Millones de visones seguirán vivos en Dinamarca... Por el momento

De ser apreciados por su piel a ser sacrificados para evitar muertes humanas. Hoy por hoy, el visón está en el centro de la polémica en Dinamarca. Para la primera ministra Mette Frederiksen no hay otra manera de frenar la mutación del COVID-19 que albergan que eliminar a los casi 17 millones que existen en su país.

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Todavía no hay información concluyente que indique esta evolución del coronavirus vaya a tener efectos en cómo afecta a los humanos, pero la intención política es clara.

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“Es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre las consecuencias que tiene esta mutación específica, sea para la transmisión, la severidad o para la respuesta inmunitaria y la eficacia potencial de una vacuna”, declaró Soumya Swaminathan, jefa de la OMS.

Por el momento, los planes de Frederiksen tendrán que esperar para desarrollarse en gran escala. Si bien hasta la semana pasada el gobierno de Dinamarca ya había sacrificado 1,2 millones de visones, no pueden obligar a los criadores a obedecerlos.

Por ello, han ofrecido compensaciones económicas.

En términos generales, sin embargo, el gremio de comerciantes no está de acuerdo con la iniciativa de Frederiksen. De hecho, algunas de las críticas llegan desde criaderos alejados de la zona de contagia. ¿Por qué tendrían que sacrificar su negocio?

Según “La Vanguardia”, el gobierno danés solo puede obligar a aquellos que se encuentren a 7.8 km de una instalación infectada o en los que se haya detectado un contagio.

En el resto de casos, es una invitación. Por eso, los trabajos en el Parlamento para sustentar legalmente la iniciativa ya iniciaron.

“A pesar de que estamos muy atareados, es obvio que debe de estar claro cuándo es necesaria una nueva legislación, y no ha sido el caso. Pero se trata de un problema de salud y los visones tienen que ser sacrificados”, sostuvo la primera ministra.

Y así parece que sucederá. El presidente de la Asociación de Criadores de Visones, Tage Pedersen, afirmó que la gran industria danesa -de 658 millones de euros- tendrá que parar.

“Acabar con todo un sector es terrible y problemático, pero ya no hay vuelta atrás. La directiva de nuestra organización está de acuerdo. Aunque algunos criadores recibieran el permiso para seguir, no hay futuro: solo podemos sobrevivir como un sector grande y fuerte”, dijo Pedersen.

Además, agregó: “Por supuesto, no queremos ser la causa de una nueva pandemia (...) pero la decisión del gobierno es un desastre para nuestra industria y para Dinamarca. Se trata de hecho de un cierre y una liquidación permanentes de la industria de las pieles”.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA?

“CNN” contó con la opinión del doctor Elmer Huerta, quien señaló que todavía no hay argumentos científicos para temer a la mutación del coronavirus que albergan los visones. De hecho, desde el inicio de la pandemia, se han desarrollado varias versiones del virus, pero la repercusión en los humanos no ha variado.

“Lo que se sabe es que los seres humanos pueden contagiar a los visones, los visones se contagian entre sí, y que estos a su vez son capaces de contagiar a los seres humanos. Eso es muy preocupante porque es en ese intercambio que se pueden producir mutaciones que puedan poner en peligro la efectividad de las vacunas, de los anticuerpos monoclonales que se están desarrollando para tratar la infección”, dijo Huerta.

Sin embargo, resalta el doctor, la preocupación es que no hay información al respecto de la mutación producida en los visones. “Dice la Dra. Hodcroft [de la Universidad de Basilea, que] toda información proviene de un comunicado de prensa del gobierno danés. El cual solo dice que, por existir una mutación en el virus, todos esos animales deben ser sacrificados”.

LA POLÉMICA CRECE

Según anota “Diario Veterinario”, ciertos partidos políticos y activistas -que ya estaban en contra de la industria de venta de pieles- señalaron que los mismos criadores habrían contaminado sus instalaciones. Esto en respuesta a que, en la actualidad, no es rentable mantener a los visones puesto que sus pieles ya no se pueden vender a un precio significativo.

Sobre las posibles vías de contaminación, habría sido el descuido de los dueños.

“El personal de estas explotaciones está compuesto por trabajadores migrantes, que a menudo viven temporalmente en el corral de visones y, a veces, rotan de una empresa a otra durante el periodo de trabajo. Esta situación hace que sea difícil trazar contactos entre empresas. ‘Algunos empleados solo eran conocidos por su nombre de pila’, explica la epidemióloga, Lodwien Smit.”

Algunos anotan que esta situación poco controlada se habría mantenido para cobrar las indemnizaciones que otorga el gobierno por matar a los visones.

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