Colchones en el puso de una celda en el sótano de una estación policial que fue utilizada por fuerzas rusas en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Colchones en el puso de una celda en el sótano de una estación policial que fue utilizada por fuerzas rusas en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka
Agencia AP

La primera vez que los soldados lo atraparon, lo arrojaron amarrado y con los ojos vendados en una trinchera cubierta con tablas de madera donde permaneció por días.

Ahí lo golpearon una y otra vez: en los brazos, las piernas, un martillazo a las rodillas, todo acompañado de insultos furiosos contra . Antes de dejarlo ir, le quitaron su pasaporte e identificación militar ucraniana —todo lo que tenía para probar su existencia— y se aseguraron de que supiera exactamente el nulo valor que tenía su vida.

Mira: Los rusos no quieren ir a la guerra: así es el éxodo a países fronterizos para escapar de los cuarteles

“Nadie te necesita”, se burló el comandante. “Podemos pegarte un tiro en cualquier momento, enterrarte medio metro bajo tierra y terminar esto”.

Andriy Kotsar, quien fue torturado por soldados rusos, se sienta ante una mesa después de un servicio en la iglesia Pishchanskyi, en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Andriy Kotsar, quien fue torturado por soldados rusos, se sienta ante una mesa después de un servicio en la iglesia Pishchanskyi, en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

El brutal encuentro a fines de marzo fue sólo el comienzo. Andriy Kotsar sería capturado y torturado dos veces más por las fuerzas rusas en Izium, y el dolor sería todavía peor.

La tortura rusa en Izium fue arbitraria, generalizada y absolutamente rutinaria tanto para los civiles como para los soldados en toda la ciudad, según una investigación de The Associated Press. Si bien la tortura también fue evidente en Bucha, ese devastado suburbio de Kiev sólo estuvo ocupado durante un mes. Izium sirvió como centro para los soldados rusos por casi siete meses, durante los cuales establecieron sitios de tortura en todas partes.

Cosas abandonadas en un pozo en un complejo residencial en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Cosas abandonadas en un pozo en un complejo residencial en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka
Mykola Mosyakyn muestra las cicatrices que le dejó la tortura por parte de soldados rusos en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Mykola Mosyakyn muestra las cicatrices que le dejó la tortura por parte de soldados rusos en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

Con base en los relatos de los sobrevivientes y la policía, los periodistas de la AP ubicaron 10 sitios de tortura en la ciudad y obtuvieron acceso a cinco de ellos. Incluyeron un pozo profundo y sin luz en un complejo residencial con fechas talladas en la pared de ladrillo, una cárcel subterránea húmeda que apestaba a orina y comida podrida, una clínica médica, una estación de policía y un jardín de niños.

Máscaras de gas de la era soviética permanecen en el piso en un pasillo de la Escuela Número 2 que fue utilizada como base militar rusa y centro de tortura en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Máscaras de gas de la era soviética permanecen en el piso en un pasillo de la Escuela Número 2 que fue utilizada como base militar rusa y centro de tortura en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka
Un ucraniano supervisa el sótano de un jardín de infantes utilizado por las fuerzas rusas en el poblado recientemente liberado de Kapitolivka, cerca de Izium, en Ucrania.
Un ucraniano supervisa el sótano de un jardín de infantes utilizado por las fuerzas rusas en el poblado recientemente liberado de Kapitolivka, cerca de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

La AP habló con 15 sobrevivientes de tortura rusa en la región de Járkiv, así como con dos familias cuyos seres queridos desaparecieron a manos rusas. Dos de los hombres fueron secuestrados y abusaron de ellos varias veces. Un soldado ucraniano golpeado e inconsciente fue mostrado a su esposa para obligarla a proporcionar información que no tenía.

La AP también confirmó que ocho hombres fueron asesinados bajo tortura mientras estaban en custodia rusa, según sobrevivientes y familiares. Excepto uno, todos eran civiles.

