El domingo se define el futuro de Artur Mas en Cataluña: se sabrá si revalida su cargo al frente del Gobierno de la región de España o si los catalanes tienen que volver a las urnas, tres meses después de unos comicios convertidos en un plebiscito secesionista.
La CUP es el partido que tiene la llave de la investidura al actual jefe del Ejecutivo en funciones. En sus manos está votar si lo apoyan o no, si quieren que abandere el proceso hacia la independencia de la región o que se repitan las elecciones del 27 de septiembre. El plazo para evitar una nueva cita con las urnas expira el 10 de enero. Si ese día no hay Gobierno, se convocarán de nuevo comicios.
La CUP, partido anticapitalista y considerado "antisistema", es el único que puede facilitar la investidura de Artur Mas en el Parlamento catalán ya que no hay otro que apoye la desconexión de la región del resto de España.
Artur Mas auspició para los comicios de septiembre la lista independentista Junts pel Sí, integrada por los dos partidos más importantes de Cataluña. La CUP no se quiso unir. Junts pel Sí ganó las elecciones pero sin mayoría absoluta.
Durante estos tres meses, las negociaciones entre ambas partes no han cesado. El partido de izquierda no ve con buenos ojos a Mas por los recortes perpetrados por su Gobierno y los casos de corrupción que golpean a su partido, Convergència Democràtica, en Cataluña, España.
Los militantes de la CUP se reunieron ya el pasado domingo en asamblea para tomar una decisión sobre el futuro del jefe del Ejecutivo en funciones, pero se produjo un llamativo empate: 1.515 votos a favor y 1.515 votos en contra.
Artur Mas necesita que al menos dos de los ocho parlamentarios de la CUP respalden su investidura para ponerse de nuevo al frente del Gobierno. Si eso no ocurre, el principal impulsor del proceso soberanista quedaría fuera en un momento clave.
Fuente: DPA