hay que hacer lo mismo con todos los servidores públicos de todas las administraciones que están trabajando codo con codo con los vecinos, con las ONG, a las cuales toda esta amalgama de bulos y desinformadores lo que hacen es señalar injustamente. Todos somos Estado”, afirmó.
La solicitud le valió duras críticas en las redes sociales. “Cacerolada todos los días hasta que dimita”, “Este genio debería ir otra vez a Paiporta para proponerles esta brillante iniciativa a los vecinos” o “Si dimite salgo a aplaudir” son algunos de los mensajes que escribieron los usuarios en X.
Críticas a Sánchez
Además de una defensa al rol del Estado ante las consecuencias de la DANA, Sánchez ha dedicado gran parte de sus últimos mensajes públicos a insistir en que la catástrofe habría sido menos probable y menos intensa sin el efecto del cambio climático.
“Por eso estoy aquí, porque en este momento sólo hay una cosa tan importante como ayudar a las víctimas de esta terrible tragedia: evitar que se produzca de nuevo; evitar que los desastres naturales se repitan y multipliquen (...) Por eso les pido, como uno de los países del mundo más vulnerables al cambio climático, que actuemos. Que dejemos de arrastrar los pies. Que dejemos de negar la ciencia (...) Salvemos las vidas de nuestros ciudadanos. Salvemos sus economías. Y salvemos al planeta”, dijo este martes 12 en la cumbre del clima COP29, que se celebra en Bakú, la capital de Azerbaiyán..Las críticas a Sánchez han ido creciendo desde que estalló la tragedia. Uno de los episodios que más rechazo provocó fue que le dijera semanas atrás a Carlos Mazón, que “si necesita más recursos, que los pida”.
“La impresión general, leyendo la prensa y los comentarios, es que lo que Sánchez está haciendo ahora no está compensando la falta de reacción inicial y luego el no reconocer ningún error y culpar de todo al gobierno regional. Entonces, estuvo también el tema de la visita, junto con el rey y el presidente del gobierno regional, a Paiporta, de donde se retiró por actos violentos y dejó solo al rey y al presidente regional. Ha sido una situación con una reacción realmente penosa”, dice a El Comercio Enrique Banús, internacionalista y director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura.
Añade que la imagen de Sánchez ya venía muy golpeada y en un contexto tan delicado sus expresiones se analizan con lupa. “No es la primera vez, o sea, en varias situaciones no ha sido muy acertada su comunicación o no ha mostrado la sensibilidad que hay que mostrar en ese momento”, apunta.
Desde la oposición, el líder de la derecha española (PP), Alberto Núñez Feijóo, acusó esta semana a Sánchez de “falta de humanidad” en la respuesta a la DANA. “Hay que distinguir los errores humanos de los errores por falta de humanidad. La frase de si necesitan ayuda que me la pidan queda para la historia de la irresponsabilidad en la gestión de la catástrofe”, afirmó.
El partido Iustitia Europa presentó una querella ante el Tribunal Supremo contra Sánchez, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y otros funcionarios por la gestión de la DANA, en la que ha incluido a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera y al presidente regional Carlos Mazón.
Estrategia
Para Banús es claro que el gobierno ya tiene en marcha nuevas estrategias ante la crisis. En primer lugar, explica, hay un plan técnico para que se tomen las medidas adecuadas, al menos para reaccionar a tiempo, teniendo en cuenta la experiencia previa.
En cuanto a la reacción política el experto cree que será la misma que Sánchez ha tenido otras veces, que es “aguantar y victimizarse”. “Es un poco especialista en eso. Pasó con la investigación de su esposa por los temas de una posible corrupción, etc., donde se victimizó y ahora también hace lo mismo”, señala.
En esa línea, el diario español “El Mundo” apunta que Sánchez busca tener un mayor protagonismo en la gestión de las consecuencias del desastre para intentar desligarse de la inacción de Mazón. También estaría en búsqueda de desactivar el mensaje de “solo el pueblo salva al pueblo”.
“Los comités de crisis que se reúnen cada día en La Moncloa son otra manera con la que el Gobierno quiere trasladar a la opinión pública que está ahí, que está al pie de la gestión y de la catástrofe, pese a que públicamente la responsabilidad se descargue en Mazón”.
El medio añade que Sánchez está convencido de que existe una campaña de desinformación y mentiras que se alimenta del malestar ciudadano por la gestión de la DANA.
Banús alerta que el problema ahora está trasladándose a Europa, donde se están realizando las entrevistas a los candidatos a la Comisión Europea. Sánchez ha mandado a Teresa Ribera, que era su vicepresidenta, como vicepresidenta de la Comisión, en una posición muy fuerte, y ahora ella tiene que pasar el examen del Parlamento Europeo.
“Ribera lo acaba de pasar y lo que ha hecho ha sido echarle todas las culpas de la tragedia al gobierno regional. Y entonces, de momento, el Parlamento Europeo, donde el partido de la oposición en España, el Partido Popular, tiene una mayoría muy fuerte, ha decidido dilatar la decisión sobre si aceptan a esta persona como vicepresidenta o no. Y se está produciendo ahí una parálisis. Es tremendo que esto ahora lleve a esas complicaciones por un discurso que es un poco soberbio, de no admitir ningún tipo de fallo en una situación en la que todo el mundo ha cometido errores”, dice Banús.