Moscú abandonó este sábado su principal bastión en el noreste de Ucrania, la ciudad de Izium, en un repentino colapso de una de las principales líneas del frente de la guerra, después de que las fuerzas ucranianas amenazaran con rodear la zona en un sorprendente avance.
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La rápida caída de Izium, en la provincia de Kharkiv, fue la peor derrota de Moscú desde que sus tropas se vieron obligadas a retroceder de la capital, Kiev, en marzo pasado. Podría suponer un giro decisivo en una guerra que dura ya seis meses y en la que miles de soldados rusos abandonaron sus reservas de munición y sus equipos mientras huían del frente de combate.
“Para alcanzar los objetivos declarados de la Operación Militar Especial para la liberación del Donbass, se decidió reagrupar las tropas rusas situadas en los distritos de Balaklya e Izium con el fin de aumentar los esfuerzos en dirección a Donetsk”, dijo el Ministerio de Defensa ruso.
Izium, que se encuentra cerca de la frontera entre las regiones orientales de Kharkiv y Donetsk, había estado bajo ocupación rusa durante más de cinco meses y se había convertido en un centro importante para las fuerzas armadas invasoras.
Las fuerzas rusas ya habían abandonado Balaklya hace días. En Hrakove, una de las decenas de pueblos reconquistados en el avance ucraniano, se veían vehículos quemados con el símbolo de la “Z” de la invasión rusa. Cajas aún llenas de municiones se encontraban esparcidas entre la basura en las posiciones que los rusos abandonaron precipitadamente.
El Ejército ucraniano afirmó además haber entrado en Kupiansk, una ciudad clave para el abastecimiento de las tropas rusas en esa parte del territorio.
Dificultades al alza
Asimismo, había señales de problemas para Rusia en otros lugares a lo largo de sus posiciones en el frente oriental, con funcionarios prorrusos reconociendo dificultades y los ucranianos insinuando más avances por venir.
Las fuerzas de Kiev irrumpieron en la línea del frente hace varios días y desde entonces reconquistaron docenas de ciudades y pueblos en un rápido asalto mecanizado, avanzando decenas de kilómetros diarios.
“Los rusos escaparon y dejaron armas y municiones, el centro de la ciudad está libre”, dijo un vocero de la Brigada Bohun de las Fuerzas Terrestres de Ucrania tras ingresar a Izium. Las redes sociales dieron cuenta de la reconquista con videos de tropas ucranianas de pie en el cartel de Izium en la entrada de la ciudad.
También confirmó la liberación el alcalde Vladimir Matsokin, en declaraciones a una radio local. “Nuestras fuerzas armadas ucranianas están en Izium. No se puede decir que la operación militar para liberar Izium haya terminado, pero nuestras fuerzas armadas están en acción. Nuestra bandera azul y amarilla ya flamea allí. Esto ha sido confirmado”, dijo el alcalde.
“Esta es una verdadera fiesta: el día de la liberación de nuestra ciudad. El 10 de septiembre es el día de la liberación de Izyum de los invasores rusos”, añadió el alcalde.
Abrupto abandono
El abrupto abandono de la línea de frente rusa al sur de la ciudad de Kharkiv puso fin de forma rápida y repentina a un periodo en el que la guerra se había librado como un incesante pulso en un frente estático, favoreciendo la ventaja de Moscú en cuanto a potencia de fuego bruta.
Las fuerzas rusas lucharon con dureza para capturar Izium al principio de la guerra y luego usaron la ciudad como base logística para una de sus principales campañas: un asalto de meses de duración desde el norte a la región adyacente del Donbass.
El presidente Volodimir Zelensky dijo durante su discurso diario que el Ejército ucraniano reconquistó unos “2000 kilómetros de territorio” en septiembre, sin precisar si se trataba de 2000 kilómetros cuadrados. “En los últimos días, el Ejército ruso nos está mostrando lo mejor de sí mismo: su espalda. Después de todo, para ellos huir es una buena opción”, añadió.
Denis Pushilin, jefe de la administración separatista instalada por Rusia en la provincia de Donetsk, dijo que la situación en Liman, al este de Izium, “sigue siendo bastante difícil, como en una serie de asentamientos en el norte de la república”.
Un poco más al este, las autoridades ucranianas insinuaron un posible intento de reconquistar Lisichansk, que Moscú tomó en julio tras semanas de lucha en una de las batallas más sangrientas de la guerra.
Los medios ucranianos citaron al gobernador regional Serhiy Gaidai diciendo que las tropas ucranianas fueron vistas a las afueras de la ciudad. El nombre de la ciudad significa “zorro”, y tras su tuit de las uvas, Yermak tuiteó un emoji de zorro.
Mykhailo Podolyak, asesor del presidente Zelensky, aseguró con respecto a eventuales negociaciones que “existe un entendimiento claro en la sociedad de que la guerra debe terminar adecuadamente, en términos ucranianos y sin ningún ‘protocolo de Minsk’. Es decir, no puede haber una línea de contacto, los enclaves criminales no pueden permanecer en el territorio. Ucrania, no quiere a Rusia en territorio ucraniano”, señaló.
Podolyak agregó que los rusos “deben pagar por todos estos crímenes de manera concreta o en términos legales durante mucho tiempo, o un gran número de personas deberán morir en el campo de batalla”.
Citando a Zelensky, Podolyak enumeró las condiciones que Ucrania impuso a Rusia para las negociaciones: la retirada completa del territorio ucraniano a las fronteras internacionalmente reconocidas en 1991 -incluye Crimea- y la destrucción de toda la infraestructura construida ilegalmente, incluido el puente de Kerch.
“Después de eso, nos sentaremos a la mesa de negociaciones”, concluyó el asesor del presidente ucraniano, quien también citó la compensación necesaria por todas las pérdidas sufridas por Kiev durante el conflicto.
Agencias AFP, ANSA y Reuters