Una improvisada playa en el corazón de París, junto al río Sena, será desde hoy y hasta el próximo 23 de agosto el escenario veraniego por excelencia de la capital francesa, donde turistas y vecinos pueden tomar el sol, practicar el tiro con arco o iniciarse en el "tai chi".
Dar un paseo por el costado del Sena en pleno centro de París o cerca del parque de la Villete, en el noreste de la ciudad, adquiere un cierto sabor a playa, a tumbonas de verano, a arena y sol.
Se trata de "Paris plage", una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de la capital cuya 14ª edición inauguró la alcaldesa capitalina, Anne Hidalgo, en un intento por acercar las vacaciones a un enclave de coches, piedra y asfalto.
"La idea es que quienes no puedan irse de la ciudad en verano también disfruten del tiempo libre y puedan relajarse", explicó la alcaldesa de París, de origen gaditano, quien también aseguró que esta iniciativa resulta de la influencia de otras ciudades como Barcelona, "que supo reconquistar el mar como hacemos nosotros con el Sena".
De esta manera, desde la vía Pompidou del centro de la capital hasta los canales que nutren el Sena desde el norte de la ciudad cubren sus aceras con 5.000 toneladas de arena que reposa en cubículos de madera con sombrillas y tumbonas disponibles al público desde las 9 de la mañana hasta la medianoche.
Entre las distintas actividades que propone el consistorio, todas ellas gratuitas, se cuentan talleres de cuentos, deportes acuáticos, máquinas para fabricar tarjetas postales o una biblioteca efímera en la que se dan consejos de lectura y se puede disfrutar de hasta 300 títulos.
Algunas de las novedades son la instalación de una pequeña granja, de un club náutico, la realización de un baile para niños, clases de tiro al arco o la segunda edición de "El Louvre en Paris plage", una iniciativa que trata de acercar el emblemático museo a las calles de la ciudad.
"Realizamos varios talleres lúdicos para los más pequeños pero también para los mayores con la intención de que conozcan algunas de las colecciones que tenemos en el museo, como la que gira en torno a la titulada "El Egipto de los Faraones", para, en definitiva, despertar su curiosidad por el arte", explicaron a EFE los responsables de esa actividad.
Más allá de los parisinos, que se han acostumbrado a ver cómo cada verano parte de la ciudad se convierte en una playa, los más sorprendidos son los turistas, que descubren destellos marinos en una urbe situada a 200 kilómetros de la costa más cercana.
"Vimos que comenzaron las actividades y creímos que era una buena oportunidad para que los niños disfruten del aire libre y del Sena. En Argentina no hemos visto nada parecido", explica la familia Orsi.
Por su parte, Vivien, una turista procedente de Alemania, comenta que es la segunda vez que viene hasta esta playa, "una muy buena iniciativa" que no tiene comparación con ninguna otra realizada en su país natal.
Un poco más lejos, Sandra y Diane, dos ancianas de Arizona, coincidieron en que no han visto "nada parecido en Estados Unidos" y que agradecen este espacio en el que juegan a la petanca todas las semanas durante los tres meses que pasan en Francia desde hace 50 años.
En los muelles que sirven de paseo fluvial, los aspersores pulverizan agua en distintos puntos de la playa y de los costados del Sena, en los que la Alcaldía ha instalado diversas fuentes entre las que, como novedad, se encuentra una de agua con gas.
Todo ello es así porque, a pesar de la tentación que genera pasearse en bañador a escasos metros del amplio caudal del Sena, los visitantes tienen prohibido bañarse en sus aguas.
Al menos de momento, ya que París aspira a albergar los Juegos Olímpicos de 2024 y a limpiar las aguas de su río para que en ellas pueda disputarse la prueba de triatlón y, quizá, ofrecer la oportunidad a los turistas de darse un chapuzón contemplando la torre Eiffel.
Contenido sugerido
Contenido GEC