España vive la recta final de una atípica campaña electoral en un clima de incertidumbre y alta crispación política en un proceso que podría llevar al país ibérico a dar un giro a la derecha. Las tensiones quedaron en evidencia en el debate del último lunes entre el jefe del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y el líder del conservador del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, quienes se enfrentaron en un rudo cara a cara de 100 minutos donde sobraron interrupciones y ambos se acusaron de mentir.
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Según encuestas y medios de comunicación, el debate -el único programado entre los candidatos de los principales partidos antes de los comicios del 23 de julio- dio un empujón a Núñez Feijóo, después de semanas de avances del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez. Sin embargo, lo más probable es que ninguno de los dos partidos principales consiga una mayoría absoluta por lo que las alianzas de ambos bloques están en el foco de la discusión.
A este punto, los comicios podrían resumirse en una pugna ideológica entre los que ya están cansados de la actual coalición liderada por los socialistas, que incluye a la izquierda, y aquellos que se oponen a un posible gobierno liderado por el PP, que podría incluir al ultraderechista Vox.
Precisamente, fue la alianza con Vox lo que más le reclamó Sánchez a Núñez Feijóo durante el debate. El líder de la oposición conservadora respondió proponiendo a los socialistas un acuerdo para que el ganador de las elecciones gobierne en minoría y evitar así tener que pactar con la extrema derecha o la izquierda y con partidos independentistas regionales.
Feijóo también acusó a Sánchez de pactar con partidos regionales, varios de los cuales querrían separar sus regiones de España.
Sánchez llega a la contienda con mucha presión. El jefe de Gobierno español, en el poder desde el 2019, convocó por sorpresa elecciones anticipadas el 29 de mayo después de que su coalición de izquierdas fuera derrotada en las elecciones autonómicas y municipales.
“Nos estamos jugando por primera vez si España continúa avanzando, como ha hecho durante estos últimos 40 años, o nos mete a las calles, señor Feijóo, en un túnel del tiempo tenebroso donde vaya usted a saber dónde terminamos”, dijo Sánchez en el cara a cara.
¿Giro a la derecha?
Aunque las elecciones siguen muy abiertas y los socialistas han recortado la ventaja de los conservadores en los últimos sondeos, los principales medios españoles apuntan al PP como probable ganador. Si los conservadores incluyen a Vox en una coalición para formar una mayoría, un partido de extrema derecha entraría en el Gobierno por primera vez desde el final de la dictadura en los años setenta.
Según un sondeo de GAD3 para ABC hecho el lunes por la noche, una suma del PP y de Vox lograría 180 escaños, cuatro más que el mínimo necesario para una mayoría operativa en el Congreso de los Diputados. Los socialistas y la plataforma de izquierda Sumar, en cambio, se quedarían en 140 escaños.
Enrique Banús, director del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Piura, coincide en la ligera ventaja del PP. “Las opiniones tras el debate son unánimes. Si hubiera sido un combate de boxeo lo habría ganado por puntos Núñez Feijóo con mucha claridad. La prensa es más o menos cruel con Sánchez, pero el comentario es que se fajó mucho mejor Núñez Feijóo que Sánchez”, dice a El Comercio.
Apunta, además que, aunque las propuestas de Núñez Feijóo no fueron muy concretas, sobre todo en el tema económico, el conservador consiguió desactivar el argumento estrella de Sánchez, que es la necesidad de Núñez Feijóo de pactar con Vox, un partido euroescéptico y que se opone a las leyes de lucha contra el cambio climático y la violencia de género.
“Hay una expectativa mayoritaria de quienes dicen que se ha agotado un ciclo y que puede haber un cambio. Lo más probable es que haya un cambio, pero el tema de la relación con Vox es un asunto complicado”, dice Banús, que considera que lo que queda de la campaña va a ser relativamente turbia por parte de Pedro Sánchez “porque la situación parece bastante clara, lo que lo llevará a insistir en el tema de la necesidad de Núñez Feijóo de pactar con Vox, lo que podría darle un cierto apoyo”.
No es un tema sencillo para el PP. Después de las elecciones municipales y regionales, el PP y Vox, que lidera Santiago Abascal, han cerrado acuerdos en muchos ayuntamientos y gobiernos regionales. Sin embargo, las negociaciones han sido bastante complicadas para ambos partidos y todavía no están elegidos todos los presidentes regionales y los alcaldes. Feijóo ha dicho que aceptará el apoyo de Vox si lo necesita.
“De hecho, antes del debate, la perspectiva de voto para el Partido Popular bajó un poco por este tema, como las negociaciones se iban entrampando en algunos lugares y, efectivamente, en algunos lugares dependía de Vox y es un socio un poco errático pues bajó un poco la expectativa de voto”, afirma Banús.
En el otro bando, el PP está usando con fuerza el que los socialistas están abiertos a formar una coalición con el nuevo movimiento Sumar de 15 partidos de izquierdas.
“El problema es el comportamiento de algunos partidos pequeños, como los vascos y algunos de los catalanes, que tampoco está tan claro cómo van a actuar. Núñez Feijóo dejó en evidencia que Sánchez también tiene pactos que tampoco son muy saludables”, señala el experto.
Feijóo ha afirmado que Sánchez no puede dar “ninguna lección” sobre pactos, ya que durante su Gobierno negoció con el independentismo catalán y con los vascos de EH Bildu, a los que denominó el “brazo político” de la banda terrorista ETA.
Los ojos en el ausentismo
Otro elemento clave en estos comicios es el ausentismo. Se espera que las elecciones, que estaban previstas para final de año, pero por primera vez se realizarán en plenas vacaciones de verano, sufran una falta de participación.
“Hay una preocupación por cuál va a ser el impacto en la participación. Es la primera vez que hay unas elecciones en pleno verano, en medio de julio. Es una época en que la gente está en la playa o en el campo. Y además está haciendo un calor intenso, entonces no tenemos ni idea de cómo va a resultar porque va a bajar mucho la participación y no se sabe a quién va a favorecer”, dice Banús.
El experto añade que el ausentismo normalmente favorece a partidos pequeños y más radicales porque el votante radical suele estar más convencido. “También habrá que ver cuál va a ser el porcentaje del voto por correo porque ha viajado. Este tema es una gran incógnita”, añade.
Casi dos millones y medio de españoles votarán por correo en las elecciones generales del 23 de julio, un máximo histórico, informó el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), que prevé que la cantidad de votos por este medio se duplique respecto a los comicios del 2019.
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