Ucrania realizó este martes su mayor ataque con drones contra la región de Moscú desde el inicio de la guerra en febrero del 2022. La arremetida mató a una mujer e hirió a otras ocho personas. Se trata del primer ataque letal cerca de la capital de Rusia, y es la confirmación de que Kiev está pugnando por mayores acciones bélicas dentro de territorio ruso, semanas después de su sorpresiva incursión en Kursk que todavía sigue en marcha.
La mujer murió en la ciudad de Ramenskoye, ubicada en las afueras de Moscú, donde los drones impactaron en dos edificios residenciales de varios pisos y provocaron incendios, dijo el gobernador de la región de Moscú, Andrei Vorobyov.
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De acuerdo con la agencia AP, el gobernador informó que en total cinco edificios residenciales fueron evacuados debido a la caída de escombros de los drones.
En el exterior de uno de los edificios alcanzados el martes por la mañana, algunas personas observaban los daños, visiblemente conmocionadas, según un periodista de la agencia AFP.
El impacto provocó un incendio en el décimo piso, que fue rápidamente controlado por los bomberos, pero dejó un enorme agujero negro.
Los residentes de Ramenskoye dijeron a la agencia Reuters que se despertaron con explosiones y fuego.
“Miré por la ventana y vi una bola de fuego... La ventana salió volando por la onda expansiva”, manifestó a Reuters Alexander Li, un vecino de Ramenskoye.
Georgy, un residente que no quiso dar su apellido, dijo a Reuters que escuchó un zumbido de un avión no tripulado fuera de su edificio.
“Corrí la cortina y golpeó el edificio justo delante de mis ojos, lo vi todo. Reuní a mi familia y salimos corriendo”, explicó.
Ramenskoye se ubica a 50 km al sureste del Kremlin y tiene una población de 250.000 personas, según datos oficiales.
En su balance diario, el ministerio de Defensa de Rusia indicó que la defensa antiaérea rusa interceptó durante la noche 144 drones ucranianos, 20 de ellos en la región de Moscú y el resto en otras 11 regiones.
El ataque ocurrido cerca de la capital rusa obligó a desviar unos 50 vuelos de tres aeropuertos que están en los alrededores de Moscú.
Según la autoridad de aviación civil rusa, los aeropuertos Vnukovo y Domodedovo reabrieron por la mañana, mientras que Zhukovsky seguía cerrado por la tarde porque todavía no se terminaba con la limpieza de los restos de los drones, dijo un portavoz del aeropuerto a la agencia de noticias Interfax.
Los drones y la guerra moderna
Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa, le dijo a El Comercio que sin duda los drones están revolucionando la guerra y los conflictos contemporáneos, y que son el futuro de las confrontaciones bélicas.
“Hoy ya no solo se habla de vehículos aéreos no tripulados, sino que se están desarrollando nuevas tecnologías en el ámbito marítimo”, anotó.
¿Pero por qué los países están impulsando el uso de drones? Gómez de la Torre explicó cuáles son las ventajas:
“Hay varios factores que influyen en la expansión de los drones en la guerra moderna. En primer lugar está el costo-beneficio que representa, que es muy inferior a adquirir por ejemplo un escuadrón de aviones o de helicópteros. También por su relativa sencillez. Y algo muy importante, los drones no exponen al elemento humano, al combatiente, por lo que se elimina la posibilidad de bajas humanas para el atacante”, dijo Gómez de la Torre.
Otro aspecto importante, refirió Gómez de la Torre, es es el impacto psicológico. “La guerra del siglo XXI es multidominio, es una guerra híbrida donde los drones causan también un impacto psicológico porque son capaces de llegar a diferentes puntos neurálgicos sin que necesariamente haya un ejército de ocupación”.
“Finalmente, la versatilidad de los drones lleva a que puedan ser utilizados tanto en las guerras convencionales, como la que enfrentan Rusia y Ucrania; como en estas nuevas híbridas como la de Irán con sus proxys Hezbolá, Hamás”, sostuvo.
Como anota Reuters, Rusia ha atacado Ucrania con miles de misiles y aviones no tripulados en los últimos dos años y medio, matando a miles de civiles, destruyendo gran parte del sistema energético del país y dañando edificios comerciales y residenciales en todo el país.
Además, tanto Ucrania como Rusia han convertido drones comerciales baratos en armas mortíferas. De manera paralela, han aumentado su propia producción y montaje para atacar objetivos como tanques, refinerías y aeródromos.
Entre su arsenal de drones, Ucrania tiene aparatos no tripulados que pueden volar desde su territorio hasta Moscú. Se trata de los UJ-22. Estos drones son relativamente pequeños y versátiles, tienen capacidad para volar en condiciones meteorológicas adversas y pueden desplazarse hasta 800 kilómetros, de acuerdo con CNN.
La distancia entre la frontera de Ucrania y Moscú es de aproximadamente 450 kilómetros en línea recta.
