La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dirige a los miembros del Parlamento en Skopje, República de Macedonia del Norte.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dirige a los miembros del Parlamento en Skopje, República de Macedonia del Norte.
/ EFE/EPA/GEORGI LICOVSKI
El País de España

Bruselas propone prohibir las importaciones de oro ruso a los países de la, una de las grandes fuentes de ingresos de Rusia tras los hidrocarburos. La Comisión Europea ha propuesto un nuevo paquete de sanciones complementarias sobre Moscú por la invasión a que busca tapar agujeros de los anteriores. Al veto al oro, una medida a tono con la adoptada por los socios del G-7, que busca ahogar más las fuentes de ingresos rusos, se suman otros apuntes que fortalecerán las medidas actuales. La Comisión presentará, además, nuevos nombres para añadir a la lista de personas sancionadas por la guerra, que ya suma un millar. Se espera que los embajadores de los Veintisiete discutan el paquete el lunes, que debe ser aprobado por todos los socios.

Las nuevas sanciones, que Bruselas llama de “mantenimiento y alineación” y que buscan evitar grietas que permitían vadearlas, clarificar su aplicación y endurecer la práctica, introducen más restricciones comerciales sobre maquinaria rusa y elementos que podrían ayudar a la mejora militar y tecnológica del país euroasiático o al desarrollo de su sector militar, según el documento al que ha tenido acceso EL PAÍS. “Proponemos endurecer las contundentes sanciones de la UE contra el Kremlin, aplicarlas de manera más efectiva y extenderlas hasta enero de 2023″, ha dicho la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. “Moscú debe seguir pagando un alto precio por su agresión”.

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El paquete complementario especifica claramente que la exportación de productos agrícolas, de alimentos o de fertilizantes no está incluida en las sanciones; tampoco las exportaciones humanitarias y esenciales. Ahora, Bruselas admite también que se hagan transacciones con ciertas empresas de propiedad estatal si esos intercambios son agrícolas o de transporte de petróleo a terceros países, según el texto.

Es una medida destinada, dice la Comisión Europea, a luchar contra la inseguridad alimentaria mientras el riesgo de hambruna en los países en vías de desarrollo es una realidad cada vez más tangible como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. El país es uno de los graneros del mundo, de donde es difícil sacar el grano desde la agresión militar lanzada por el Kremlin y donde las fuerzas de Moscú han sido acusadas de saquear el cereal en los territorios ocupados. Tampoco están incluidos dentro de las sanciones los productos farmacéuticos ni los sanitarios, precisa el texto de reglamento de las sanciones.

Bruselas se mueve así para hablar del impacto real de las sanciones contra Rusia cuando varios países de África han acusado a la Unión Europea de exacerbar la crisis alimentaria con sus medidas contra Moscú por la invasión. Este es un argumento repetido por el Kremlin, que tiene vínculos cada vez más cercanos en países como República Centroafricana, Malí, Libia o Mozambique, donde se han introducido con fuerza con operaciones de propaganda, mercenarios y están haciendo jugosos negocios en minas y materias primas.

El veto al oro ruso sigue a la prohibición parcial de las importaciones de petróleo del país euroasiático, que, sin embargo, ingresa divisas por valores récord por la venta de crudo. A finales de junio, los países del G-7 ya aprobaron prohibir la importación del metal precioso. Según cálculos de Reino Unido, este negocio supuso unos 15.500 millones de euros para la economía rusa en 2021 —el euroasiático es el segundo productor mundial de oro— y se había vuelto una vía más valiosa para la élite rusa a la hora de evitar el impacto financiero de las sanciones occidentales, según Londres.

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