A esta altura de sus vidas, el príncipe Enrique, mejor conocido como Harry e hijo del Rey Carlos III, y su esposa Meghan Markle son dos embajadores mundiales de uno de los problemas que más acarrea este siglo: la salud mental. El duque volvió a pronunciarse sobre este tema en una charla, lo novedoso fue que relató su propia experiencia de vida y cómo lo solucionó con la ayuda de profesionales de la salud.
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El duque de Sussex de 38 años dio la charla inaugural en la cumbre Masters of Scale, que se celebró en San Francisco, y manifestó cómo los profesionales lo ayudaron a ver su vida desde otra perspectiva.
“La terapia me abrió los ojos, me movía por el mundo pensando que solo había una forma de vivir y la terapia fue lo que estalló esa burbuja”, señaló.
Si bien el príncipe tuvo la desgracia de perder a su madre cuanto tenía tan solo 12 años, él mismo confesó que en ninguna etapa de su vida le proporcionaron la posibilidad de recibir asistencia psicológica. Ni siquiera en su extensa trayectoria de diez años en el ejército, escuchó la palabra “terapia” o “coaching”.
“Cuando perdí a mi madre me cerré en mis emociones y ese hecho ha tenido un gran impacto en todos los aspectos de vida, tanto en lo personal como en lo profesional”, indicó en una oportunidad al diario británico The Daily Telegraph.
Este cambio, que implica hacer terapia para solucionar problemas del pasado, también lo compartió con sus seres más queridos. Su esposa Meghan Markle contó en uno de los capítulos de su pódcast que fue él quien la puso en contacto con un especialista en salud mental para salir de varios baches que tuvo a lo largo de su vida.
Los posibles nuevos vecinos de Meghan y Harry en California están preocupados por su mudanza: “Van a traer su circo”
La posibilidad de llevar una vida más alejada luego de haber decidido renunciar a los títulos y al protocolo que implica la nobleza, sería el principal factor de Harry y Meghan Markle para buscar una nueva residencia en los Estados Unidos. Actualmente, viven en Montecito, California, un área famosa entre las celebridades por la atmósfera de pueblo playero.
Sin embargo, en las semanas recientes, la prensa local ha abordado la posibilidad de una mudanza a Hope Ranch, también ubicado en el condado de Santa Bárbara, pero con mayor privacidad y seguridad. Un par de incidentes que pusieron en riesgo su integridad y los bienes de la familia en Montecito los motivaría a comprar una mansión con valor de 22 millones de dólares, ocho millones más de lo que pagaron por la que ahora ocupan.
Contrario a lo que podría pensarse al ser personajes de renombre, los vecinos de Hope Ranch no estarían muy conformes con tenerlos como nuevos residentes. De acuerdo con información del portal especializado TMZ, la Asociación de Propietarios (HOA) está en contra de la mudanza porque han empezado a calcular el impacto que tendría en la calidad de vida de la zona. “Muchos sienten que van a traer un circo a su barrio tranquilo y súper privado... ya que son tan famosos y controvertidos”, apunta el medio citando a una fuente de la comunidad.