El actual presidente francés y candidato presidencial centrista para la reelección, Emmanuel Macron, habla en su sede de la noche de las elecciones en París.
El actual presidente francés y candidato presidencial centrista para la reelección, Emmanuel Macron, habla en su sede de la noche de las elecciones en París.
/ AP/Thibault Camus
Agencia EFE

El presidente de , , que encabezó la primera vuelta de las presidenciales de este domingo, tendió la mano a todos los electores y se dijo dispuesto a “inventar algo nuevo para unir convicciones y sensibilidades diversas” de cara a la segunda vuelta.

“Vuestra confianza me honra y me compromete (...) No nos equivoquemos. Nada está decidido. Y el debate que tendremos en los próximos quince días es decisivo para nuestro país y para Europa”, afirmó Macron, que ronda el 28% de los votos de la primera ronda, según las estimaciones, cinco puntos más que la ultraderechista Marine Le Pen, con quien se jugará la presidencia el día 24.

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En la Puerta de Versalles, el mismo lugar en el que celebró en 2017 su paso a la segunda vuelta, también ante Le Pen, el jefe de Estado pidió no escatimar esfuerzos y se comprometió a hacer lo mismo para renovar su mandato.

Su proyecto, dijo, es “el único” que puede responder en favor del poder adquisitivo y de los trabajadores y en contra de la pobreza.

Quiero tender la mano a todos aquellos que quieren trabajar por Francia (...) Quiero convencerles en los próximos días de que nuestro proyecto responde con mayor solidez que el de la extrema derecha a los miedos y los desafíos de la época”, añadió.

Macron, que acudió a la celebración de la noche electoral con su esposa, Brigitte, dijo querer una Francia “que supere el reto climático y ecológico” y que se oponga “al separatismo islamista” y a quienes prescriben a los musulmanes y a los judíos “comer como lo prescribe su religión”.

Su discurso, sin aires triunfalistas, agradeció que la mayor parte de los aspirantes derrotados hayan pedido el voto a su favor, y dijo ser consciente de que ese respaldo no supone un apoyo directo a su programa.

Algunos me votarán para detener a la extrema derecha. Sé que no será un apoyo al proyecto que represento y lo respeto”, recalcó el presidente saliente, que admitió que cuando la extrema derecha tiene tanto peso en el país “no se puede considerar que las cosas van bien” y hay que convencer a esa parte de la población “con mucha humildad y respeto”.

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