Los inviernos fríos ayudaron a Moscú a derrotar a Napoleón y a Hitler, y ahora Vladimir Putin apuesta a que los precios de la energía por las nubes, y la posible escasez de gas este invierno, persuadan a Europa de obligar a Ucrania a una tregua… bajo sus condiciones.
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Según dos fuentes rusas conocedoras de la estrategia del Kremlin, ese es el único camino hacia la paz que ve Moscú, dado que Kiev dice que no negociará hasta que Rusia abandone toda Ucrania.
“Tenemos tiempo y podemos esperar”, dijo una fuente cercana al Kremlin. “Va a ser un invierno difícil para los europeos. Podríamos ver protestas y disturbios. Algunos líderes europeos podrían pensarse dos veces el seguir apoyando a Ucrania y que es el momento de llegar a un acuerdo”.
Una segunda fuente dijo que Moscú pensaba que ya podía detectar vacilaciones de la unidad europea y esperaba que el proceso se acelere en el contexto de las dificultades del invierno.
Ucrania y sus más acérrimos defensores occidentales afirman que no tienen planes de retirarse, y funcionarios estadounidenses que hablaron bajo condición de anonimato dicen que hasta ahora no ven señales de que el apoyo a Ucrania vaya a flaquear.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo en un tuit a los ucranianos en su día nacional: “La UE ha estado con ustedes en esta lucha desde el principio. Y lo estaremos mientras sea necesario”.
Cambio de curso
Con el respaldo de miles de millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos y otros países occidentales, entrenamiento e inteligencia compartida, y con una serie de ataques contra objetivos rusos de alto perfil a sus espaldas, Kiev cree que tiene una oportunidad de cambiar los hechos sobre el terreno.
“Para que las negociaciones con Rusia sean posibles, es necesario cambiar el statu quo en el frente a favor de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, dijo a Reuters Mijailo Podolyak, asesor presidencial ucraniano. “Es necesario que el Ejército ruso sufra importantes derrotas tácticas”.
Las fuerzas ucranianas frustraron los intentos rusos de capturar Kiev y la segunda ciudad, Kharkiv; han destruido e interrumpido regularmente las líneas de suministro rusas, y hundieron el Moskva, el buque insignia de la Flota del Mar Negro de Rusia, además de infligir importantes daños a una base aérea rusa en la anexionada Crimea.
Kiev también lleva tiempo hablando de una gran contraofensiva para retomar el sur, aunque Rusia ha estado ocupada reforzando sus propias fuerzas allí, y no está claro si se materializará ni cuándo.
El enfrentamiento geopolítico ha llevado los precios de la energía a máximos históricos. La Unión Europea prohibió el carbón ruso y aprobó una reducción parcial de las importaciones de crudo ruso para castigar a Moscú. Y Rusia asestó su propio golpe, recortando drásticamente las exportaciones de gas a Europa.
Los gobiernos europeos han tratado de aumentar las defensas frente a las presiones energéticas de este invierno buscando suministros alternativos e impulsando medidas de ahorro energético, pero pocos especialistas en energía creen que puedan cubrir todas sus necesidades.
El Kremlin ha achacado la reducción de los flujos de gas a cuestiones técnicas, a las sanciones occidentales y a la negativa de algunos países a pagar en rublos. Mientras tanto, los ingresos récord del petróleo y el gas siguen engrosando las arcas de Rusia.
“El Kremlin cuenta, por supuesto, con la posibilidad de que perdamos el interés debido a nuestras propias elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, a que Gran Bretaña busca un nuevo primer ministro, a que Alemania está preocupada por el gas y a que el río Rin tiene una profundidad de 15 centímetros”, dijo el general retirado estadounidense Ben Hodges, excomandante de las fuerzas del Ejército de Estados Unidos en Europa.
La primera fuente cercana a las autoridades rusas dijo que Moscú, en cualquier posible acuerdo de paz futuro, quería consolidar las ganancias territoriales, asegurar toda la región del Donbass y que Kiev se comprometiera a la neutralidad militar.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo el martes que Kiev no aceptaría ninguna propuesta de congelar las líneas del frente actuales para “calmar” a Moscú. Podolyak, su asesor, dijo que Occidente estaba suministrando suficientes armas para “no caer”, pero no lo suficiente para ganar, y añadió que se necesitaba un apoyo mucho mayor.
Compromiso relativo
Los Estados occidentales se han negado a comprometer tropas terrestres en el conflicto y se han abstenido de suministrar parte del material militar porque quieren evitar una guerra más amplia con Rusia, que tiene el mayor arsenal de armas nucleares del mundo.
Funcionarios estadounidenses dijeron que creían que Putin seguía comprometido con su objetivo original de tomar Kiev, pero que no podía lograrlo. También señalaron que no habían visto señales de que los rusos tengan la intención de desescalar y pensaban que la guerra sería larga.
Andrey Kortunov, director de RIAC, un centro de estudios de política exterior cercano al Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, dijo que ninguno de los dos bandos tenía intención de pestañear primero. “Ambas partes aparentemente creen que con el tiempo sus posiciones podrían fortalecerse”, dijo. “Siendo realistas, es muy difícil imaginar que se pueda llegar a un acuerdo político en breve”.
Enfrentadas a lo que, según la inteligencia occidental, es una grave escasez de mano de obra tras las grandes pérdidas sufridas, las fuerzas rusas solo han realizado modestos y difíciles avances en el este de Ucrania en el último mes.
Konrad Muzyka, analista militar afincado en Polonia, dijo que soldados rusos tenían la iniciativa en un par de zonas del este de Ucrania, pero que era difícil que un bando se impusiera sin un gran aumento de equipamiento y personal. “Quien lo haga ganará la guerra”, dijo Muzyka.
El desempeño de Ucrania en el campo de batalla de aquí al invierno podría determinar la dirección de la guerra, dijo Neil Melvin, un analista con sede en Londres del think tank RUSI.
“Ucrania necesita convencer a los partidarios occidentales de que puede ganar (en la batalla) y tener impulso. Si pueden demostrar, durante este periodo, que pueden hacer retroceder a los rusos y mantener ese impulso, será una victoria”, dijo Melvin.
Pero cuanto más se prolongue la guerra, mayores serán los riesgos de las divisiones occidentales sobre Ucrania, ya que los precios del combustible, el gas, la electricidad y los alimentos son más altos.
“Todos los indicadores económicos se están volviendo negativos ahora. Será más difícil motivar a la gente que tirita en sus departamentos (para que acepte las penurias) si no se ve que Ucrania está ganando”, dijo Melvin, y afirmó que la presión para un acuerdo podría entonces crecer, dividiendo a la UE y a la OTAN.
Por: “La Nación”, de Argentina / GDA
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