Andriy Kotsar, a la derecha, quien fue torturado por soldados rusos, participa en una procesión cerca de la iglesia Pishchanskyi en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Andriy Kotsar, a la derecha, quien fue torturado por soldados rusos, participa en una procesión cerca de la iglesia Pishchanskyi en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka
Casas dañadas y destruidas por ataques rusos en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Casas dañadas y destruidas por ataques rusos en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

En una fosa común creada por los rusos y descubierta en los bosques de Izium, al menos 30 de los 447 cuerpos desenterrados recientemente tenían marcas visibles de tortura —manos atadas, disparos a quemarropa, heridas de arma blanca y extremidades rotas—, según el informe regional de la Oficina del Fiscal de Járkiv. Esas lesiones correspondieron con las descripciones del dolor infligido a los sobrevivientes.

Los periodistas de la AP también vieron cuerpos con las muñecas atadas en la fosa común. Entre los árboles había cientos de cruces sencillas de madera, la mayoría marcadas sólo con números. Una decía que contenía los cuerpos de 17 soldados ucranianos. Al menos dos fosas comunes más se han encontrado en la ciudad, todas fuertemente minadas, dijeron las autoridades.

Andriy Kotsar, quien fue torturado por soldados rusos, besa una cruz durante un servicio en la iglesia Pishchanskyi en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Andriy Kotsar, quien fue torturado por soldados rusos, besa una cruz durante un servicio en la iglesia Pishchanskyi en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

Un médico que trató a cientos de heridos de Izium durante la ocupación rusa dijo que la gente llegaba regularmente a su sala de emergencias con lesiones consistentes de tortura, incluidos disparos en manos y pies, huesos rotos, hematomas severos y quemaduras. Ninguno les decía cómo se habían hecho las heridas, dijo.

“Incluso si la gente venía al hospital, el silencio era la norma”, dijo el médico en jefe, el Dr. Yuriy Kuznetsov. Agregó que un soldado acudió para que lo trataran por lesiones en las manos, claramente por estar esposado, pero se negó a decir qué sucedió.

Paracaidistas ucranianos cruzan un puente sobre el río Siverskiy-Donets en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Paracaidistas ucranianos cruzan un puente sobre el río Siverskiy-Donets en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

Los hombres con vínculos con las fuerzas ucranianas fueron elegidos repetidamente para torturarlos, pero cualquier hombre adulto corría el riesgo de ser capturado. Matilda Bogner, jefa de la Misión de Vigilancia de los Derechos Humanos en Ucrania, de la ONU, dijo a la AP que habían documentado “prácticas generalizadas de tortura o malos tratos a civiles detenidos” por parte de las fuerzas rusas y sus afiliados. La tortura de soldados también fue sistémica, dijo.

La tortura en cualquier forma durante un conflicto armado, ya sea de prisioneros de guerra o de civiles, es un crimen de guerra bajo las Convenciones de Ginebra.

Un gato se sienta en una cocina en la iglesia Pishchanskyi en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Un gato se sienta en una cocina en la iglesia Pishchanskyi en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

“Sirve para tres propósitos”, dijo Rachel Denber de la organización Human Rights Watch. “La tortura se realizó con preguntas para coaccionar información, pero también para castigar y sembrar miedo. Es para enviar un mensaje escalofriante a todos los demás”.

NO HAY LUGAR SEGURO

Los periodistas de la AP encontraron a Kotsar, de 26 años, escondido en un monasterio en Izium, con el cabello rubio bien recogido hacia atrás al estilo ortodoxo, y barba rizada bajo la barbilla. No tenía manera de contactar de manera segura a sus seres queridos, quienes pensaban que estaba muerto.

Andriy Kotsar, quien fue torturado por soldados rusos, alimenta aves en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
Andriy Kotsar, quien fue torturado por soldados rusos, alimenta aves en la ciudad recientemente liberada de Izium, en Ucrania.
/ AP/Evgeniy Maloletka

En marzo pasado, después de una primera ronda de tortura, Kotsar huyó a la iglesia Pishchanskyi de cúpula dorada. Los soldados rusos estaban por todas partes y ningún lugar era seguro en Izium.

Escondido entre los íconos, Kotsar escuchó el estruendo de los vehículos blindados rusos en el exterior y contempló el suicidio. Había sido soldado durante poco menos de un mes y no tenía idea de si alguien en su pequeña unidad había sobrevivido a la arremetida rusa.

Contenido sugerido

Contenido GEC