Juan Diego Rodriguez Bazalar

Alto al fuego. Parte de la estrategia de en la guerra con es pedir la rendición de las fuerzas que resisten. Ahora, en , se ha abierto un corredor humanitario para que los civiles y parte de las tropas invadidas abandonen la ciudad.

Pero uno de los últimos bastiones que defienden la ciudad portuaria se mantiene atrincherado en la planta siderúrgica Azovstal. Según “”, allí luchan 2.500 personas, entre soldados y voluntarios.

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Cuenta que, antes de ser una trinchera para defender el país, la Azovstal Iron and Steel Works era vital para la economía de Mariúpol. Incluso, era considerada como una de las más productivas de Europa, con más de cuatro millones de toneladas de acero crudo.

Azovstal fue construida originalmente en los primeros años del régimen soviético, y fue reconstruida luego de que los nazis tomaran Mariúpol, entre 1941 y 1943, y la dejaran en ruinas”, escribe “”.

Actualmente, y como resultado de la guerra, la planta está . Sus túneles, sin embargo, funcionan como refugio para cerca de mil civiles (según el Gobierno) y búnker del Batallón Azov, polémica milicia de extrema derecha.

Para ellos es el corredor humanitario. Ríndanse y huyan, dice Moscú.

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Del asedio y los verdaderos objetivos

Es inevitable que el asedio y sitio de Mariúpol nos recuerde a viejas estrategias de guerra. El especialista en seguridad y coordinador del World Political Analysis Laboratory Rubens de S. Duarte anota: “Rusia fue muy efectivo al controlar el espacio aéreo luego de destruir las fuerzas ucranianas. Ahora están bloqueando el acceso al mar, lo que significa que han aislado a Ucrania, dejándoles camino solo a través de los límites con Europa”.

Esa ya es una gran pérdida”.

Para Duarte, lo que busca Rusia es sofocar al enemigo. “Les pueden cortar o reducir el suministro de agua, comida, armas. Por eso el puerto es tan importante”.

Claro que Azovstal es un objetivo. Si los liderados por el presidente Volodymyr Zelensky quieren “construir armas, arreglar puentes o caminos de tren para ayudar a su ejército, necesitan acero”.

Tropas prorrusas se preparan para atacar la planta de Azovstal. Fotografía del 12 de abril del 2022. REUTERS
Tropas prorrusas se preparan para atacar la planta de Azovstal. Fotografía del 12 de abril del 2022. REUTERS
/ ALEXANDER ERMOCHENKO

Pero para los rusos es todavía más crucial controlar el puerto en sí. “Rusia tiene sus propias plantas, no necesitan las ucranianas. Y Ucrania puede obtener el acero de otras fuentes. Se les hará difícil y más caro, sí, pero pueden. A lo que no pueden tener acceso es al mar, y eso es irreversible”.

Duarte no cree que la toma de Mariúpol vaya a concluir la guerra. Él considera que, como muchas de las armas que utiliza Ucrania no son propias sino que llegan de otros países, todavía darán lucha. Y ahí es que el control del puerto cobra mayor sentido: dependerá de los hombres de Zelensky encontrar mejores formas de llevar el armamento a las zonas de conflicto.

El ejército y Gobierno ucranianos ya deben estar considerando escenarios en los que pierden la región, y ya deben tener un plan B o C”.

Puede que estos sean más difíciles de concretar y que les tome más tiempo ver resultados, pero podrían dar con la solución. Por eso no creo que este asedio vaya a marcar el final de la guerra”.

También hay que situarse en un escenario en el que Rusia toma el control de Mariúpol y cómo le daría ventaja. Para Duarte, históricamente, al Kremlin le interesa tener acceso y control sobre el mar Negro y tener facilidades en el Mediterráneo. “Es un objetivo geopolítico que se mantiene por cientos de años”.

Controlar Crimea es importante para que el comercio de bienes fluya. Si a eso se le suma el control del mar Negro, todavía mejor. Y hay que recordar que la guerra también pasa por controlar los suministros”.

” coincide en que, tomar Mariúpol, “le daría a las fuerzas rusas un puente terrestre entre Rusia y Crimea”.

¿Estrategia calculada?

Pero también pone la lupa sobre Azovstal, que en el futuro sería de gran importancia por su “patrimonio industrial”. El medio escribe:

Mariúpol es la segunda ciudad portuaria más grande de Ucrania, y antes de las sanciones occidentales integrales, Rusia tenía un sector siderúrgico en auge que se valoraba como el quinto más grande del mundo”.

El Donbás es conocido por su carbón, pero Mariúpol también tenía una industria metalúrgica rentable. Aproximadamente 40.000 residentes trabajaban en Azovstal y en otra acería cercana propiedad de la misma empresa”.

¿Será que el objetivo real de Rusia es tener el camino libre para salir al mar Negro y perfilarse como fuerza en el Mediterráneo?

Duarte contesta: “Al inicio de la guerra, los especialistas pensaban que Rusia atacaría el este y sur de Ucrania para tomar el Donbás y el mar. Pero el Kremlin sorprendió atacando Kiev desde el norte, desde Bielorrusia, y otras ciudades del otro lado del país, cerca de Polonia. Nadie lo esperaba”.

Pero es difícil saber qué es lo que quiere Moscú, si enfocarse en el Donbás es parte del plan o resultado de todos los problemas que tuvieron. Podría ser verdad o parte del plan”.