(Foto: AFP)
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Idafe Martín Pérez

Jean-Baptiste Lemoyne (Bourg-la-Reine, 1977), ministro de Comercio del ejecutivo , defiende que el acuerdo alcanzado entre la Comisión Europea y el Mercosur ancla a Brasil en la lucha contra la crisis climática haciéndole respetar el Amazonas.

También critica el proteccionismo de Washington y defiende la política comercial europea.  






—Brasil, aceptando el acuerdo Mercosur – Unión Europea, se compromete a respetar el Acuerdo de París sobre el cambio climático. ¿Qué hará Europa si Brasil no respeta ese compromiso? Brasil ya prometió reforestar el Amazonas y la deforestación se acelera.
Francia ha estado entre los países que han exigido que el proyecto de acuerdo implique la reafirmación no solo de los compromisos de los países del Mercosur en el marco del Acuerdo de París, sino también de medidas de gestión sostenible de los bosques. El acuerdo político alcanzado entre la Comisión Europea y el Mercosur es muy claro: en su capítulo «Comercio y desarrollo sostenible» se especifica claramente que las partes se comprometen a «una aplicación efectiva del Acuerdo de París».

Así pues, Brasil ha elegido su bando, algo que también ha expresado respaldando el comunicado del G20 de Osaka sobre el clima, a diferencia de Estados Unidos. Si Brasil saliera del Acuerdo de París, en ese caso, no firmaríamos ningún acuerdo comercial.

—¿Y si Brasil promete cumplir pero no hace nada?
La presión política puede ser decisiva. Dado que, en el acuerdo alcanzado entre el Mercosur y la Comisión Europea, Brasil se comprometió a aplicar «de manera efectiva» el Acuerdo de París, el país es políticamente responsable ante este objetivo. Teniendo en cuenta el proceso democrático y legislativo en curso, tanto en el Parlamento Europeo como en los parlamentos nacionales, la parte europea tendrá tiempo de ver si Brasil pone en práctica sus compromisos o no.

—Los tratados de libre comercio que está firmando la Unión Europea, ¿están adaptados a nuestra época dominada por la crisis climática? Una de las críticas más frecuentes denuncia que el acuerdo es malo para el clima.
El acuerdo reafirma el compromiso de las partes en el Acuerdo de París. Dicho compromiso debe aplicarse de forma efectiva. No debemos, ni por principios ni por ideología, contraponer los acuerdos de libre comercio basados en normas a nuestros objetivos climáticos, sino que hay que establecer una evaluación rigurosa de su impacto, así como mecanismos de tarificación del carbono que estimulen la innovación para reducir las emisiones de todas las actividades.

Los acuerdos comerciales que fomenten las malas prácticas no serán aceptables. Esta es la razón por la que Francia se ha opuesto a un nuevo mandato de negociación con Estados Unidos, que ha salido del Acuerdo de París.

—En estos últimos años Europa ha firmado acuerdos comerciales con Colombia, Perú, Canadá, Japón, Vietnam, Singapur y por último Mercosur. ¿Cuál es el mensaje enviado al mundo?
El mensaje es contundente: en un mundo incierto a causa de las decisiones unilaterales y oportunistas de grandes potencias, nosotros defendemos el multilateralismo. Lo defendemos, por supuesto, a través de tales acuerdos, pero también albergamos la ambición de reformar la OMC para construir un marco sereno para esta cooperación, un marco que vuelva a ser creíble. Una OMC moderna que sepa hacer cumplir de manera efectiva sus normas para convertirse en baluarte contra políticas proteccionistas ya asumidas es nuestro único recurso a largo plazo.

—Y ante la crisis de la OMC, ¿Europa está imponiendo, con estos acuerdos, su modelo de comercio al resto de naciones?
Necesitamos más OMC y no menos OMC, como dijo el presidente Macron en la conferencia ministerial de Buenos Aires, más regulación mundial para instaurar un sistema de comercio justo en el que cada país tenga su lugar y pueda defender sus criterios y poner en valor sus bazas en una dinámica de condiciones equitativas beneficiosa para todos.

—El nuevo impuesto francés conocido como ‘tasa GAFA’ está dirigido a los gigantes digitales estadounidenses. Washington podría responder con aranceles contra Europa.
Nuestra nueva tasa, defendida por el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, no ha sido ideada específicamente para los GAFA, sino para las actividades digitales en general. Los fundamentos del capitalismo evolucionan y tenemos que adaptarnos a ello. Esta herramienta se ha hecho indispensable para poder adaptarnos a la nueva economía del siglo XXI basada en una creación de valor cada vez más inmaterial y para la cual la presencia de la empresa en el territorio nacional ya no es el único indicador.

—¿Debe la Unión Europea enfrentarse a Estados Unidos aunque eso suponga un riesgo de guerra comercial?
Las guerras comerciales no son ni buenas ni fáciles de ganar, al contrario de lo que algunos piensan. La Unión Europea no quiere guerras de este tipo, no está en el origen de ninguna y hará todo lo posible por evitarlas. Sin embargo, también quiere hacerse respetar y contribuir al respeto de las normas que rigen el comercio internacional.

No entendemos por qué las exportaciones de automóviles pueden ser consideradas por nuestro aliado histórico como una amenaza para su seguridad. Por ello, si Estados Unidos adoptara medidas unilaterales en este sentido, nosotros reaccionaríamos con firmeza, en el marco de las normas previstas, como hicimos en el 2018.

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