Según su fabricante UKRJET, el UJ-22 “puede realizar tareas de inteligencia, búsqueda y rescate en interés del ejército, la policía y los servicios de rescate”. Aunque no lo presenta como un dron de combate, sí puede ser usado como arma ofensiva. Una carga útil de tipo explosivo es lo único que necesita para ser empleado como un dron kamikaze y estrellarlo contra un objetivo o soltarla sobre el mismo.
Ucrania también tiene el dron turco Bayraktar TB2. El uso de este aparato tuvo gran repercusión en el inicio de la guerra, pues fue empleado de manera constante contra las fuerzas rusas que trataban de cercar y tomar Kiev en una operación relámpago. Finalmente, las fuerzas de Putin desistieron de ese objetivo.
La agencia AFP detalló que los Bayraktar TB2 desempeñaron un papel clave para frenar la llegada de tanques rusos desde Bielorrusia y en el hundimiento del Moskva, el buque insignia de la flota rusa en el mar Negro.
Tienen un radio de operación de 300 kilómetros y portan cuatro bombas inteligentes guiadas por láser.
Sin embargo, con el paso del tiempo este modelo de drones se volvió vulnerable a las defensas rusas.
Los ucranianos también han recibido los drones kamikazes Switchblade, que son de fabricación estadounidense. Tienen capacidad de “reconocimiento de objetos” para elegir los blancos. Es decir, pueden volar hacia las áreas objetivo y permanecer ahí hasta identificar un blanco, luego se precipitan y explotan. Son de un solo uso.
Según NBC, los Switchblade son esencialmente “bombas inteligentes robóticas”, equipadas con cámaras, sensores, GPS y explosivos. Pueden atacar a objetivos militares a kilómetros de distancia.
Por su parte, Rusia tiene los drones explosivos Shahed, de fabricación iraní. Moscú los está usando masivamente para atacar objetivos en Ucrania.
El dron Shahed 136 es desarrollado por la compañía iraní HESA. Entró en servicio en el 2021, aunque Newsweek asegura que se estrenaron en el 2020, durante la guerra civil de Yemen.
Tienen un radio de acción de hasta 2.500 km. Ello les permite alcanzar con facilidad objetivos dentro de Ucrania así sean lanzados desde Rusia.
Están diseñados para neutralizar objetivos terrestres a distancia con su carga explosiva de 36 kilos.
Este dron es difícil de detectar por las defensas antiaéreas, pues vuela bajo. Incluso desciende hasta 100 metros antes de alcanzar su objetivo.
Irán ha desarrollado un sistema de lanzamiento múltiple de drones. Así, Rusia puede atacar un objetivo con numerosos drones Shahed a la vez.
El Lancet-3 es el dron kamikaze de Rusia. Es fabricado por ZALA Aero Group, empresa perteneciente al Grupo Kalashnikov.
Su inusual diseño consta de dos pares de alas en forma de X en la parte delantera del fuselaje y en la trasera.
Puede usarse tanto en misiones de reconocimiento como de ataque. En territorio de Ucrania se usa como un dron suicida.
Según el diario La Razón, al ser un sistema relativamente caro, Rusia los emplea solo contra objetivos militares de alto valor.
El Lancet-3 usa un motor eléctrico. Tiene una autonomía de vuelo de 40 minutos y un alcance de 40 kilómetros. Merodea hasta fijar el objetivo y se lanza contra él para hacer explotar su carga de 3 kilos. Su velocidad es de 110 kilómetros por hora. Su altura máxima de vuelo es de 5.000 metros.
Ucrania quiere más misiles de largo alcance
Esta guerra de drones se da mientras Ucrania presiona a Occidente para obtener misiles de más largo alcance y a la vez quiere tener la autorización para atacar con esas armas objetivos dentro de territorio ruso.
Bloomberg explicó este martes en un editorial que según estimaciones conservadoras, existen cientos de objetivos militares —incluidos centros de comunicaciones, campos de entrenamiento y bases aéreas desde las que se lanzan ataques o se reabastecen— que los misiles de largo alcance podrían atacar.
“Incluso si Putin pone muchos de esos objetivos fuera del alcance [de Ucrania], no puede protegerlos a todos, y su eliminación proporcionaría a Ucrania más protección y será una advertencia”, indicó el editorial.
Por su parte, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) ha verificado que al menos 225 objetivos militares rusos están al alcance de los misiles ATACMS que Estados Unidos ha entregado a Ucrania, aunque no tiene luz verde para que sean usados en territorio ruso.
En octubre del 2023, Ucrania recibió por primera vez los misiles ATACMS, pero se trataban de un versión de mediano alcance, unos 160 kilómetros. En abril de este año se reveló que ya había recibido otros de 300 kilómetros de alcance.
Los ATACMS han sido usados por Ucrania para atacar objetivos rusos en Crimea, la península que se anexionó Rusia en el 2014.
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