Cada año, más de 1.000 delfines y ballenas son asesinados de la manera más cruel en las Islas Feroe, Dinamarca, como parte de una tradición que data de hace más de 1.200 años, de acuerdo con el portal RT.
Los habitantes de las islas argumentan que esa es la única forma de subsistencia que tienen. Además, aseguran que la caza de estos animales está estrictamente regulada por las leyes locales.
Sin embargo, el espectáculo sangriento en el que se convierte la caza de ballenas y delfines ha provocado la indignación de los defensores de los animales, que han documentado el hecho y año tras año lo denuncian para eliminar esta tradición.
Según RT, la caza arranca en alta mar, donde los pescadores buscan ballenas y delfines y luego los conducen, mediante barcos y motos de agua, a la costa, donde los animales aterrorizados son acorralados en una bahía.
Luego son arrastrados a las aguas poco profundas, a través de un gancho que les fue introducido en el oficio nasal. Luego les cortan la cabeza, por lo que los animales mueren en agonía desangrados, tiñendo las aguas de la bahía de rojo intenso. Los participantes de la tradicional barbarie exterminan familias completas: ballenas embarazadas, madres y sus crías, ninguna se salva de una muerte terrible y angustiosa.
Más que por necesidad, y según los videos divulgados por los defensores de los animales, los isleños siguen la tradición por diversión. Incluso algunos de ellos sostienen que para iniciar la vida adulta, un muchacho debe matar a un delfín o una ballena, sostiene RT.
Desde 1985, la ONG Sea Shepherd, lidera campañas para detener la masacre en las Islas Feroe, pero estas son ignoradas por el Gobierno Danés.