Bruselas. Los mandatarios de la Eurozona alcanzaron este lunes un acuerdo para empezar a negociar un nuevo programa de rescate con Grecia, que impone al gobierno de Alexis Tsipras draconianas medidas y grandes sacrificios para la exhausta economía del país.
Tras 17 horas de difíciles negociaciones, marcadas por la desconfianza y las divisiones y la amenaza de una salida de Grecia de la unión monetaria, los 19 países llegaron a un acuerdo "por unanimidad".
"El 'Grexit' (la opción de que Grecia dejara el euro) desapareció", dijo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, después de reconocer que la tarea había sido "laboriosa".
La posibilidad de una salida de la zona euro había estado sobre la mesa hasta bien avanzadas las negociaciones, que empezaron el domingo por la tarde.
"La Eurocumbre alcanzó por unanimidad un acuerdo. Está todo listo para un programa de ayuda a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) para Grecia, con serias reformas y apoyo financiero", dijo el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk.
Los mercados europeos saludaron el lunes el acuerdo entre Grecia y la Eurozona, con la mayoría de las grandes bolsas operando en alza.
El Parlamento griego deberá ahora aprobar las reformas acordadas con sus socios europeos, una serie de duras medidas de ajuste en materia de pensiones, subidas de impuestos y la ampliación del programa de privatizaciones.
Una vez aprobado por los diputados griegos, los parlamentos nacionales europeos podrán dar mandato al Eurogrupo para empezar a negociar el rescate.
El presidente francés, François Hollande, celebró esta "decisión histórica" de la Unión Europea y la "valiente decisión" del primer ministro griego Alexis Tsipras, que aseguró por su parte haber "luchado hasta el final" para lograr un acuerdo que sus socios de la zona euro quisieron "más duro".
Pero para la canciller alemana, Angela Merkel, "el camino será largo y (...) difícil", como quedó en evidencia en una larguísima negociación precedida por una reunión de ministros de Finanzas que comenzó el sábado y terminó el domingo con numerosos puntos en suspenso.
Preguntada sobre si el acuerdo supone un nuevo tratado de Versalles (que supuso la humillación de Alemania tras la I Guerra Mundial) Merkel dijo: "No soy partidaria de las comparaciones salvo cuando las hago yo misma".
"Espero que todo el mundo cumpla", afirmó por su parte el presidente español Mariano Rajoy.
Los mercados europeos respondieron al acuerdo con subidas en París (+2,05%), Fráncfort (+ 1,31%) Londres (+0,76%), Madrid (+1,30%) y Milán (+0,69%).
Desde que se impuso el corralito el 29 de junio, la economía griega está paralizada. Los bancos sobreviven únicamente gracias a la ayuda de urgencia del BCE, cuyo consejo de gobernadores decidió hoy mantener el máximo de provisión de liquidez de emergencia que los bancos griegos pueden solicitar en 89.000 millones de euros.
Ahora la urgencia es que Grecia pueda hacer frente al pago de 4.200 millones al Banco Central Europeo antes del 20 de julio.
Para ello, los ministros de Finanzas de la zona euro se reúnen de nuevo este lunes para otorgar a Atenas un crédito puente.
Este tercer rescate al país, que ya se benefició de otros dos en el 2010 y el 2012, está evaluado en entre 82.000 millones y 86.000 millones de euros durante tres años.
El documento final del acuerdo incluye varias de las líneas rojas que el gobierno de Tsipras quería evitar, como la participación del FMI en el rescate, nuevas privatizaciones y la creación de un fondo de 50.000 millones controlado por la Unión Europea que servirá para amortizar la deuda
Sobre la deuda, el documento abre la vía a una reestructuración y alargar los plazos pero recuerda que no es posible una quita.
El acuerdo obliga además al gobierno griego a legislar rápidamente esta semana las nuevas medidas, entre ellas la reforma de las pensiones y la apertura a la competencia de sectores como el del transporte marítimo o de la energía, así como una "revisión y modernización" del mercado laboral.
En Grecia, muchos ciudadanos no dudaban en hablar de "humillación, miseria y esclavitud", como afirmaba este lunes en Atenas Haralambos Rouliskos, un economista de 60 años que paseaba este lunes en las calles de la capital.
El acuerdo podría suponer además una nueva crisis política para Alexis Tsipras que logro el apoyo de la oposición en sus negociaciones con los acreedores pero a costa de aumentar las disensiones internas.
Fuente: AFP