El presidente de Rusia, Vladimir Putin, pronuncia un discurso el 24 de junio de 2023, mientras los combatientes del Grupo Wagner se rebelan. (Foto de Gavriil Grigorov / SPUTNIK / AFP).
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, pronuncia un discurso el 24 de junio de 2023, mientras los combatientes del Grupo Wagner se rebelan. (Foto de Gavriil Grigorov / SPUTNIK / AFP).
/ GAVRIIL GRIGOROV
Agencia AFP

El presidente prometió este sábado castigar la “traición” del jefe del , cuya rebelión contra el mando militar ruso significa una “amenaza mortal” y el riesgo de “guerra civil” para el país en pleno conflicto con Ucrania.

Con traje y corbata negros, semblante serio y tono marcial, el mandatario ruso se dirigió, sin nombrarlo explícitamente, al hombre que lo desafía, Yevgueni Prigozhin: “Es una puñalada por la espalda para nuestro país y nuestro pueblo”, declaró durante un discurso dirigido a la nación.

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“A lo que nos enfrentamos es exactamente a una traición. Una traición provocada por la ambición desmesurada y los intereses personales” de Prigozhin, agregó.

Previamente, el jefe de Wagner anunció la toma del cuartel general del ejército ruso en Rostov, centro neurálgico de las operaciones en Ucrania, y aseguró que controla varias instalaciones militares.

“Estamos en el CG, son las 07H30 de la mañana” (04H30 GMT), afirmó Prigozhin en un video divulgado en Telegram. “Los sitios militares de Rostov están bajo control, incluido el aeródromo”, agregó.

En su discurso, Putin señaló que la situación en Rostov era “difícil”.

En respuesta a la rebelión, la fiscalía general rusa anunció la apertura de una investigación por “motín armado” contra el grupo paramilitar, cuyos efectivos (25.000, según Prigozhin) se sublevaron tras acusar al ejército ruso de haber bombardeado sus bases.

Las autoridades reforzaron las medidas de seguridad en Moscú, donde se instauró un “régimen de operación antiterrorista”, consecuencia directa de la amenaza de Prigozhin, quien en un mensaje de audio divulgado en Telegram advirtió que sus fuerzas llegarán “hasta el final” y van a “destruir todo lo que se interponga” en su camino.

Según la agencia de prensa estatal bielorrusa Belta, Putin llamó por teléfono este sábado a su homólogo bielorruso Alexander Lukashenko, un aliado cercano, para informarle “de la situación en Rusia”.

Los responsables de la ocupación rusa en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk (este) de Zaporiyia y Jersón (sur) expresaron este sábado que sus territorios están “con el presidente” Putin.

En Ucrania, un asesor del presidente Volodymyr Zelensky consideró que la rebelión de Wagner “es solo el comienzo” de lo que ocurrirá en Rusia.

“La división entre las élites es demasiado evidente. Ponerse de acuerdo y pretender que todo está arreglado no funcionará”, indicó Mijailo Podoliak en Twitter.

“Listos para morir”

“Todos nosotros estamos listos para morir. Todos los 25.000 y luego otros 25.000″, recalcó Prigozhin por Telegram. “Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil”.

Por la noche, anunció que había cruzado la frontera y entrado en Rostov. También aseguró que sus tropas derribaron un helicóptero ruso que acababa de “abrir fuego contra una columna civil”.

El gobernador de la región de Rostov instó a la población a “no salir de casa salvo por necesidad” y el de Lipetsk, a 420 km al sur de Moscú, anunció “medidas de seguridad reforzadas”.

En varios mensajes de audio transmitidos el jueves, el jefe de Wagner había afirmado que unos bombardeos rusos causaron un “gran número de víctimas” entre sus filas.

“Han llevado a cabo bombardeos, bombardeos con misiles, contra nuestras bases de retaguardia. Un gran número de nuestros combatientes murió”, dijo, acusando al ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, de haber ordenado esos ataques.

Unas acusaciones que “no se corresponden con la realidad y son una provocación”, replicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Las fuerzas de seguridad rusas, el FSB, llamaron a los combatientes de Wagner a detener a su jefe. Un influyente general ruso, Serguéi, Surovikin, instó a los milicianos de Wagner a renunciar a su revuelta.

Esta disputa ha puesto de manifiesto las tensiones existentes dentro de las fuerzas movilizadas en el conflicto ucraniano.

“Hay que poner freno a quienes tienen responsabilidad militar en el país”, indicó el jefe de Wagner, llamando a los rusos a unirse a sus tropas y a no oponer resistencia.

Ayudar incluso “al diablo”

Los gobiernos de Estados Unidos, Francia y Alemania indicaron que seguían de cerca la situación en Rusia.

El empresario opositor ruso en el exilio Mijaíl Jodorkovski llamó el sábado a la población a apoyar la rebelión de Prigozhin, tras señalar de que es importante apoyar “incluso al diablo” si decide enfrentar al Kremlin.

Pocas horas antes del estallido de esta crisis, Prigozhin apuntó que el ejército ruso se estaba “retirando” en el este y el sur de Ucrania, contradiciendo las afirmaciones del Kremlin, que asegura que la contraofensiva de Kiev está fracasando.

“No hay ningún control, no hay triunfos militares” de Moscú, insistió Prigozhin.

El Ministerio ruso de Defensa advirtió no obstante que Ucrania se está preparando para atacar Bajmut, en el este de Ucrania, “aprovechando la provocación de Prigozhin”.

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